Belleza de las Esencias #6

Capítulo 61

Askar

Mi esposa se fue a investigar y me dejó solito. Necesito encontrar algo para hacer, porque sino pareceré un marido entrometido. Quizás podría entrenar un poco, estoy perdiendo la práctica. Me dirijo a la sala de entrenamiento, entonces me detengo allí cuando oigo una risa.

—¿Quién se burla de mí? —Enarco una ceja—. ¡Salga de su escondite, no me asusta, soy un príncipe guerrero!

Incluso aunque ya no esté tan en forma.

Una rubia salta de una ventana, corre y de repente me abraza.

—¡Askar! —dice emocionada.

—¿Disculpa? ¿Nos conocemos? —La alejo un poco, sosteniéndola de los hombros—. Apártese, eso es inapropiado, soy un hombre casado, no puede hacer eso.

—Es tu dragona. —Oigo una voz conocida.

Me giro, haciendo una gran sonrisa.

—¡Ankor! —exclamo alegre, corro a abrazarlo, hasta lo intento levantar, pero no estoy tan fuerte como antes—. ¡¿Qué haces aquí?! —expreso feliz.

—Le hago caso a mi dragona. —Señala a una chica de pelo violeta a su lado.

—¡¿Kiriya?! —Me sorprendo y luego reacciono, me giro a mirar a la rubia—. ¡¿Caryn?!

—¡Sí, soy yo! —expresa mi dragona contenta por haberla identificado—. ¡Estoy emocionada, al fin quepo dentro de un edificio!

—No entiendo nada —opino.

—La Diosa de la Creación está en Aestian —explica Ankor—. Los dragones son sus siervos predeterminados, vinieron a ver si se quedará o que al menos les permita cambiar de forma cuando quieran.

—No lo hará —expresa fríamente Kiriya—. Nuestra diosa es un ser despiadado, pero Caryn no pierde la esperanza.

—¡Estoy segura de que Amatsu la convencerá! —exclama la rubia, uniendo sus manos y poniéndolas cerca de sus mejillas, que están sonrojadas—. Qué emocionante.

—¿Amatsu? —Quedo pensativo—. Ah, es el dragón de Jacky. —Recuerdo.

—Es el jefe —aclara Kiriya.

—Ah, cierto, tienen sistema de rango, ustedes ¿Qué otro dragón vino hasta aquí?, ¿el de mamá? —Ese me da miedo.

—¡Embler no vendría, es un aburrido! —exclama mi dragona con entusiasmo—. Pero Doru sí está, se veía muy preocupado.

El dragón de Irina.

—¿Y dónde está? —consulto.

Se forma un silencio, hasta que Kiriya decide responder:

—Fue a tomar una decisión importante.