Fared
Me titila un ojo, presiono los dientes, tiro toda mi furia al agarrarlo de su distinguida ropa.
—¡Te voy a matar, Andur! —le grito mientras lo zamarreo.
—Su majestad, así no solucionará nada. —Oigo a Endek y lo miro de mala manera—. Perdón —se disculpa rápido.
—Tú vete a buscar a Kael y no te metas en mis asuntos.
—La búsqueda se ha vuelto nula, mientras tanto debería...
—¡No debo nada! —Lo callo y luego vuelvo a mirar a Andur—. Estoy en el maldito Reino de los Siete Desiertos por su culpa.
—Pido disculpas. —Andur forcejea para soltarse.
—¡Me engañaste, y ya perdí a Irina de vista!
—La búsqueda ha quedado nula como la de Kael. Ya no hay dónde buscar, mi rey, perdóneme.
Gruño.
—¡No me llames rey! —Lo empujo y se cae de las escaleras del trono.
—Su majestad. —Vienen otros siervos y los miro mal, así que se van asustados.
—Joven Fared —me llama Endek—. Está cansado, mejor vaya a dormir, insistiré con las búsquedas.
—No puedo dormir y no eres mi consejero, así que no me hables.
—Con esa furia no ayudará a nadie, ni siquiera a sí mismo.
Bufo.
—No puedo estar entre tantas personas.
—Por eso le digo que...
—Sí, sí, ya me fui. —Bajo los escalones y le tiro una mirada amenazadora a Andur mientras me retiro.
No entiendo cómo todavía no está muerto.
Doy un portazo cuando entro a los aposentos del rey y me quedo mirando el lugar. No puedo creer que esté otra vez aquí, en la habitación del maldito de mi padre.
Bufo y me acuesto en la cama, ni siquiera me cambio.
—Fared —un susurro llega hasta mi oído.
¿Estoy delirando? Escuché a Irina.
Giro mi vista y está en frente de mí, me siento abruptamente al reaccionar, entonces ella hace lo mismo, pero sentándose despacio.
—¿Cómo es que... —Hago una pausa confundido—. Te he escuchado antes, creí estar loco, pero te encuentras aquí ¿Eres una alucinación?
Niega moviendo la cabeza, se encuentra muy sonriente.
—Te extrañé. —Me abraza.
Es una mentira, ¿cierto?
Mis dedos tiemblan, quieren tocar esa cabellera castaña, pero ¿y si estoy delirando? No me quiero ilusionar.
—¿Qué pasa? ¿Ya no me quieres? —Suspira.
—¿Cómo llegaste hasta aquí?
—Me trajo Isela —susurra.
—¿Isela?
—¡Su majestad! —Se abre la puerta, entrando un guardia e Irina desaparece como si no hubiera estado nunca ahí.
¿Qué mierda?
—No me digas así —me quejo—. ¿Qué pasa?
—¡La Belleza del Desierto...!
—¡Hola, Wash! —Entra Jacky contenta, levantando la mano emocionada e interrumpiendo al guardia—. ¡Ya sé cómo encontrar a Kael!
—¿Qué tú no estabas en el inframundo? —Enarco una ceja.
—Sí, pero me escapé hace meses. —Pone las manos en su cintura y exclama altanera—. Ahora estoy decidida a recuperar a mi bebé y a Kael.
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Belleza de las Esencias #6
FantasySe enfrentaron a Aeistian, padecieron el inframundo, se perdieron en los sueños y ahora toca la respuesta más importante. Porque la verdadera belleza está en el alma. Belleza de las Esencias. *Por Viviana Valeria V.