Capítulo 46

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Morket

Interfiero entre Desierto e Isela cuando esa impulsividad de Jaelyne intenta enfrentarse a mi hermana.

—Seguro hay una explicación para lo que sucedió, pero aunque no sería una justificación válida, el bebé está sano y salvo.

—No la hay —responde mi hermana estando seria y sin dejar de mirar a Jaelyne—. Intentaba que no se encontrara con Cielo, pero el cálculo falló, porque fue al inframundo de todas maneras y así es como a Desierto se le ocurrió la grandiosa idea de despertar a Océano, para entrar en los recuerdos. —Hace una risilla, cambiando de personalidad—. Bueno, ustedes saben la historia de lo que sigue después.

—¡¡Mataste a mi bebé por tu estúpido juego con Cielo!! —grita furiosa Jaelyne.

—No es un juego —expresa de manera fría y todos los presentes tienen un escalofrío.

Me percato de que Fared y Cielo ya no están aquí, ella aprovechó para sacarlo antes de que él escuchara la conversación. No me agrada esto, sufro por mi mujer, que le van a romper el corazoncito adorable que tiene. Es evidente que Fared no comprenderá la complejidad de tener otra personalidad y ocultárselo será para peor. No es como yo, que los planes en mi contra y las mentiras no me afectan.

—Hagamos una cosa —interfiero otra vez—. Ustedes sigan su camino —le digo a Isela y a sus acompañantes, luego miro a Jaelyne—. Ella se irá cuando todo acabe —le informo.

—Cuando acabe con su patética... —Jacky se calla cuando Isela le da un beso en la mejilla, entonces retrocede—. ¡¿Qué te pasa, loca?!

—Pobrecita, me da pena —mi hermana dice en un gesto afligido, apoyando la mano en su corazón—. Son tan tristes las cosas que pasan hoy en día.

—Altísima —le habla Altir, su caballero de confianza y podría decir que también hasta su amante—. Debería descansar, se ve pálida.

Ella se ríe.

—Soy pálida, cariño. —Toma el antifaz que le había dado a él con antelación y se cubre la cara otra vez—. Pero tienes razón, hay que descansar.

Los caballeros de las esencias de Isela, son como las ninfas de los sueños de Blus. Los siguen a todos lados y son sus siervos más leales. Mis demonios son devotos, pero no a tal grado de esa conexión que tienen ellos. Por eso Isela me terminó creando y regalando a las Bellezas.

—Les mostraré... —aclara Kael y Jaelyne se queja—. Después te explico.

Bueno, un problema resuelto por ahora. Giro mi vista y Aerix ya no está oculta detrás de una columna, se ha ido.

~~~

Tras unas horas de buscarla y parecer acosador por milésima vez, se ha hecho de noche, así que me rindo, sin embargo la suerte me sonríe cuando la encuentro en un balcón.

—¿Qué haces? —pregunto al ver que tiene una bolsa colgando de su hombro y parecía que iba a saltar.

Ella suspira y se aleja de la pared.

—¿No se nota? Intento huir.

—¿Por qué? ¿Por mi hermana? —Ladeo la cabeza.

—¿No es evidente porque está aquí? Ella decidió venir en persona para asegurarse de no fallar más en su juego, que todas las piezas de su tablero se comporten, ya que descubriste su plan, así que no me pienso arriesgar.

—Pero... ¿Por qué? —insisto—. Sé por lo que me cuenta Blus, que no le tienes miedo a Isela.

Suspira otra vez.

—Estamos atrapados aquí y Blus no hace el mínimo esfuerzo por querer volver al mundo de los sueños, ni hablar de sus ninfas, caí en la cuenta de que ya entendí qué sucede.

—¿De qué hablas? Sé que quieres escapar de padre, pero...

Bufa.

—Es que... —me interrumpe—. No comprendo, tú...

—¿Qué cosa?

—¿No van a deshacerse de mí? —consulta algo nerviosa.

—¿Qué? —Me sorprendo.

Puedo notar como tiembla cuando se pone a explicar.

—Puedo ser la culpable de que tu hermano y tú se peleen, mi existencia les traerá problemas. Blus te preguntó qué iban a hacer, pero fueron interrumpidos por la caravana de Isela. Ya no puedo permanecer aquí, todos estarán en mi contra.

Me quedo quieto por un momento hasta que reacciono.

—No, claro que no. —Tomo suavemente un mechón de sus cabellos—. ¿Cómo puedes pensar eso? Jamás te podría herir, nunca.

Baja la vista.

—¿Entonces no estás enojado conmigo?

—En absoluto. —Me río un momento—. ¿Te disgustarías si yo me enojara?

—Bueno, yo... sería feo.

—No soy alguien que se enfada —aclaro y luego hago una pausa—. Pero creo que serías la última persona en este mundo con la que podría enojarme, me parece hasta imposible.

Vuelve a mirarme, sus ojos brillan con la luz de la luna.

—Ah, ¿sí?

—Sí —respondo suave.

—Pero...

Pongo un dedo en su boca y se calla.

—Me entró curiosidad ¿Por qué pensaste que yo me enojaría? Normalmente el enojón es Blus. —Me río y alejo mi dedo.

Baja la vista de nuevo y avergonzada.

—No sé, yo no pensé en Blus.

Mi corazón se acelera, entonces me muerdo el labio inferior, para acto seguido acercar mi rostro al suyo, cuando levanta la mirada nuestras narices se rozan.

—¿Puedo besarte? —consulto.

Sus mejillas se ruborizan.

—¿Por qué harías eso?

—Porque me muero por besarte hace mucho tiempo y me he estado aguantando como buen caballero.

—No entiendo. —Me mira confundida y me río.

—Tú sí que eres especial ¿No sabes por qué quiero besarte? Es que me vuelves loco y mis sentimientos por ti van en aumento.

—¿Sentimientos? —Se queda pensativa—. Yo... no sé a qué te refieres, no conozco el término de esa manera. Creo que los he visto, pero no estoy segura de qué son o cómo se sienten, parecen complicados.

Vuelvo a reír.

—Lo son y mucho, pero no los confundas con el afecto de un amigo o de un conocido, son muy distintos. —Mi mano llega hasta su mejilla, sosteniendo su cara—. Déjame mostrarte.

—No, no sé.

—¿Por qué no? Te escucho —aclaro.

—Es que si te beso, va a cambiar algo y no quiero —dice seria.

—¿Qué cosa? —pregunto con curiosidad.

—Vas a ser como Ketran y Blus.

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Me duele pero tiene tanto sentido, se nota que Aerix gusta de Morket, pero no lo sabe, ya que nunca ha sentido nada por nadie y desconoce el sentimiento, entonces si incluye algo físico en la relación siente que la sensación agradable que tiene al estar con él va a desaparecer, porque con los otros dos que estuvo no tenía esa emoción. 

Está chiquita, hay que cuidarla ❤

Es más inocente que Irina, no tiene ni un poquito de maldad, su ingenuidad me enamora jaja

Atte: Vivi. 

Belleza de las Esencias #6Donde viven las historias. Descúbrelo ahora