Blus
Sonrío con confianza.
—Te encontré ¿Creíste que podías escapar de mí? Imposible —expreso con alto ego.
Océano en el cuerpo de Veinticuatro me mira con un gesto de molestia, nunca pensé en ver a mi amada mostrándome esa cara de enfado.
—¡Deja de seguirme! —me grita.
—Aerix te perdió de vista, no sirve como niñera, así que tendré que encargarme yo.
—No, no hace falta. —Levanta las manos y un rubor crece en sus mejillas—. Malditas emociones de Veinticuatro —refunfuña y baja los puños, mirando hacia un costado.
—Claro que sí, no puedes ir por ahí como si nada. —Tomo su mano y se estremece—. Tengo que enseñarte unas cuántas cosas.
—No... no lo necesito —expresa nerviosa.
Comienzo a caminar mientras ella planta los pies en el suelo, para que no la haga avanzar, pero es imposible que pueda detenerme.
—Te vas a lastimar —aclaro mientras sigo dando pasos.
—Te ahogaré —amenaza y me detengo.
Sonrío y me doy la vuelta a mirarla.
—A ver.
Se sobresalta.
—¡Eh, lo estoy intentando! —expresa frustrada.
—Estás en el cuerpo de Veinticuatro, no creo que puedas hacer eso por ahora, confundirás su sistema, espera a que te explique, antes de intentar cualquier cosa.
—¡No me importa! ¡Suéltame! ¡¿No ves que no te soporto?! ¡Date cuenta!
Bufo.
—Océano, solo intento ayudarte.
—¡No me ayudes, no me interesa! —Forcejea sin suerte, no tiene ni una oportunidad de zafarse—. ¡Qué frustrante este cuerpo de porquería! —se queja.
—Cálmate. —La acerco a mi torso, agarrándola de su cintura y se queda quieta. Sabía que reaccionaría así, porque el físico de Veinticuatro tiene sensaciones con el mío—. Sé que no comprendes el mecanismo de este aspecto, pero si lo piensas más tranquila, resolverás todas tus dudas. No te desesperes, con paciencia lo lograrás.
—A... aléjate. —Sus mejillas vuelven a estar rojas y apoya sus manos en mi torso para intentar apartarme, pero no tiene éxito otra vez—. Haces que tenga calor y yo contigo no deseo nada.
—Vamos al cuarto —le aclaro y se estremece, yo me río—. No voy a hacerte nada, esa etapa mía ya murió, ¿recuerdas? Soy el Blus patético, solo intento cuidarte.
—Vomitaré —declara.
—Vamos —insisto y como todavía se resiste, la levanto entre mis brazos, entonces patalea—. Sí que eres persistente, pero no te puedo dejar por ahí sola, puedes lastimar el cuerpo de Veinticuatro y no lo permitiré.
—¡Voy a exasperarme tanto que se va a morir en esta maldita transición! —exclama furiosa.
—No si hago esto. —La abrazo más a mi cuerpo y su físico reacciona, quedándose paralizada, creciendo el rubor en su piel otra vez—. Las ninfas se calman cuando estoy cerca, es biológico.
Respira con agitación.
—¡Ay, maldita sea! —Se cubre la cara, avergonzada.
Llegamos a mis aposentos y la recuesto en mi cama.
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Belleza de las Esencias #6
FantasíaSe enfrentaron a Aeistian, padecieron el inframundo, se perdieron en los sueños y ahora toca la respuesta más importante. Porque la verdadera belleza está en el alma. Belleza de las Esencias. *Por Viviana Valeria V.