Kael
Esto es el colmo, es lo peor, no puedo soportarlo, estoy furioso.
Jaelyne y esa imitación de dragón, están durmiendo en mi cama como si nada pasara ¡Mi cama!
—¡Apártense, ustedes dos! —Los empujo y ambos caen de cada lado del colchón, directo al suelo.
—¡¿Pero qué te pasa?! —Se levanta furiosa Jacky.
Rojito salta y hasta gruñe al pararse.
—¡¿Cómo te atreves?! —se queja.
Hasta se enojan igual, qué irritante.
—Tú no te metas —le aclaro y luego miro a mi esposa—. ¿Qué se supone que estás haciendo? —Me cruzo de brazos.
—¿Dormir? —Enarca una ceja la rubia.
—Qué graciosa —expreso con sarcasmo.
—Kael, tus celos me desesperan, qué bueno que a Selim lo está cuidando Endek, así puedo gritarte.
Frunzo el ceño.
—Yo soy el enojado aquí, Jacky.
—No hice nada por lo que tengas que enfadarte. —Rueda los ojos.
—Estoy cansado de ser el último de tus pretendientes.
—¿Disculpa?
—Sí, todos van por delante de mí, no haces nada para detenerlos ¿Por qué me dejas para lo último? —Suspiro frustrado—. En el pasado primero aceptaste la ayuda de Askar, luego haces tregua con Morket y ahora que te deshiciste del dios, tienes a este dragón. —Lo señalo, mientras me mira molesto, por ahora no se entromete, pero si lo intenta no me voy a callar.
—No es cierto, exageras, ¿me casé contigo, no? —Enarca una ceja.
—¡No querías! —le recuerdo.
—Querido, no me casaría con nadie, lo hice porque te amo, sino no lo hubiera hecho. Fue un sacrificio, valora mi esfuerzo —pide indignada.
—¿O sea que estar conmigo es un sacrificio?
—¡Lo estás sacando fuera de contexto! —Presiona los dientes y sus puños.
—Ya me cansé de seguirte, me largo. —Me giro para irme.
—¡No digas bobadas! Regresa aquí ahora —exige, pero abro la puerta, entonces me retiro dando un portazo y se escucha su grito—. ¡Kael, vuelve ya!
Jaelyne
¡¿Pero quién se cree este?! Aunque por otra parte...
—¿Por qué sonríes? —pregunta Rojito.
—Es que es muy excitante que Kael se haga el difícil. —Me río—. ¿Cuánto le durará? Quisiera divertirme un rato, me gusta. —Me muerdo el labio inferior—. Lo averiguaré.
Pasa un segundo nada más y de forma repentina miro al suelo, me doy cuenta de que algo o en realidad alguien se encuentra justo allí, entonces lo levanto para preguntarle:
—¿Tú no eres el amiguito de Irina?
—¡Penqui! —dice el pequeño.
—Kael se encontraba tan enojado que se olvidó de él. —Se ríe Rojito, un poco burlándose de mi esposo, por el mal cuidado del diminuto ser—. Lo estaba cuidando, ¿no? —consulta.
—Sí. —Me lo pienso y opino—. Raro que Irina no lo fue a buscar todavía.
—Curioso, pero no tan curioso.
—Más bien preocupante. —Suspiro—. Espero que Cielo no esté haciendo una de las suyas.
Anhelo que Irina se encuentre bien y Cielo no se ande apoderando de su cuerpo como Océano hacía con Rebecca.
Pensar que culpaban a Desierto y al final ella no se metía con nadie, luego solo se fue. Eligió irse, así que quiero mantener su decisión. Sé que soy yo, pero todavía la siento, está ahí, es la única Belleza original en la que confío. Espero no tener que despertarla, anhelo con todo mi corazón que continúe en paz, como la última vez que nos comunicamos. Ese fue su deseo cuando se despidió y definitivamente quiero cumplirlo. Protegeré su armonía.
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Belleza de las Esencias #6
FantasySe enfrentaron a Aeistian, padecieron el inframundo, se perdieron en los sueños y ahora toca la respuesta más importante. Porque la verdadera belleza está en el alma. Belleza de las Esencias. *Por Viviana Valeria V.