Capítulo setenta y ocho

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-No, no, Dean, eres mi hermano. Si la carga es pesada, deja que te ayude un poco.

-No puedo, lo prometí -dijo Dean sintiendo unas verdaderas ganas de contarselo a Sam, pero no podía, aun que la parte egoista de su cabeza le insistía en que lo hiciese, que así se liberaría un poco, que Sam debía saberlo para ayudarle, para comprenderle.

-¿A quien? -preguntó Sam.

-A papá.

Nada más escuchar aquello, Bella supo a que se refería Dean y por que no quería contarselo a Sam, pero ella pensaba que debía hacerlo, que Sam debía saberlo y que decirselo le quitaría a Dean un gran peso de encima, un peso que necesitaba liberar por que le estaba ahogando, por lo que decidió no ayudarle a escaquearse de contarselo a Sam a pesar de que le había lanzado una mirada pidiendo ayuda.

-¿De que estás hablando? -preguntó el menor de los hermanos, ahora algo más serio.

-Justo antes de morir, me dijo una cosa, una cosa sobre ti -dijo Dean quien no se veía con fuerzas de seguir manteniendo aquel secreto por más tiempo.

-¿Que? Dean ¿Que es lo que te dijo?

-Me dijo que te protegiera siempre. Que cuidara de ti.

-Eso te lo dijo un millón de veces.

-Esa vez fue distinto, dijo que debía salvarte -dijo Dean a quien le costaba soltar las palabras, por lo que Bella se acercó más a él, sujetando su mano, dandole apoyo.

-¿Salvarme de que? -preguntó Sam.

-Solo dijo que te salvara, era lo único que importaba, y si no podía, yo...

-¿Tú que Dean? -preguntó Sam desesperado al ver que su hermano estaba vacilando en decirle todo.

-Que te matara, dijo que tendría que matarte Sammy.



...




-¿Matarme? ¿Que puede significar eso?

-No lo se.

-Pero lo diría por alguna razón ¿verdad? ¿Conocía los planes del demonio? ¿Piensan enviarme al lado oscuro? ¿Que más te dijo Dean? -dijo Sam bastante enfadado.

-Solo eso, te lo prometo.

-¿Por que no me lo habías contado?

-Antes de morir me pidió que no...

-¡Que más da! ¡Toma alguna decisión por ti mismo Dean! ¡No tenías derecho a ocultármelo! -gritó Sam, acercándose un poco a su hermano.

-¿Crees que a mi me gusta? ¿Eh? ¡Ojalá nunca hubiera abierto la boca para no tener que estar todo el día soportándolo en mi cabeza!

-¿Tú lo sabias? -preguntó a Bella esta vez, quien solo agachó la cabeza -¿ella lo sabía? -volvió a preguntar a su hermano con enfado.

-Si, se lo conté hace tiempo.

-¿No confías en mi pero si en ella? ¡Ella no tenía por que saberlo Dean, yo si! -gritó furioso Sam.

-Si no se lo hubiese contado a ella me habría levantado la tapa de los sesos hace tiempo. ¿Crees que esto es fácil para mi? Escuchar a papá una y otra vez diciendo aquello en mi cabeza, me estaba volviendo loco hermano, tengo pesadillas casi cada noche con eso, con aquel día, con esta estúpida conversación con papá. ¿Como pudo decir algo así? Necesitaba desahogarme hermano, necesitaba soltar algo de peso.

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