Capítulo cuarenta y nueve

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-Bella, esta vez es en serio, tienes razón, no eres una niña, ya sabes lo que quieres y si estas decidida esta bien, estoy de acuerdo.

Bella miró a Dean como si acabasen de salirle tres cabezas, aquella respuesta no era propia de Dean, por lo que no pudo evitar preguntar.

-¿De verdad? ¿me lo prometes?

-Te lo prometo -dijo Dean serio, demostrando a Bella que no mentía.

El resto del viaje hacia el motel, aunque corto fue silencioso, pero en ningún momento incomodo, pues Dean se sentía bien de haber dado un poco de rienda a Bella, de no mantenerla entre algodones y respetar su decisión, y Bella ya contaba los minutos para que estuviese recuperada de una vez por todas antes de que Dean cambiase de opinión.

...


En cuanto llegaron al motel, Bella comenzó a recoger las cosas que Sam había traído de la cabaña para meterlas en el Impala. Cuanto antes recogieran, antes irían a ver a Linda y Bella estaba ansiosa de conocerla, pues Sam le había hablado mucho de ella durante estos días. La chica estaba segura de que entre aquella pareja había algo, o por lo menos, estaba más que segura que su amigo sentía algo por esa tal Linda. Desde que Sam comenzó a hablar de ella lo notó, notó como al chico se le iluminaba la mirada con la mención de su nombre, y como sonreía cuando contaba alguna cosa que Linda le había dicho en la mañana. Por eso, la noche en la que Sam se quedó a dormir con ella en el hospital, aprovechó para hacerle el tercer grado a su amigo.

Flashback

Bella estaba ansiosa de que Dean se marchara de una vez de la habitación. No es que no le quisiera cerca, amaba al chico y no podía sentirse mejor que con él cerca, pero Dean necesitaba descansar en una cama, además, no se iba a quedar sola, Sam se quedaría con ella esa noche, y ese era otro motivo por el que quería que Dean se fuese pronto, tenía un tema que hablar con Sam y sabía que el menor de los Winchester no abriría la boca con su hermano cerca.

-Bueno, pues ya me marchó, Sammy, cualquier cosa que pase me llamas -dijo Dean sin muchos ánimos de abandonar la habitación de Bella.

-Si, no te preocupes hermano, además, no va a pasar nada.

-Si... Y nena, si me necesitas, para lo que sea, a la hora que sea, solo llama y...

-Dean, vete de una vez o te llevó a rastras, no me va a pasar nada, Sammy estará conmigo y tú descansarás una noche como es debido, así que vete de una vez antes de que la enfermera gruñona entre aquí y te vea.

-¿Hoy le toca el turno a Mabel? -preguntó Dean con cara de susto, conocía a esa enfermera, de no ser por que ya le hizo las pruebas estaba seguro que sería alguna de las cosas que cazaban, no había conocido a alguien con tanta mala leche como esa Mabel.

-Si, esta noche la toca a ella y sabes que es puntual, solo tienes unos minutos para marcharte antes de que vea a más de una persona fuera del horario de visitas.

-Pero si esta noche le tocaba a Tom -se quejó Dean, recordando aquel chico joven y agradable que había cuidado algún vez de Bella mientras estaba en coma. Ese chico le agradaba pues en ningún momento dudó que Bella se pusiese bien, cada vez que entraba en su habitación, siempre le aseguraba a Dean que la próxima vez que fuese a ver a Bella estaría despierta. Si Dean no perdió del todo la esperanza, fue gracias a su hermano y a ese chico.

-No, Tom tenía la boda de su hermana esta noche ¿no te acuerdas? Le cambió el turno a Mabel -contestó Bella.

Bella prácticamente se había hecho amiga de cada trabajador del hospital que pasase a verla, su carácter alegre hacían que fuese fácil cogerla cariño y Dean podría jurar que incluso Mabel la tenía aprecio, pero a él le odiaba, estaba seguro.

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