Capítulo diecinueve

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-Bobby, ¿pasa algo? ¿Bella está bien? -contestó Dean algo preocupado por qué le hubiera pasado algo a la chica ya que Bobby no solía llamar sin un motivo.

[...]

-Nada, tranquilo solo... Ella os echa de menos, está un poco decaída y pensaba que una visita no le vendría mal.

[...]

-Bobby, tú diselo a Bella vale, si ella está de acuerdo iremos -dijo Dean antes de colgar no dando opción a Bobby de replicar.

[...]

En ese momento Dean no pudo evitar mirar por el retrovisor, esperando encontrar a Bella dormida en el asiento de atrás, o devolviéndole la mirada con una sonrisa radiante. Recuerda como siempre que echaba un vistazo, si Bella estaba despierta, siempre la pillaba mirándole también, era como si se pusieran de acuerdo, y ella le regalaba una dulce sonrisa, él le guiñaba un ojo y la sonrisa de la chica se hacía más grande.
Como echaba eso de menos, pero ahora el asiento trasero estaba vacío, y por mucho que mirara, seguiría estando vacío.

...

Bella acababa de llegar a casa después de su jornada de trabajo. Estaba cansada, había sido una dura jornada y encima había tenido que soportar al baboso de Joe.

Desde que trabajaba allí aquel tipo se pasaba por la tienda casi todos los días, nunca compraba nada pero siempre la molestaba, no es que fuera una desagradecida, no la molestaba que la dijeran algún piropo de vez en cuando pero aquel tipo no se cortaba ni un pelo, tendría cerca de los 50 y Bella podía notar como cada vez que la veía la desnudaba con los ojos.

Bella odiaba a ese tipo pero tenía que controlarse, no podía echar a un cliente ni ser grosera con él o la despedirán, pero aquel hombre no dejaba de molestarla, pocas veces compraba algo y siempre se quedaba un buen rato, incluso llegaba a molestar al resto de clientes que sí compraban ya que le molestaba que la chica no le ofreciera su total atención, pero tenía que atender a los demás clientes.

Aquel día Joe se había sobrepasado, intentando pasar al otro lado del mostrador. Bella intentó mantener la paciencia y no mandar a paseo al hombre pero cuando vio que el hombre no iba a ceder en su afán de llegar hasta ella no pudo más y se enfrentó a él.

A Joe ésto no le sentó muy bien y comenzó a insultarla, por suerte, Marti, el dueño de la tienda, que se encontraba en ese momento organizando el almacén escuchó los gritos e insultos del tipo y salió a ver que había sucedido.

Bella pensó que la echarían, pero por suerte Joe era conocido en todo el pueblo por crear ese tipo de situaciones, de modo que el dueño le echó de la tienda y le pidió disculpas a Bella por no haberla avisado del comportamiento que aquel hombre solía tener.

Después de todo aquello, el día había seguido normal, pero vivir esa situación tensa la había agotado mentalmente y ahora solo quería decansar un poco.

Nada más pasar por la puerta de casa, Bella fue directa a la biblioteca donde sabía que se encontraría Bobby, el hombre siempre estaba leyendo algo o investigando algo.

-Hola Bobby -dijo con tono cansado sentándose en una de las sillas que Bobby tenía allí.

-Hola ¿Qué tal tu día? -preguntó Bobby sin apenas levantar la mirada del gigante libro que tenía entre sus manos.

-Una mierda, Joe no ha parado de molestarme, hasta ha querido saltarse el mostrador, menos mal que Martí estaba allí y le ha echado. Maldito capullo...

-Habla bien niña -le regañó Bobby cosa que a Bella le hizo gracia, siempre la regañaba cuando decía ese tipo de palabras pero luego era él quien más las decía.

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