Capítulo cuarenta

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Aquella situación había sido demasiado para él, no quería volver a pasar con John y Bella lo mismo por lo que pasó cundo Sam era un adolescente y lo único que parecía gustarle era desobedecer a su padre. Bastante había sufrido ya las peleas de esos dos para que ahora Bella se uniera a la ecuación, no podía, sabía que había sido demasiado duro con la chica, que tal vez se hubiese pasado, pero tenía que cortar con aquello de raíz, no podría soportar más discusiones entre las tres personas que más le importan. Eran todos unos egoístas, ellos se peleaban pero era él quien salía herido, era él quien recibía los golpes de cada discusión, cada palabra soltada con odio, cada mirada asesina y cada portazo. No podía soportar todo aquello de nuevo, con Bella metida entre medias. No tenía miedo a su padre, le respetaba, le amaba, Bella no tenía derecho a decir aquello, a comparar a su padre con el hijo de puta que había maltratado a Bella desde que era una niña. Miedo, él no tenía miedo a nada salvo a perder a sus seres queridos.

Pero muy en el fondo, sabía que Bella tenía un poco de razón y no quería admitirlo, le dolía admitir que sí, que su padre le había asustado alguna vez, hace unos minutos por ejemplo, cuando ella se había enfrentado así a él, había visto la rabia brillar en los ojos de su padre y la satisfacción de ver que tenía a alguien más a quien enseñarle algo de disciplina al modo Winchester, con golpes, dolor y sangre, palabras hirientes, nada de paciencia y cero de cariño. Sabía que su padre podía ser algo duro cuando se enfadaba y que gracias al cielo, en ese momento estaba sobrio, pues si hubiese habido alguna gota de alcohol en el organismo de su padre las cosas se habrían puesto feas de verdad, y él sería quien recibiese los golpes, como siempre. Pero no culpaba a John, había sufrido mucho, había perdido mucho y él hacía las cosas como mejor había podido, nadie te enseña a ser padre, y en una vida como la suya, o aprendes a golpes o mueres. John no era como el padre de Bella, puede que no ganase el premio al padre del año, pero no era mal padre, no, John no era como el padre de Bella.



...



Los días pasaban en aquella cabaña con relativa tranquilidad, Bella y John intentaban no cruzarse demasiado, se evitaban e intentaban  no estar demasiado tiempo en la misma habitación los dos juntos, aunque los motivos de ambos eran distintos. John quería tranquilidad para centrarse en investigar al demonio de ojos amarillos y los augurios que indicaran donde podría encontrarse, pero sin suerte, pues parecía que aquel demonio había pensado lo mismo que ellos, apartarse, dejar que las cosas se tranquilizasen. Mientras que Bella había decidido apartarse de aquel hombre por el bien de Dean. Después de la discusión que habían tenido días atrás, se había dado cuenta de lo mucho que sufría Dean en esa situación pues le ponía entre la espada y la pared, obligándolo a elegir un bando.

-¿Qué? ¿por que no me habéis dicho eso antes? No puedo creer que seáis tan irresponsables -Bella escuchó gritar a John en cuanto salió de la ducha. Sabía que estaba hablando con sus hijos, su intención era no meterse, irse a su habitación pero la voz de Dean la hizo detenerse en su camino y acercarse a escuchar mejor.

-Papa por favor, ¿quieres no alzar la voz? te va a escuchar -dijo Dean más calmado.

-De verdad que no me lo creo ¿no os dais cuenta del peligro que corre con vosotros? pensaba que era cazadora o que al menos la habíais entrenado -se quejó John, en ese instante Bella comprendió de lo que estaban hablando y decidió salir en la defensa de los hermanos.

-Y lo están haciendo, por cierto, de eso quería hablarte Sam, ahora que estamos aquí, podrías seguir enseñándome -pidió la chica al menor de los hermanos.

-¿Tú la estás entrenando? -preguntó incrédulo John mirando a Sam para luego volver su vista a Dean -¿por que no lo haces tú? eres mejor cazador -dijo sin más, sin importarle que su hijo menor estuviese delante. Sam intentó no demostrar que aquel comentario le había dolido, él no era estúpido, sabía que Dean era mucho mejor cazador que él, no lo negaba, Dean había estado metido en la caza toda su vida, mientras que él había estado un tiempo retirado. Pero era el tono de su padre, el desprecio en su voz lo que le había dolido.

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