Capítulo treinta

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-¡Te he dicho que ahora no Bella! ¡no insistas más joder! -gritó Dean perdiendo los nervios, consiguiendo que Bella que se asustase un poco por aquel tono, Dean nunca la había hablado de aquella manera, jamás, se había enfadado, la había gritado alguna vez por haberse puesto en peligro, pero jamás le había visto así con ella.

Dean se arrepintió de gritar a la chica en el momento que lo hizo, sabía que Bella no merecía aquello, debía intentar controlarse, pero en este momento estaba demasiado nervioso y asustado y tener a Bella preguntando qué pasaba una y otra vez no le ponía las cosas fáciles, ahora mismo necesitaba pensar con claridad.

-Lo siento Bella, perdóname, solo dame unas horas, te lo contare todo te lo prometo, pero dame un par de horas al menos -pidió Dean lanzándola una mirada de disculpa por el espejo retrovisor.

-Está bien -dijo Bella, tenía mucha curiosidad por saber que estaba pasando, pero sabía que no era nada bueno, Dean nunca habría reaccionado así si no estuviera algo alterado, se le veía nervioso y al verle los ojos por el espejo, había visto miedo en ellos, auténtico terror, y si necesitaba un par de horas para calmarse o para pensar, se las daría gustosa, lo que menos quería en ese momento era formar parte del problema, fuera el que fuera, y solo quería ponerle las cosas lo más fáciles que pudiera a Dean.

...

Una vez habían dejado a Sam en la estación de autobuses, Dean condujo a gran velocidad en dirección contraria a Dakota del Sur, no le importaba donde acabarían, solo quería estar lejos de aquel lugar, aunque por otra parte, cada kilómetro que el Impala recorría en dirección contraria a Dakota, era un kilómetro más que le separaba de su hermano, y eso le hacía pensar en querer dar la vuelta y volver con él, pero ahora mismo no podía, Bella necesitaba protección, como Sam le había dicho, era ella la que corría más peligro en este momento.

Bella se encontraba callada y seria, observando el paisaje desde el asiento del copiloto, siempre la había hecho ilusión ir sentada al lado de Dean, pero aunque Sam se lo había ofrecido alguna vez, ella siempre se negaba, aquel era el lugar de Sam y no pretendía arrebatárselo, por muchas ganas que tuviera de ir allí, pero en ese momento, el tener ese asiento para ella no le importaba, estaba preocupada, sabía que algo malo estaba pasando pero Dean aún seguía en silencio y bastante nervioso. No quería presionar al chico pero cada segundo que pasaba sin saber nada la ponía más y más histérica. Y el hecho de haber dejado a Sam en la estación de autobuses no ayudaba, los hermanos nunca se separaban, nunca los había visto separarse, sabía que lo habían estado tiempo atrás pero desde que ella los conoció nunca se había marchado el uno sin el otro y esto la ponía aún más nerviosa, pues se daba cuenta qué pasara lo que pasara, debía de ser grave.

Después de una larguísima media hora de silencio Dean se dispuso a hablar por fin.

-Siento haberte gritado antes -dijo sin apenas mirar a la chica.

-No te preocupes, no debí haber insistido tanto -contestó Bella seria.

-¿Estás enfadada? -preguntó el chico ante la seriedad de ella.

-No, solo estoy preocupada.

-No tienes que preocuparte ¿Vale? No pasa nada -dijo Dean, claro que pasaba, ella estaba en peligro, su chica estaba en peligro, pero no solucionaba nada alarmando también a Bella, le había llevado un tiempo tomar la decisión de si debía o no contarle lo que estaba pasando, pero decidió que el decírselo solo haría que la chica se preocupara, por su vida y por Sam, como ya lo estaba él y no solucionaría nada. Pero Bella no era estúpida y conocía ya demasiado bien a Dean como para créese que realmente no ocurría nada grave.

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