Capítulo nueve

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Sam sabía que ese tiempo antes de contestar que su hermano se había tomado era para reflexionar si de verdad era lo mejor, y después de escuchar a su hermano sabía que la decisión estaba tomada. Ya sabía donde irían después de terminar este caso, a casa de Bobby.

...

Al día siguiente, Sam y Dean se ocuparon del fantasma, fue bastante fácil ya que está vez iban más preparados y pendientes de que saliera. Tras un poco de búsqueda y algo de acción cuando Jacob se enteró de lo que pretendían, consiguieron quemar un pequeño diario que era a lo que estaba atado el espíritu de aquel hombre, haciéndole desparecer para siempre.

Aunque estaban bastante seguros que el espíritu de Jacob había desaparecido, querían asegurarse, por lo que esa misma noche se acercarían a echar un vistazo.

-¿Es necesario que vayáis? Si estáis seguros de que habéis acabado con él ¿Por que tenéis que ir? -se quejaba Bella ya que después de lo ocurrido la noche anterior le daba pánico en pensar que los chicos irían allí de nuevo.

-Estamos seguros, pero nunca está de más comprobarlo, solo serán un par de horas, no te preocupes -contestó Dean intentando tranquilizar a la chica.

Bella puso cara de resignación, sabía que no podía hacer nada por mucho que odiara que los hermanos hicieran esas cosas, era su trabajo, lo habían hecho antes de conocerla a ella y lo seguirían haciendo. Pero eso no significaba que tuviera que gustarle.

Pasaron la tarde los tres juntos hasta que poco a poco la hora de ir a la casa se acercaba y Bella estaba bastante nerviosa, cosa que Dean notó enseguida, le había explicado a la chica que no pasaría nada, que estarían bien, pero aún así, el nerviosismo de la chica no menguaba.
Esa era otra de las razones por las que era mejor dejarla con Bobby, notaba lo nerviosa y asustada que se ponía la chica cada vez que se marchaban a cazar, estaría mucho más tranquila con Bobby sin preocuparse por ellos.

Pero ahora no estaba con Bobby, estaba allí con ellos, y no paraba de mirar nerviosa el reloj de pared que había en la habitación del motel. Ese estúpido reloj que Bella juraría iba más y más rápido por momentos y estaba bastante segura que cuando los chicos se marcharán empezaría a ir muy lento.

Cuando la hora de marcharse llegó, los chicos empezaron a preparar las cosas, sal, pistolas y escopetas con cartuchos de sal, estaban seguros que no lo iban a necesitar pero nunca está de más prevenir.

-Sammy, ¿Por qué no te quedas con Bella? Yo puedo ir solo a comprobarlo -dijo Dean pensando que así Bella estaría más tranquila, pues Sam podría entretenerla en lo que él se aseguraba que el espíritu de Jacob se había marchado y que en aquella casa no quedaba nada sobrenatural.

-¿Por qué? No tardaremos nada -dijo extrañado de que su hermano le pidiera algo así, sabía el afán que tenía Dean de proteger a la chica pero por estar un par de horas sola no le iba a pasar nada, claro que Sam no sabía la verdadera razón por la que Dean se lo estaba pidiendo.

Bella al escuchar aquello se asustó aún más, ya le daba miedo el pensar en los hermanos en esa casa de nuevo pero imaginarse solo a Dean allí la revolvía el estómago, pero no dijo nada, no quería entrometerse en su trabajo, y si quería seguir con ellos debería acostumbrarse a ello, por su salud mental y por su salud física, tenía que dejar de preocuparse tanto o la daría un infarto a sus 18 años.

-Mírala Sam, está nerviosa y muerta miedo, si vamos los dos se pasará todo el tiempo así esperando que regresemos, contigo aquí, podrás entretenerla y que deje de pensar en lo que sea que esté pensando -dijo Dean acercándose a su hermano para que Bella no se enterará de la conversación.

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