Capítulo treinta y cinco

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-Ya conoces a Dean, no creo que esto te pille de sorpresa -dijo Bobby colgando su chaqueta y la de la chica en el perchero.

-Si, pero a veces se pasa.

Bobby sonrió negando con la cabeza.

-¿Le has llamado ya? -preguntó a lo que Bella negó.

-Aún no, ya le llamaré.

-Estará preocupado.

-Que se joda.

-Esa boca niña, no pienso repetírtelo más, en esta casa se habla como es debido, y recoge la mochila, no empieces a dejarme toda tu porquería por la casa.

-Oh vamos, tú hablas mucho peor que yo, y no es que haya mucho orden en esta casa -se quejó la chica por el regaño del hombre.

-Me da igual, ésta es mi casa y son mis normas, ahora lleva tus cosas a la habitación y llama a Dean -dijo Bobby haciendo que Bella se levantara con un suspiro, cogiendo su mochila y subiendo las escaleras para llevarla a la habitación que hace tiempo fue la suya.

...


Días después, el timbre de la casa de Bobby sonó a primera hora de la mañana de forma insistente. Era demasiado temprano y tanto el viejo cazador como Bella se encontraban aún descansando en sus camas.
Pero el incesante ruido del timbre y de golpes en la puerta seguido de los ladridos del perro no les dejó continuar con su sueño.

Bobby se desperezó de mala gana, poniéndose su bata dispuesto a asesinar a aquel que hubiese osado levantarle de su cama a esas horas, pero todo su mal humor se esfumó en cuanto vio a los Winchester parados en su porche con una sonrisa en la cara.

-Buenos días Bobby -saludó Sam sonriendo al hombre.

-¡Muchachos! -dijo sin poder ocultar su alegría al verlos pero cambiando rápidamente a una expresión de enfado -¿Se puede saber qué hacéis aquí a estas horas? ¿A caso no sabéis que el domingo es el día del señor y hay que descansar?

-A mi el señor me importa un bledo, ¿Donde está Bella? -dijo Dean entrando a la casa, haciendo que Sam pusiese mala cara por la blasfemia de su hermano, no es que él fuese un religioso empedernido, pero sí creía en Dios y a veces le rezaba, y lo que menos quería era que un ser tan poderoso como aquel se enfadada con su hermano, claro que nunca le diría sobre sus creencias a su hermano.

-Esa boca chaval, y está arriba, durmiendo, como estaba haciendo yo -dijo Bobby cerrando la puerta una vez los hermanos habían entrado.

-Pues ya puedes ir a despertarla, hace una semana que no la veo y...

-¡¡Dean!! -gritó Bella entusiasmada desde el principio de la escalera.

La chica se había despertado por el sonido del timbre pero no había querido levantarse, estaba demasiado cómoda en la cama, pero al escuchar la voz de Dean rápidamente salió de ella, visitiendose lo más rápido posible y corrió a ver al chico.

No hacía mucho tiempo desde que se separaron, solo había pasado una semana y había hablado con él casi cada día, pero eso no había evitado que echase de menos a Dean, por lo que en cuanto le vio a los pies de la escalera, bajo los escalones corriendo y de dos en dos, tirándose a los brazos del cazador en cuanto llegó a su posición.

-Hola nena, ¿Cómo has estado? -preguntó Dean a la chica en cuanto se separó de ella después de un largo abrazo y un beso de bienvenido que la chica le había regalado.

-Bien, aunque te he hechado de menos, pero la foto que me mandó Sam ha hecho que la espera sea más amena -dijo la chica con una sonrisilla en la cara que a Dean le hizo sospechar.

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