Capítulo ochenta y tres.

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¿Crees que estarán bien? -preguntó Bella a Bobby.

-Lo dudo, seguro que Dean consigue meterse en lios, pero estos chicos siempre caen de pie, son como los gatos, no te preocupes. Y si pasa cualquier cosa, iremos a por ellos. Si es necesario haremos un agujero para que salgan -dijo Bobby haciendo reir a la chica.



...

Como habían acordado con Deacon, los chicos se dejaron apresar para así poder entrar en su prisión y poder abordar el caso desde dentro. Aunque Sam seguía sin estar conforme con el plan de Dean y no había parado de hacérselo saber desde que salieron de casa de Bobby.

Por su lado, Bella tampoco estaba demasiado contenta con el plan de los chicos, y más cuando a ella la dejaba fuera de juego. Saber que los chicos estaban solos, y en una prisión sin poder ayudarles le estaba poniendo de los nervios, aunque Bobby intentaba distraerla con todo lo que se le ocurría.

Primero lo intentó con sus viejas películas, a Bobby le encantaban esas películas de vaqueros en blanco y negro, pero Bella no era demasiado fan y siempre acababa dormida. Por lo que el hombre, decidió comprar un DVD de segunda mano y alquilar algunas películas más modernas, que le pudiesen entretener a Bella, pero aquello seguía sin funcionar, la chica no paraba de preguntar si los chicos estarían bien, si les habría pasado algo. Y la cosa empeoró cuando recibieron la primera llamada de Sam desde prisión.

Al parecer, tal y como Sam temía, Henriksen se enteró que se encontraban en aquella prisión nada más pisarla y ya estaba tramitando su extradición a otro estado, además, Dean se había metido en una pelea con un preso y estaba en aislamiento, por lo que no pudo ponerse al teléfono, y aunque Sam le aseguró a Bella que Dean se encontraba bien, esta solo tenía ganas de salir corriendo hacía allí y sacar a los hermanos de la prisión como fuese.

Por suerte, Bella consiguió calmarse cuando Dean pudo llamarla al día siguiente, contándole que el tipo con el que había tenido la pelea el día anterior había muerto aquella noche, que todo parecía indicar que era el espíritu de un preso que estuvo allí años atrás y que los policías habían matado a golpes. Dean le dijo que lo tenían todo controlado, que en nada estaría con ella. También le contó como se había hecho el rey de la prisión al ganar todos los cigarrillos de los presos jugando al poker.

-Ten cuidado Dean, mucha de esa gente son asesinos que no les importará matarte para llevarse los cigarrillos, además tú no fumas, ¿para que los quieres? -preguntó la chica al otro lado del teléfono.

-¿Estás de coña? Esto es como dinero aquí, ahora soy rico -dijo Dean alegre.

-Ya, la gente mata por dinero -dijo Bella preocupada.

-Nena, no te preocupes, no me pasará nada -contestó el chico intentando tranquilizarla.

-Winchester, no acapares el teléfono, los demás también queremos llamar -escuchó Bella una voz a lo lejos.

-Callate y espera tu turno capullo -gritó Dean.

-Dean... ¿de verdad que estáis bien? -preguntó Bella preocupada.

-Si tranquila, solo te hecho de menos.

-¿Y que pasa con Henricksen? -preguntó de nuevo la chica.

-Tenemos a una muy buena abogada, a ese cabrón no le será fácil sacarnos de aquí, nos dará el tiempo suficiente -explicó Dean.

-Está bien... pero no te metas en más problemas -dijo la chica no muy convencida.

-Tranquila, nos vemos pronto -dijo el chico antes de colgar, dejando a Bella preocupada.

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⏰ Última actualización: May 21 ⏰

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