Capítulo veintiuno

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Bella no paraba de pensar en aquel beso que Dean le había dado. Había sido su único beso pero estaba segura que será el mejor de su vida. Nunca pensó que podría conseguir un beso de Dean, aunque solo fuera un roce de labios, en una fea habitación de motel, con Sam de espectador, la había parecido perfecto. Aún sentía mariposas en el estómago y un ligero nerviosismo que no lograba calmar, pero estaba feliz.

Dean por su parte también se encontraba pensando en el beso con la chica. Sabía que le gustaría pero nunca pensó sentir algo tan intenso. Aquel beso, aquel simple roce de labios le había hecho ver hasta que punto deseaba a la chica. Si antes no podía quitársela de la cabeza ahora aún menos. Ese beso permanecería en su memoria par siempre. Se había sentido tan bien, una parte de él solo quería dedicarse el resto de su vida a besar a la chica, quería más, necesitaba más, ese beso había sido como el primer chute de heroína de un drogadicto, aquel que se piensa que no será suficiente para engancharse pero que después no quiere otra cosa. Bella era su droga y se acababa de enganchar a ella.

Con ese pensamiento finalmente ambos se durmieron, uno en los brazos del otro, justo donde debían estar.

...



Sam dormía plácidamente en su cama cuando la alarma de su movil comenzó a sonar, rápidamente la apagó para no molestar a Dean y Bella que dormían en la cama de al lado.

Estaba empezando a amanecer y varios rayos de sol se filtraban por las tupidas cortinas de aquel motel. Sam se restregó los ojos desperezandose mientras estiraba su cuerpo. Habían dormido algunas horas, pero no las suficientes ya que aun sentía el cansancio del día anterior en su cuerpo que se quejó al levantarse de la cama, pero tenían trabajo que hacer, debían llegar a Nebraska cuanto antes.

Rápidamente se metió en la ducha para intentar despertarse un poco más para el viaje que debían emprender y una vez estuvo listo decidió despertar a la pareja.

-Chicos, Dean, Bella, despertar, tenemos que salir pronto para llegar cuanto antes.

Dean fue el primero en abrir los ojos en cuanto escuchó la voz de su hermano, pero se sentía demasiado cansado como para moverse. Realmente no se encontraba muy bien pero sabía que no era algo que se fuera a pasar durmiendo, y aunque su cuerpo gritaba por quedarse más tiempo en la cama, debía hacer un esfuerzo, Sam y Bella habían trabajado mucho para buscar una solución a su problema y no podía despreciarlo aunque no tuviese demasiada esperanza en que aquello funcionara.

-Dean vamos, se nos hace tarde -dijo Sam cuando vio a su hermano abrir los ojos.

-Si si, ya lo se, ya voy.

Dean bostezó mientras se frotaba los ojos con la mano libre pues la otra estaba debajo de la cabeza de Bella, la chica se había quedado dormida sobre su hombro y aunque Dean había dejado de sentir su brazo hacía ya varias horas, no se atrevió a moverle, le daba igual que se le durmiera el brazo, le daba igual que a la mañana siguiente se le tuvieran que amputar, solo quería disfrutar de la cercanía de Bella, de dormir junto a ella como hacia tantas noches que no hacía y como tanto había echado de menos. Pero ya era hora de levantarse, así que con cariño empezó a mover a la chica para despertarla.

-Bella, despierta pequeña.

Pero Bella simplemente se acomodó más en sus brazos, cosa que le hizo sonreir con ternura.

-Bella, vamos es hora de levantarse.

En ese momento Bella abrió los ojos, esos hermosos ojos azules que Dean tanto había extrañado y que tanto le gustaban.

-Buenos días Dean -dijo Bella con una sonrisa en la cara y el pelo revuelto, pero Dean no podía verla mas hermosa.

-Buenos días pequeñaja, oye... me devuelves el brazo, le voy a necesitar -dijo Dean con una sonrisa a lo que Bella rápidamente se movió disculpándose.

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