Capítulo ochenta y uno

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-¡No, mierda no! -gritó Dean al ver la causa del estado de Bella. La chica no estaba muriendo, se estaba transformando.

-¿Que? ¿que pasá? -preguntó Sam alertado por el grito de su hermano que fue casi un alarido de dolor, intentando mirar que sucedía a través del retrovisor.

-No, no puede ser verdad -murmuró Dean con los ojos llorosos mientras observaba una y otra vez el mordisco de Bella.

-¿Que pasa Dean? -dijo Sam al ver que no contestaba.

-Da la vuelta -dijo Dean intentando pensar cual sería su siguiente paso. No harían nada llevando a Bella a un hospital, necesitaban a Bobby para encontrar una cura, debía haberla, no iba a dejar que Bella se convirtiese en una mujer lobo.

-¿Como? -preguntó Sam sorprendido al escuchar la orden de su hermano.

-Que des la puta vuelta Sam. Cambio de planes, vamos a la cabaña de Bobby.

-Me quieres decir que está pasando -dijo Sam nervioso mientras hacía lo que su hermano le pedía.

-No está herida, la ha mordido -dijo Dean limpiándose las lágrimas de la cara. Ahora mismo debía pensar con claridad, no podía dejarse ahogar por el dolor, Bella necesitaba su ayuda y no podía fallarla, no de nuevo.

-¿Como que la ha mordido?

-La ha transformado.

Sam se quedó helado al escuchar aquello. Ahora si que estaba perdido. ¿Como iban a solucionar aquello? No podía ser cierto. El hombre lobo había mordido a Bella, y hasta donde él sabía, aquello solo acababa de una manera. ¿Que harían ahora? Una cosa estaba clara, salvarían a Bella, costase lo que costase.

...

Sam condujo casi de forma automática de vuelta a la vieja cabaña de Bobby donde se habían quedado esos días. Su cabeza estaba trabajando a toda máquina buscando algo a lo que poder agarrarse, algo que hubiese leído de pasada, o escuchado en algún sitio, alguna cura o remedio para la licantropía. No lo sabían todo, quizás si actuaban rápido había alguna manera de revertirlo. Preguntaría a cada cazador, a cada persona de confianza, bajaría al infierno si es necesario para preguntar a su padre por alguna forma de salvar a Bella si fuese necesario, pero la salvaría.

En cuanto llegaron a la cabaña, Dean cogió de nuevo a Bella en brazos seguido de Sam que cerró las puertas del impala y le abrió a su hermano la puerta de la cabaña para que pudiese entrar.

-¿Que demonios? La habéis encontrado -dijo Bobby sorprendido quien estaba sentado en la mesa con un montón de papeles y mapas por encima, se había quedado buscando otro lugar donde podía encontrarse Bella por si no estaba en aquel pequeño bunquer abandonado que tiempo atrás había servido como almacén de munición durante la Guerra de Secesión.

-Rápido, ponla aquí -dijo Sam apartando todos los papeles que también estaban repartidos por todo el sofá.

Dean dejó a Bella en el sofá con cuidado, quedándose quieto, mirando a la chica mientras un sonoro suspiro salía de sus labios. Apenas podía contener las lágrimas, por lo que un profundo brillo se filtraba a través de sus ojos. Ahora mismo estaba perdido, no sabía que hacer, como solucionar aquello, y se sentía culpable, pues aquello había sido solo por su culpa. No debía haber dejado sola a Bella ni haber tardado tanto en ir a por ella. Aquello era enteramente su culpa y no sabía como podría arreglarlo. Como siempre, una vez más había hecho daño a las personas que ama. Una vez más Bella salía perjudicada por su culpa.

-¿Que hacemos ahora? -preguntó su hermano mientras miraba a la chica con tristeza pero el mayor de los hermanos no dijo ni una palabra, estaba bloqueado, no sabía que debían hacer ahora, como ayudar a la chica, como salvarla, ni si quiera se atrevía a mirar a su hermano, los ojos estaba fijos en la cara de la chica.

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