Capítulo cuarenta y siete

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-Tú si que eres maravillosa -dijo Dean acercándose a la chica para depositar un suave beso en su cabeza, -ahora por favor, duérmete.

-Está bien, pero solo si me prometes que estarás a mi lado cuando despierte -pidió Bella acomodándose en la cama.

-No me apartaré de tu lado ni un solo segundo, te lo prometo -dijo sincero y Bella al fin cerró los ojos, durmiéndose casi al instante.

Dean se quedó a su lado, aún con su mano entrelazada a la de Bella, mirándola dormir, pensando en que habría sido de él si las cosas no hubiesen salido tan bien,si, Bella no hubiese despertado, si Sam no hubiese conseguido salvar a su chica, quería hablar con él, agradecerle que no parase ni un momento, que no se rindiera con Bella, pues ella estaba viva gracias a él.


...




En cuanto Sam se hubo calmado de la llamada de su padre, volvió a entrar en la habitación, encontrándose a Bella dormida.

-Vaya, parece que ya se ha cansado de decirte lo guapo que eres -dijo Sam manteniendo un tono bajo para no despertar a la chica mientras entregaba el móvil a su hermano. Haciendo que Dean rodase los ojos ante el comentario.

-Ya... no se como podía mantenerse despierta con lo drogada que estaba... oye Sammy, quería darte las gracias -dijo Dean algo avergonzado, aquellas cosas no iban con él, abrir su corazón, demostrar sus sentimientos era algo para lo que no estaba hecho, aunque siempre era más fácil con Bella y su hermano, aun así le costaba, pero aquello era algo que tenía que decirle a Sam.

-¿Por que? -preguntó Sam algo confundido.

-Por todo lo que has hecho estos días, por mi, por Bella, por salvarla, Sammy... de no ser por ti estaría muerta, gracias por no rendirte con ella, por cuidarme a mi y traerme la comida cada día -dijo Dean rascándose la cabeza, gesto que Sam conocía perfectamente y le indicaba que ahora mismo su hermano estaba más que incómodo.

-No tienes que darme las gracias Dean, soy tu hermano, claro que te cuido, igual que lo has hecho tu conmigo toda mi vida y Bella es mi amiga, así que, no tienes que agradecerme nada. Por cierto, ahora que Bella ya se ha despertado, arréglate un poco, no se como podía verte guapo con esos pelos que llevas-dijo Sam haciendo a Dean reír y apartar la incomodidad del momento, sabía que Sam tenía razón, desde que habían ido con Bella aquella noche al hospital no se había mirado al espejo, se había estado duchando en el baño que tenía en la habitación de Bella, duchas rápidas y frías para intentar espabilarse, pero no se había permitido el lujo de darse una larga ducha caliente, dejar que el agua destensase sus músculos.

-Te he traído ropa limpia, y a Bella también -dijo Sam tendiéndole la mochila, sacando las cosas que había traído -y también he traído tu neceser, pensé que lo podrías necesitar, ah y esto -dijo sacando el peluche de Bella -pensé que no se...

-Gracias Sammy -dijo sincero cogiendo las cosas que fuese a necesitar, llevándolas al baño de la habitación donde se arreglaría un poco, pues no pensaba largarse de allí. Puso el peluche junto a Bella observando con cariño a la chica, para luego mirar a su hermano.

-Oye ¿donde está mi café? -dijo mirando por todos lados, dándose cuenta que por primera vez, Sam no le había traído el café. Nunca se le solía beber entero, pero ahora que Bella se había recuperado, Dean volvía a ser Dean y necesitaba un café.

-Ya... veras, cuando me has llamado me he puesto nervioso y se me ha caído de las manos, lo siento, pero puedo bajar a por otro...

Dean en ese momento entendió la reacción tan extraña que había tenido su hermano cuando le dijo que Bella había despertado.

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