Capítulo doce

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Una vez en tierra Dean ya se encontraba más tranquilo, por suerte todo había salido bien, aunque se habían llevado un buen susto. Habían estado a punto de morir, y de nuevo se habrían llevado a Bella con ellos. Dean sabía que no podía posponer el momento más tiempo, tenían que llevar a Bella a casa de Bobby. Solo así conseguirían salvarla pues el peligro para Bella no eran solo los demonios, el mayor peligro para la chica eran ellos mismos.

...

El camino a la casa de Bobby se estaba haciendo bastante largo, Bella no había dejado de preguntar qué a dónde iban y los hermanos la habían estado dando largas hasta que la chica comenzó a mosquearse por el silencio de los chicos. Dean sabía que ese era el momento, que ahora era cuando debía contarle la verdad, pero no podía, no se sentía con fuerzas, así que optó por decir una verdad a medias.

-Vamos a casa de un amigo .

-¿Quién? -preguntó Bella.

-Se llama Bobby, es un viejo gruñón pero le cogerás cariño -contestó Dean, Sam se mantenía callado, no quería participar en el plan de Dean de no decirle a la chica nada. No estaba de acuerdo y sabía que si abría la boca en ese momento lo soltaría todo, por lo que prefirió guardar silencio.

-¿Y por qué vamos? -volvió a preguntar Bella.

-Pues por qué hace tiempo que no le vemos, vamos, no le tengas miedo a conocer gente nueva, Bobby te caerá bien, y estoy seguro que él te adorará -dijo Dean bastante convencido de esto último.

Bella se tiró en el asiento del Impala agarrando su peluche ya que era su posesión más preciada y miró por la ventanilla el paisaje. Éste viaje le estaba resultando bastante aburrido. Los chicos apenas hablaban, estaban serios, no había música y casi podría jurar que había tristeza en los ojos de Dean. Había algo que no la habían contado, puede que aquel amigo al que iban a ver estuviera enfermo, por eso iban. Bella se quedó pensando en los motivos por los cuales los chicos podrían estar así hasta que se quedó dormida.

Tras un par de horas más de viaje llegó el momento de parar a repostar por lo que Dean cogió el desvío que llevaba a la gasolinera. Una vez llegó allí se bajó para echar gasolina y estirar un poco las piernas.

-Canija, si quieres ir a mear es el momento -dijo Dean pero al ver que la chica no contestaba se acercó a la ventanilla trasera y no pudo evitar sonreír al verla acurrucada con el peluche que él le había regalado entre sus brazos. Fue a la parte trasera del Impala y del maletero saco una de las mantas que a veces usaban él y su hermano cuando tenían que dormir en el coche, se volvió a acercar a la chica y colocó la manta por encima. Le quedaban pocas horas con ella pero la protegería de todo hasta el último segundo.

-Voy a por algo de comer, cuando despierte seguro que tendrá hambre -le dijo a su hermano pero éste solo le miró mal.

-¿Se puede saber que coño te pasa Sam? Llevas todo el viaje de morros y apenas hablas, si tienes algún problema puedes decírmelo.

-¿Quieres saber lo que me pasa? ¿Por qué no le cuentas la verdad a Bella? ¿Cuando piensas decirla que la vamos a dejar con Bobby? -dijo Sam bastante enfadado, a él no le parecía bien no contárselo a la chica, debían haberselo dicho hace tiempo, además también estaba resentido por la decisión que había tomado su hermano, él no quería dejar a la chica con Bobby, estaba muy bien con ellos, Bella iba esparciendo alegría y felicidad allá por donde iba, era su amiga también y Dean no tenía derecho de tomar él solo una decisión como aquella.

-¿Quieres bajar la voz? -dijo Dean asustado de que Bella despertara y los escuchara.

-Oh si, no se vaya a enterar, Dean tienes que decírselo, y si no se lo dices tú lo haré yo -dijo Sam decidido.

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