Capítulo veinticuatro

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Al día siguiente, Dean y Cassie se despidieron, Cassie tenía intención de volver a intentar algo con Dean, de volverlo a intentar una vez más, le dejaría su espacio, pero Dean no quería, no quería volver a meterse en una relación, no estaba preparado y si lo estuviera, no sería con Cassie pues Bella seguía en su corazón y no sabía si algún día podría dejar de sentir el amor que sentía por la chica, pero de momento, ella estaba ahí.

Pensó que podría olvidar a Bella con Cassie, que cuando la volviera a ver, los sentimientos que sintió por ella volverían sustituyendo lo que sentía por Bella, pero no fue así. Por mucho que lo intentó, Bella no se marchó de su cabeza ni de su corazón, ahí seguía, anclada a él.

En ningún momento en los días que habían estado trabajando en este caso se había olvidado de la chica, de su pequeña, no había podido, ni cuando estaba con Cassie, ni si quiera cuando se acostó con ella dejó de pensar en Bella, solo deseaba que Cassie fuese Bella en aquel momento, pero no podía rendirse, tenía que seguir intentándolo, por que como no consiguiera olvidar a Bella, como no consiguiera sacarla de su corazón, tarde o temprano se volvería loco.

Una vez en la carretera, Bella volvía a ser la chica de siempre, ya no estaba tan borde y volvía a corresponder las miradas y sonrisas que Dean le daba a través del espejo retrovisor, pues estaba feliz de dejar atrás aquel lugar, de dejar atrás a Cassie, y estaba feliz por que Dean había dado un paso más, la había dicho que la quería y eso la daba fuerzas para seguir intentando hacerle ver al chico que no había nada de malo en intentar tener algo enter ellos.

...

Ya habían pasado algunas semanas desde el caso de Cassie. Bella había olvidado ya a la chica de piel oscura y Dean parecía haberlo hecho, claro que lo que no sabía es que Dean la había olvidado en cuanto cruzaron la frontera del estado aquel mismo día que se marcharon, las chicas no duraban mucho en la cabeza de Dean salvo Bella, ella siempre estaba presente en su cabeza.

Habían seguido con el negocio familiar, habían seguido buscando a su padre, interrogando a algún demonio para ver si sacaban algo, siempre manteniendo a Bella lejos de éstos por miedo a que la pudiesen hacer algo. Desde que estaba con ellos, los demonios no habían vuelto a molestar, pero no sabían si era por que no sabían donde se encontraba la chica o por alguna otra razón, de todos modos, no querían que los demonios supiesen donde estaba Bella si es que no lo sabían.

En estas últimas semanas habían estado cazando también, un hombre lobo y un par de fantasmas, todo había sido bastante facil, con Bella en la trinchera, ellos dos haciendo el trabajo peligroso y solo con un par de rasguños como regalo, nada grave.

Pero Bella cada día estaba más herida, ella lo intentaba todo, acercarse más al cazador, intentar tener más contacto con él, hablar más, incluso había forzado roces o choques con él que en un principio eran accidentales pero que en realidad era Bella la que los había causado para intentar tener un poco más de contacto físico con el cazador, pero nada funcionaba. Dean se ponía algo nervioso con la cercanía que la chica estaba teniendo últimamente con él, pero era lo único que Bella había sacado de él, un par de tartamudeos y una huida cuando la encontró prácticamente desnuda al entrar al motel.

...

Unos dias antes...

Los chicos se encontraban en Texas con un caso de un fantasma, el calor era insoportable y Bella decidió darse una ducha para refrescarse aprovechando que los hermanos acababan de salir a buscar algo de comer pero los chicos tardaron menos de lo que Bella pensó, así que, cuando escuchó la puerta del motel abrirse y se dio cuenta que se había dejado la ropa encima de la cama, empezó a pensar en algún modo de salir a por ella pero sus pensamientos cambiaron al darse cuenta que solo se escuchaban unos pasos por la habitación, los pasos de una sola persona, de Dean. Ya sabía identificar a los hermanos solo por el ruido de sus pisadas, Dean era más escandaloso, pisando fuerte, Sam en cambio era más delicado a la hora de caminar, parecía mentira debido a su tamaño, pero Sam al andar era prácticamente un gato, si no estabas atento no lo escucharías llegar.

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