Capítulo 103:

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Cuando subí al recinto me encargue de enviar a la brigada a sus hogares, no iban a ser ellos los que encuentren a Hayley, intente algún hechizo, pero mi magia actualmente era una burla que consumía mi energía. Desperté por unos pasos y sin dudarlo me levanté para mirar desde el balcón a Marcel ingresando con una botella de bourbon en sus manos.

-Me gustan las visitas con regalos –comente con mi velocidad agarrando dos vasos y llegando al patio interno-. Todo se está yendo a la mierda lentamente –comente sentándome en una silla mientras él se sentaba en la otra y me servía un vaso.

-Exactamente –estuvo de acuerdo chocando nuestros vasos para después tomar

-Envié a la brigada a sus casas –le informé a Klaus que llegaba-, obviamente no van a recordar nada y tienen una buena donación de nuestra parte.

-Han sido útiles, no como el resto –señalo Klaus a Marcel.

-Han sido tus juguetes –dijo Marcel levantándose de la silla-, y creo que ya tienes bastantes en tu calabozo, tus cartas de despedida no han servido para nada y ahora, en vez de buscar, los vampiros y los hombres lobo volvieron a sus rincones, paranoicos.

-Fue tu discurso motivacional el que fallo, no mis cartas –sugirió Klaus con seriedad mirándolo, termine el contenido de mi vaso y me levante preparada para prevenir una pelea.

-Mira, no sé qué paso entre vos y Elijah, y si él estuviera acá, sabría exactamente qué decir, pero no está, nosotros sí –solté acercándome a él.

-Y veo que te estas equivocando, soltas a los prisioneros –añadió Marcel aprovechando mis palabras

-Crees que debería ser débil, ceder ante el enemigo –negaba Klaus con su cabeza.

-Sí que Hayley siga con vida depende de nosotros siendo débiles, no veo otra opción Klaus –di mi opinión al ver como se tensaban.

-No pretendan darme lecciones –se enojó Klaus mirándonos-. Durante siglos, hemos quebrantado la voluntad de incontables estúpidos para hacer nuestra voluntad porque nos temían –Klaus unió nuestras manos-. Sé cómo proteger a esta familia.

-Esta es mi familia también. Durante los últimos doce años he estado a una llamada telefónica cuando Hope me necesitaba –Marcel le planto otra verdad-. Estoy intentando convencerte para que no cometas el mayor error de tu vida, protegerte de vos mismo. Para que no tengas que decirle a Hope que sos la razón de que su madre está muerta.

-Calmémonos –me puse entre los dos apartándolos.

-Él lo sabía –grito Klaus desesperado-. ¿Sí? Elijah sabía quién era, y aun así me dijo que me fuera –sus palabras dolían como dagas-. Le suplique, él no quería tener nada que ver con ninguno de nosotros –finalizo y tuve que limpiar mis lágrimas que se escapaban, que a Elijah no le importara su familia, ni Hayley, significaba que el Elijah que conocíamos estaba muerto-. Elijah se ha ido, no está más –las lágrimas en sus ojos eran notables y sin dudarlo lo abrace.

-Lo entiendo, entiendo el dolor –empezó a decir Marcel cuando nos separamos del abrazo, aun teníamos nuestras manos unidas-, pero tienen que seguir avanzando. ¿Si? No podés dejar que te nuble el juicio –apoyo su mano sobre el hombro de Klaus-, no con la vida de Hayley en juego.

Agarrándonos por sorpresa una sombra nos dejó algo en el pasillo de la entrada, he vivido mucho tiempo como para saber que lo que fuera que contenía eso, no era algo bueno. Marcel vio mi vacilar y se dirigió él hacia el pequeño paquete, lo agarro para dejarlo sobre una mesa que había en el patio, tenía una nota que decía "como pediste".

-¿Qué hay en la caja? –pregunté con miedo de mirarla.

-La mutilador –contesto Klaus en mi espalda y cuando me gire no pude evitar el vomitar como reflejo, le habían arrancado su piel, su marca de nacimiento distintiva que tenía en su hombro al igual que Hope.

The True Originals-Klaus Mikaelson Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora