Capítulo 4:

7.8K 352 15
                                    

"No se controlar lo que siento, pero lo puedo esconder"-TVD

-The Strix van a pagar por esto-me dijo Klaus mirándome a los ojos, el también se estaba por poner a llorar.

-Tenemos toda la eternidad para hacerlos pagar-le dije limpiando mis lagrimas y parándome. Cuando me dirigía a mi cuarto pase por la puerta de Hayley que estaba abierta.

-Gracias-me dijo y yo me detuve, me apoye en el marco de la puerta con los brazos cruzados mirándola seria.

-No me digas gracias-le dije y la mire fijamente-lo que hiciste estuvo muy mal y no deberías volver a intentarlo... si lo intentas no será de Niklaus que deberás temer.

-¿Por qué?-me pregunto mirándome-tu deberías desear que tomara el acónito y así tendrías pase libre.

-No entiendo eso de pase libre-le dije mirándola y negando con la cabeza-si quisiera estar con Niklaus estaría en este momento en su habitación lo que me molesta es que vayas a matar a alguien inocente aparte no es una linda sensación en tu cuerpo cuando lo pierdes...

Dicho eso me retire de allí y fui a mi habitación, me di una larga ducha, cuando salí sonreí instintivamente, Niklaus había dejado arriba de la cama una de sus camisetas sabia que amaba usarlas de pijama.

Desperté asustada en medio de la noche y me senté rápidamente, pude ver una silueta y por su olor supe que era Klaus.

-¿Te asuste?-me pregunto acercándose, yo negué.

-No... las pesadillas de las cosas que hice en el pasado si-le dije prendiendo la lamparita de la mesa de luz.

-¿La masacre?-pregunto mirándome con una semi sonrisa de las suyas.

-En la masacre tu ayudaste-le dije señalándolo y mirando mis manos.

-Oh... ya me acorde-dijo parándose y acostándose al lado de donde yo estaba sentada-vamos no muerdo-dijo golpeándose el pecho para que yo me recostara en él y así lo hice. Debo de admitir que hacía mucho tiempo no dormía tan bien como la noche pasada, solo que cuando abrí los ojos él ya no estaba.

-Gracias Maccio-dije una vez había entrado a la cocina y me había dejado preparado el desayuno, si era una especie de guardián mayordomo todos en el mundo necesitan uno, debo aclarar que cuando me refería a desayuno era un cereal y un vaso de sangre.

-De nada señorita-dijo retirándose, el tambien tenía su vida aparte.

-¿Has visto a Rebekah?-le pregunte a Klaus el cual venia bajando por las escaleras.

-No he visto a mi hermana-me respondió, pero la respuesta fue respondida de verdad cuando Rebekah entró por la puerta.

-Tienes razón-dijo entrando como loca-Cami, la chica, es la clave-freno delante de nosotros-a Marcel le gusta y por eso, vi su arma secreta de la que has estado hablando

-Bueno, no te quedes a la ceremonia-le dijo Klaus-¿Qué es?

-No es un qué, es quien-le dijo Rebekah-una chica, Davina no puede tener más de dieseis años y nunca he sentido un poder como ese sin insultarte Larissa.

-Una bruja-dijo Klaus.

-No es cualquier bruja-le dijo Rebekah que comenzaba a molestarse-es algo que nunca he visto antes, algo más poderoso y ahora por tu culpa tiene a Elijah, quien sabe lo que puede hacerle.

-Lo iremos a buscar entonces-les dije decididamente.

-¿Dónde está?-pregunto Klaus a Rebekah.

The True Originals-Klaus Mikaelson Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora