Capítulo 106:

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Estábamos los tres tomando un vaso de bourbon, Klaus no paraba de caminar de un lado a otro.

-Esto es claramente un mensaje de los vampiros puritanos –afirme mirándolos-. Habrá otro tiempo para historias, lo que ahora necesitamos es esperar a que salga el sol para ir a donde sea que se escondan durante el día.

-Están en mi antiguo loft –contesto Marcel dejando el vaso sobre la mesa.

-Que perteneció a Lucien –señalo Klaus mirándolo.

-No importan esas cosas –pare lo que podría empezar a ser una discusión-. Ahora tenemos unas horas de descanso hasta que salga el sol donde claramente podemos presionarlos para hablar.

-Como usted ordene su majestad –acepto Klaus sirviéndose más bourbon.

Mientras terminaba unos papeles que me había enviado Damien, Klaus estaba en silencio leyendo un libro cerca mío, cada tanto levantaba su mirada, Marcel se había ido a ver si podía encontrar alguna pista.

-¿Hace cuánto tiempo no estamos así solos? –preguntó Klaus mirándome de forma picara mientras cerraba el libro y se levantaba caminando en mi dirección.

-Mucho –conteste evitando mirarlo.

-Porque no dejamos que Damien se encargue de todo –hablo mientras me sacaba los papeles de la mano-, y aprovechamos de este momento –añadió robándome un beso-. Estoy pensando en una bañera con mucha espuma sugirió besándome un poco más.

-Creo que se puede aceptar un momento de relajación –acepte su mano levantándome mientras él me guiaba a nuestra habitación...

Desperté por ruidos en la casa, ruido que sonaba a que Marcel y Klaus habían adelantado el plan sin mí. Me vestí rápidamente para dirigirme al origen del sonido bajo tierra, donde Klaus tenía sobre una mesa de material acostaba a la vampira molesta de la otra vez con sus muñecas y cuello cortado, obviamente para sacarle la verbena de su cuerpo.

-¿Sabes? Para alguien que organizo esta pequeña cumbre, das muy pocos detalles –le hablaba Klaus mientras prendía una vela-. Así que te voy a preguntar por última vez. ¿Dónde están reteniendo a Hayley? -Ante el silencio de la vampira con mi velocidad intervine sentándola sobre la roca y clavando sus manos, era lo mínimo que podía devolverle por el regalo con una parte de Hayley que nos habían enviado-. Sabías que tendríamos esta pequeña charla, sin duda bebiste mucha verbena hasta que tu garganta se irrito y ahora, lamentablemente, goteo, goteo, goteo por todo el suelo –señalaba de forma dramática.

-Sein Mangel an visión wird sein untergang sein –le dijo la mujer en alemán.

-Su falta de visión será su perdición –traduje mirando a Klaus-. Pero por suerte para él estoy yo acá –añadí con una sonrisa y Klaus me devolvió la sonrisa.

-Eso es lo que él siempre dijo sobre vos –la mujer miraba a Klaus con mucho odio.

-¿Él? –pregunté interesada.

-Tu esposo y yo tenemos un amigo en común –contesto ella mirándonos.

-Sinceramente lo dudo –soltó Klaus agarrando un cajón de madera sentándose sobre él.

-Es cierto –afirmo ella-. August Muller.

-Puta madre –solté mirándolo.

-No lo culpo por olvidar, fue hace mucho tiempo –hablo ella-, Rostock, Alemania. Primavera mil nueve treinta y tres.

-Como un elefante considerando un mosquito, nada del otro mundo –le resto interés Klaus.

-Esa nimiedad es mi Bodhidharma, mi Guru Nnak, mi Jesús –termino gritando ella-, August es la piedra angular de todo en lo que creo, y la razón por la que mis amigos y yo hayamos tomado a tu dulce Hayley, tus hijas son un peligro, una amenaza.

The True Originals-Klaus Mikaelson Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora