Capítulo 123:

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Vacía, me sentía vacía, mi garganta ardía de tanto que grite y mis ojos estaban irritados por las lágrimas, no sé cómo ahora estábamos en el patio interior, aun tenia a Rina en mis brazos y Klaus caminaba de un lado a otro con lágrimas en sus ojos.

-¿Qué está pasando? –preguntó la melena rubia de Rebekah cayendo a mi lado y acariciando el pelo de Rina, últimamente estaba casi del mismo color que el de su tía-. ¿Nik que paso? –preguntó girándose en dirección a su hermano con lágrimas en los ojos.

-Hope la mato –contesto con dolor Klaus mientras frotaba su cara con sus manos.

-¿Por qué esta todo el mundo llorando? ¿pensé que veníamos a una boda? –apareció la voz de Kol, me giré y estaba ingresando de la mano con Davina, cuando sus ojos vieron los míos su expresión burlona se acabó y casi que corrió en dirección a Klaus para abrazarlo.

-¿Por qué no ha despertado? –preguntó Rebekah entrando en pánico.

-Porque se necesita un ritual –conteste de forma seca mirándolos.

-Te escuche mencionarlo, podes hacerlo –Kol se acercó a nosotros-. ¿Podes hacerlo verdad?

-Va a llevar tiempo poder encontrar los materiales para el ritual –conteste acariciando su rostro.

-Hace una lista y los tendremos en menos de una hora –pidió Klaus mirándome a los ojos, pero yo negué.

-Necesitamos tres corazones uno de lobo, de bruja y vampiro...

-Los tendremos en menos de un segundo –me corto Kol mientras yo negaba.

-No es tan fácil –negué mirándolos-. El hechizo era para que se aprobara de alguna forma que somos iguales a mis padres, por lo tanto, esos corazones tienen que tener devoción a ella –mire su rostro que parecía tener cierta tranquilidad-. No va a ser fácil, vamos a tener que abrir un culto o una secta a su persona, va a llevar tiempo.

-Mi corazón es hibrido Larissa –se ofreció Klaus, todo esto parecía un sucio truco de mis padres, quería reírme y llorar al mismo tiempo.

-Nosotros tenemos que estar vivos durante el ritual –conteste rechazando su oferta, sentía como lentamente mi poder empezaba a volver.

-Tomen mi corazón –se ofrecieron Rebekah y Kol al mismo tiempo de forma desesperada.

-Sería justo que tomaran el mío –apareció caminando lentamente Elijah con sus manos en los bolsillos.

-Sería justo –asentí mirándolo e intentando no enojarme porque el poder que empezaba a acumular lentamente podía estallar-. Por favor que Freya me traiga sal, plumas de la mejor calidad, velas blancas y lavanda –pedí mirando a los hermanos, Elijah en un asentimiento desapareció.

Después de unos minutos ambos aparecieron con los ingredientes que pedí, me levanté con Rina en mis brazos, con mis pensamientos moví las velas de la mano de Freya hasta que formaron un circulo de donde habíamos estado y con mi soplo una corriente de viento caliente empezó a girar agarrando la sal y la lavanda hasta crear un ataúd de vidrio con detalles dorados, que dentro tenia las plumas formando un colchón, Klaus lo abrió y entre lágrimas colocamos a Rina dentro, inmediatamente Klaus me abrazo.

Klaus con cuidado me agarro en sus brazos y me llevo hasta nuestra habitación, se acostó a mi lado abrazándome mientras lagrimas silenciosas caían por nuestros ojos.

-Te prometo que voy a hacer el mundo arder por nuestra hija –prometió Klaus dándome un beso en la frente y después en mis labios.

Debí haberme dormido porque cuando desperté estaba con una ropa totalmente diferente, y había perdido cualquier noción del tiempo, me acerqué al balcón y miré a donde estaba el cuerpo de Rina, mi llanto rápidamente volvió, habían puesto flores a su alrededor.

The True Originals-Klaus Mikaelson Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora