Capítulo 9:

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Mientras nos dirigiamos a la casa, Elijah le dejo bastante claro a Nik que no se encontraban en buenos terminos por el hecho de que lo entregara a Marcel, cuando llegamos y entramos por la puerta Rebekah seguramente nos iba a preguntar donde nos habiamos metido hasta que vio a Elijah.

El abrazo entre Rebekah y Elijah me hizo sonreír, ese era el lazo que tienen que tanto me ata a esta familia, probablemente con ellos me siento mas en familia que en la mía propia.

-Elijah -dijo su nombre Rebekah mientras lo seguía abrazando hasta que se separaron-, estas a salvo.

La mirada que cruzaron Elijah con Hayley me dijo mucho, al fin el había encontrado a alguien que lo acompañara en su eternidad, aunque en este momento ella no parecía la chica indicada.

-Ahora que estas en casa. ¿La prioridad es matar a Niklaus? -pregunto Rebekah mirándolo para luego mirarme a mi y a Nik.

-Discúlpame un momento -le contesto Elijah dándole un beso en la cien, casi que ignorándola para ir detrás de Hayley.

-¿A donde va? -nos pregunto Rebekah, probablemente con su ego un poco dañado, no acostumbraba a ser ignorada por sus hermanos.

Luego del pequeño encuentro de Elijah con Hayley del cual todos escuchamos con nuestros oídos, el volvió hacia nosotros.

-Reunión en la oficina -hable alto mientras me encaminaba hacia esta.

-Todo lo que nos trajo aquí a Nueva Orleans fue una mentira -comenzó a hablar Elijah luego de que le cediera la palabra, Rebekah y Klaus se encontraban sentados, yo me encontraba parada detrás de este ultimo mientras que Hayley se encontraba en mi misma posición pero apoyada en la estufa-. Esta historia que Sophie Deveraux creo, esta lucha por el control del Distrito Francés, esta guerra entre vampiros y brujas, no era por el territorio, era por Davina- me canse de estar parada y me senté en la silla del escritorio frente a los dos menores Mikaelson, Elijah apoyo su brazo sobre el respaldo de mi asiento-. Hace ocho meses, Sophie Deveraux y su hermana Jane Anne perdieron todo. Ahora, cuatro meses después, una joven embarazada aparece por su restaurante, de repente, la esperanza resurge. Jane Anne sacrifico su vida para que su hermana pudiera usarte para encontrar a Davina, si Sophie Deveraux logra capturar a Davina, puede resucitar a la hija de Jane Anne. Pensábamos que veníamos a una guerra por el poder. Esto se trata de la familia. Para resucitar a su sobrina, Sophie Deveraux luchara hasta la muerte y eso la hace mas peligrosa que nadie.

-¿Que vamos a hacer? -pregunto Hayley mirándonos.

-Ahora nada -conteste levantándome de la silla-, nos iremos a dormir, veo en el futuro que mañana sera un día muy agitado.

-¿Que ves? -pregunto alarmado Elijah.

-No lo puedo decir- le conteste retirándome de la habitación en silencio, pude sentir los pasos de Klaus detrás de mi.

-No Klaus -le adverti empujandolo un poco con mi magia, el levanto las manos-, vete a dormir o me vere obligada a colocar un escudo en mi cuarto que no te permita entrar.

-Te olvidas de algo -me dijo acercándose al marco de la puerta donde yo me encontraba parada-, ese no era solo tu cuarto y recuerdo que lo compartíamos muy bien.

-Suficiente -le dije molesta empujándolo lejos, pero no medí mi fuerza y cuando me di cuenta Klaus acababa de trompezar con un Elijah el cual lucio sorprendido los primeros segundos, pero luego su rostro cambio a uno divertido mirándome.

-Siempre empiezan así -dijo divertido caminado por el pasillo con las manos en sus bolsillos.

Me levante y mire mi celular, no tenia noticias de Maccio, esperaba que no le haya pasado nada aunque conociéndolo bien, sabia que no le había pasado nada, simplemente le gustaba guardarse sus secretos.

Cuando llegue a la cocina me prepare un plato de cereales y una vez terminado me fui a la sala de estar, donde se encontraba Elijah leyendo mientras Klaus se alimentaba de una rubia, me ofreció un poco y lo rechace, no les pregunte nada, simplemente puse a andar el tocadiscos con música clásica para luego tomar un libro siguiendo el ejemplo de Elijah, sabia que dentro de un rato vendría Rebekah.

El ruido de los tacos de Rebekah se pudo escuchar antes que su presencia, la cual notaba molesta.

-Así que esto es lo que hacen en cuanto volvemos a estar todos juntos como familia -comento y si estaba molesta-, un club de lectura vampirico.

-La lectura instruye la mente, hermana -le contesto Klaus apartando la mirada de su libro, si luego de terminar con la rubia comenzó a leer-. ¿No es cierto, Elijah?

-Si, es muy cierto, Niklaus -le contesto su hermanos el cual seguía molesto con el y con motivos.

-¿Y que es eso? -pregunto ella señalando a la chica rubia sobre la mesa ratonera.

-Es una ofrenda de paz -le contesto Elijah restandole importancia al cuerpo que tenia frente a el.

-Supuse que después de pasar mucho tiempo disecado en un ataúd, mi hermano mayor estaría un poco hambriento -contesto Klaus, amaba estas escenas que tenían entre ellos, eran tan dramáticos, todos sabíamos que al final Elijah lo perdonaría.

-Así que le conté a mi hermano pequeño que el perdón no se puede comprar. Simplemente preferiría ver un cambio en su comportamiento que indicara arrepentimiento y crecimiento personal -agrego Elijah a la conversación para luego señalar a la rubia como si no fuera nada-, no estas tonterías.

-No podía dejar que se desperdiciara. ¿No? -hablo Klaus la mirada que se dieron entre ellos de complicidad de hizo sonreír.

-Bueno, supongo que voy a buscar el cubo de la basura porque están manchando una alfombra de 200 años -los regaño Rebekah como si fuera su madre, con Elijah miramos al cuerpo y tenia razón, seguía chorreando sangre, en resumen Klaus no sabia alimentarse bien.

-Oh...  -comente yo resultando importancia.

Rebekah estaba inquieta, se llevo el cuerpo y luego volvo a frotar la alfombra cuando era obvio que había que tirarla, todo lo que se mancha con sangre se tira.

-Poesía sobre manzanas envenenadas de arboles muertos -comento la lectura de Klaus mientras fregaba la alfombra-. Parece que alguien esta preocupado sobre su inminente paternidad.

-Tonterías. Elijah ha vuelto -le contesto klaus levantando la mirada y mirándome, sabia que temía ser como su padre-. En su presencia, todos los problemas se convierten en polvos mágicos y desaparecen.

-Que raro, no recuerdo que hubiera polvos mágicos en la oscuridad del ataúd que he tenido que soportar -le dijo Elijah apareciendo en la sala y mirando el mismo libro que había estado leyendo hace unos minutos, el libro de hechizos de su madre.

-¿Que haces con el libro de hechizos de nuestra madre? -pregunto Rebekah levantando la mirada de la alfombra.

-Bueno, a cambio de mi libertad, le prometí a la bruja Davina que compartiría algunas de las paginas del grimorio de nuestra madre -nos contó Elijah, yo hacia mucho tiempo había leído los grimorios, pero habían muy pocos datos que mi familia no supiera-. Ayudara a que controle su magia. Creo que empezaremos con hechizos de desvinculación.

-Si quieres yo puedo desvincular a Hayley de esa bruja -me ofrecí rápidamente, no podíamos dejar a una novata con temas así.

-No, nos sirve que practique su magia, guarda la tuya para momentos de real importancia aparte es probable que la magia de este aquelarre se solucione con una bruja del mismo -me contesto Elijah mirándome sonriente iba a agregar algo mas-, o correr a Niklaus de tu habitación.

-¿La usaras para desvincular a Hayley de Sophie Deveraux? -pregunto Rebekah recién captando el objetivo de Elijah.

-Sophie nos tajo a esta ciudad bajo falsos pretextos. No quiere que nos encarguemos de Marcel y sus compinches. Quiere recuperar a Davina, así que unió su causa a la nuestra con magia, amenazas y medias verdades. Bien, no mas, desde ahora, nuestro acuerdo con Sophie Deveraux es nulo e invalido. Niklaus, necesito que vengas conmigo y Larissa...

-Tengo cosas sin terminar por Nueva Orleans -les dije parándome y desapareciendo ante sus ojos.


The True Originals-Klaus Mikaelson Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora