Capítulo 31:

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Me coloque un vestido de campana corto en un tono rosa viejo, los hermanos originales claramente, se pusieron trajes, pero Klaus no estaba muy a gusto de tener que usarlo, claramente era por la ocasión. Pero a mí me encantaba como le quedaba y él lo sabía.

-¿Vestir así es de verdad necesario? –pregunto Klaus corriendo la silla del lado derecho de la cabecera para que me sentara, Elijah estaba dando los últimos toques.

-La apariencia es una forma de respeto Niklaus –le contesto su hermano dejando unos saleros sobre la mesa-, es más probable que desista de sus verdaderas intenciones.

-Yo no creo que ella desista solo porque me haya vestido como un abogado –apelo Klaus ganándose una mirada de mi parte, Elijah terminaba de prender unas velas.

-Necesitamos cualquier ventaja Niklaus –le dijo Elijah mirándonos.

-Siempre eres tan diplomático –le hablo Klaus uniendo nuestras manos-, te diré que si ella intenta algo destrozaré su nuevo cuerpo.

Unos pasos y risas llamaron nuestra atención, ante nosotros había un hombre que no teníamos ni idea quien era, puso a todos en alerta.

-Ustedes tres no han cambiado –dijo este hombre, así que supongo que sí es uno de los hermanos Mikaelson-, el lino y la seda no esconde tu aprehensión a ti mismo –señalo a Elijah para luego mirar a Klaus-, y tú a pesar de tu apariencia eres el mismo niño paranoico, lleno de odio y miedo, sin hablar de la princesa malcriada sentada en la cabecera de la mesa.

-Perdón –le comento Elijah apagando el fósforo y acercándose a el-. Al parecer no he tenido el placer.

-Oye pero no me reconoces –fingió haciéndose el lastimado-, los lazos familiares inquebrantables son para siempre claro.

-Ha pasado tanto tiempo –Klaus ya había descubierto quien era-, Finn.

-Ya que terminaron las presentaciones –hablo este mirándonos-, adelante.

Klaus se sentó en la cabecera mientras que Finn y Elijah permanecían parados, el vino fue servido, tristemente esperaba arruinar el goce del paladar de Kol, no agradar a Finn.

-Que aromático vino –comento este sínicamente.

-Es un reto encontrar algo que convine –le comento Klaus apoyando la copa sobre la mesa-. ¿Cuál vino va bien con la traición?

-No hagas berrinches, se supone que será una ocasión feliz –comento este pidiéndole a una de las meseras que agregue un plato más.

-¿Con exactitud que se celebra? –le pregunto Elijah sentándose al lado izquierdo de Klaus, entre este y su otro hermano.

-Mi regreso por supuesto –contesto provocando que me riera-, olvidan que pase novecientos años. ¿Cierto? Apuñalado en un féretro. Disfruto de este nuevo cuerpo, camino por su hermosa ciudad que convirtieron en su hogar –hablaba, solo hablaba, Finn siempre fue el más aburrido y odiado de los hermanos por mí las veces que interactúe con él, mucho auto odio y un complejo de Edipo bastante grande diría yo-. ¿Pero díganme de que me perdí? Entreténganme con sus contribuciones a la sociedad. ¿Medicina, filosofía, arte? O los dos meramente dejaron un camino de destrucción en el tiempo.

-La última vez que nos vimos ayudabas madre a tratar de aniquilarnos –le comento Klaus yendo directo al grano-. No ataques si eres vulnerable.

-¿Otro invitado llegara? –pregunto Elijah al ver como se agregaba un plato más.

-Madre se sentara ahí –señalo la cabecera opuesta a Klaus-, y el asiento que esta frente a mi es para alguien de nuestro clan. ¿Podrán tratar de adivinar? –intento hacerse el misterioso.

-Obviamente Kol elegí el vino especialmente para él –dije yo ganándome una mala mirada de su parte-. Aunque me parece raro Kol haciéndole caso a algo más que su ego y placer.

-Aun así nuestra madre creo un argumento atractivo que incluso el más salvaje de nosotros vio que cometió un error y acepto su nueva forma con vigor, el cambio queridos hermanos es inevitable –hablaba Finn tratando de predicarnos la palabra de su madre.

-Te atreves a enfrentarnos como mortal –le empezó a dirigir la palabra un molesto Klaus-. Lo único inevitable es tu muerte –dicho eso le lanzo su cuchillo el cual evito con sus poderes de bruja y dio en la silla de la cabecera, Elijah se paró poniéndose en alerta.

-Supongo que el honor de comenzar es para el más grande –comento Finn tomando el cuchillo-. Tenemos mucho que discutir –se sirvió la comida y este siguió tomando del vino, era insufrible, con Klaus nos dábamos miradas de fastidio-. Estoy disfrutando de mi tarde.

-Disfrutaríamos saber cuál es el punto –comente hartada ya de su actitud.

-En novecientos años aprendí a ser paciente –me contesto dejando la copa sobre la mesa, mientras que Elijah no soltaba la suya-. Aunque me pregunto. ¿Por qué me tuvieron tanto tiempo encerrado en un féretro?

-Te apuñalaron por ser un simple sonriente y adulador –le echó en cara Klaus-. ¿Nuestra madre te revivió para que laves su ropa acaso?

-Me revivió porque me trataron injustamente –le contesto Finn perdiendo el control y gritando, se estaba poniendo un poquito violento-, me robaron todo menos una porción de mi vida. Elijah entiendo que tal crueldad venga de él, pero a ti siempre te vi como el compasivo, dime. ¿Qué hice para padecer que me dieras la espalda? ¿Tenías miedo de Niklaus? ¿Aún lo tienes? Tal vez por eso me mantuviste dentro de ese féretro, codiciaste las tareas del hermano mayor –con Klaus nos mirábamos y reíamos, de verdad estaba haciendo una gran catarsis, todos en esta mesa nos conteníamos para no reírnos en su cara-, en tal caso tuviste un milenio para arreglar los problemas de la familia, en lugar de crear años de fracaso -dicho eso quedo en silencio mirando sus manos.

-Puede que residas de forma parasita debo añadir –le empezó a hablar Elijah mirándonos a nosotros y sonriendo-, en otro cuerpo, pero te aseguro que en novecientos años tus tediosos sentimientos han subsistido. Veras Finn, igual que padre siempre despreciaste nuestra existencia sobrenatural, padre por supuesto asesino y consumió la suya –lo miro finalmente-, mientras que tú te volviste pretencioso y aburrido como esta comida, no te preguntare otra vez. ¿Dónde esta madre? –y como si estuviera esperando para hacer una gran entrada se pudieron comenzar a escuchar el sonido de sus tacos.

-Hay mi querido hijo –hablo entrando en la habitación, Finn se levantó cual sirviente que es para correr su silla-, también te extrañe.

Miércoles, llevo cerca de un mes en cuarentena, pronto voy a perder la cabeza. Espero se estén cuidando!!!

The True Originals-Klaus Mikaelson Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora