Capítulo 16:

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Dicho y hecho, Elija y Rebekah fueron al pantano luego de que Hayley les pusiera cara de cachorrito atropellado.

-Te dije –conteste al leer la mente de Hayley cuando entro a mi habitación y yo miraba mal a Diego-. Dije a la derecha no a la izquierda Diego. ¿Necesitan una brújula? Mejor dejen todo así me encargo yo, pueden retirarse las chicas deben hablar solas.

-Nacida para mandar –comento Hayley sentándose en un sofá.

-Te dije que Elijah haría todo por ti y eso le ayudara a redimirse ante Klaus –comente moviendo con mis poderes la cama al lugar que yo verdaderamente quería.

-¿Ves el futuro verdad? –pregunto mirándome y pude notar como su mirada se dirigía a mi pasa y por su mente pasaba la pregunta de si verdaderamente yo estaba embarazada.

-Sí veo el futuro, pero no puedo decir nada o solo generaría caos, pero si puedo dar pequeñas guías como ahora –conteste sentándome en la cama y quitando el hechizo sobre mi embarazo, la panza comenzaba a notarse y los latidos se podían escuchar, Hayley me miro sorprendida.

-¿Cuánto poder tienes? Creo que no es fácil aguantar un hechizo así todo el tiempo –comento interesada en mi de repente a lo que indague en sus pensamientos y turbina la cosa, coloque nuevamente el hechizo sobre mi embarazo quedando ella sorprendida nuevamente.

-Tenemos reunión política en una hora amor –apareció Klaus en nuestro cuarto sorprendiéndose a ver a Hayley conmigo-. ¿Qué traman?

-Coparenting –conteste levantándome y tomando mi chaqueta-. Hora de hacer política.

Ahora debíamos volver a los negocios y aguantar mis ganas de vomitar, este embarazo fortuitamente llevaba más tiempo que los anteriores que había tenido previamente.

Primero lo primero, ir al ático para así mover a Davina a la casa junto a nosotros, así podría ganarme más su confianza.

-Además, hay una excelente luz por las tardes –ingrese a su habitación mientras Marcel luchaba por convencerla.

-Veo que eres una artista –le comento Klaus al ver sus pinturas, hubo un tiempo que con Klaus nos dedicábamos a pintar y hacer el amor-. Estupendo, estoy deseando ver tus muchos talentos.

-¿Fue idea suya? –pregunto Davina a Marcel, ella verdaderamente odiaba a Klaus, pero que hiciera fila porque no era la primera y claramente no iba a ser la última.

-Davina, por favor –le pedí mirándola-, este no es un lugar donde vivir. ¿No quieres una vida normal de nuevo? –ella me quedo mirando dudosa, aun no confiaba en nosotros.

-Entiendo que eres devota a Marcel –le hablo Klaus al no tener respuesta-, pero Marcel es devoto a nosotros. Supongo que quieres lo mejor para todos.

-Tenemos una reunión a la que asistir abajo –comente para liberar el momento de tensión que se había generado, mire a Klaus el cual asintió y nos dirigimos hacia abajo, la iglesia donde nos casamos unas cinco veces o un poco más.

-Klaus, Larissa, Marcel, gracias por venir –nos saludó el padre Kieran, nos paramos cerca de las escaleras donde se daría la misa-. Ahora, somos conscientes del cambio de liderato en su comunidad, y pensé que ya era hora de presentarse correctamente.

-Queremos estar seguros de que entienden –hablo un hombre parándose y detrás de él un uniformado, el alcalde y el jefe de la orden aquí (según ellos en sus mentes pequeñas)-, cómo funcionan las cosas por aquí.

-¿Si? –pregunte en tono de burla dándome una mirada con Klaus, acabaríamos matándolos.

-Lo que el alcalde quiere decir es que solo queremos que nos aseguren que este nuevo desarrollo no va a poner en peligro a la ciudad o sus habitantes –intento de intermediar Kieran ganándose una mala mirada de mi parte.

-Miren, ustedes hacen lo suyo, y nosotros haremos la vista gorda –hablo el oficial, con Klaus compartimos una sonrisa burlona, Marcel estaba nervioso-. Mientras nuestros bolsillos sigan llenos, no tendremos problemas.

-Lo más importante, hay reglas –Kieran subió el tono de su voz-, no alimentarse de los locales, no traer atención sobre la ciudad –esto último lo dijo mirándome a mí-. Ahora, la historia ha demostrado que podemos coexistir pacíficamente. De cualquier manera, si se pasan de la raya...

-Responden ante nosotros –lo interrumpió el oficial, el cual desagradablemente estaba teniendo serios y asquerosos pensamientos sobre mí.

-Bien –hable riéndome y Klaus se rio conmigo-.Lo siento, a ver si lo hemos entendido. ¿Tenemos que hacernos los sumisos con este cerdo pomposo y su ridículo grupo de insignificantes ladrones? –pregunte señalando al oficial y mirándolo muy mal.

-Aquí están nuestras reglas –hablo Klaus parándose frente al oficial-. Van a agarrar las migajas que nosotros creamos oportuno dejarles y van a estar muy agradecidos. Si eso no les va bien, puede que decidamos que ya no nos son útiles –dicho lo que se tenía que decir nos retiramos.

Klaus y Marcel fueron a un bar donde se esconden los vampiros sin anillos de día, pero de verdad en ese ambiente era el último lugar donde querría estar, así que me dirigí a la casa y controle que la mudanza de Davina se hiciera perfecta.

-Estoy segura de que si pudieras detener a Klaus, ya lo habrías hecho –le comente a Davina bajando a la cochera donde se encontraba con el traidor de Josh y Hayley pisándome los talones-. Hola traidor –lo salude empujándolo con mi mano contra la pared y comenzando a asfixiarlo al cerrar la mano.

-Para –me quiso ordenar Davina extendiendo sus manos hacia mí, pero nada paso, su poder aunque fuera el de todas las brujas de Nueva Orleans no era nada contra mí-, por favor –dicha las palabras mágicas lo solté y este cayó al piso.

-En Roma a los traidores los matábamos –comente mirando a Josh recomponerse-, pero sé que en un futuro todos ustedes van a ser de utilidad.

-Porque te ayudaríamos voluntariamente –comento Davina mirándome a mí con asco y luego a Hayley de la misma manera o peor porque era a ella a la que se le notaba el embarazo-. Ustedes son las mujeres de Klaus.

-Euhg no, nunca –contesto Hayley cruzándose de brazos-, solo soy la mujer lobo embarazada.

-Hay una forma en que podemos cuidarnos unos a otros –comente pacificando el ambiente tenso que yo misma había creado lo admito, pero él fue parte de lo que le hicieron a Klaus. Iba a seguir mi discurso pero algo más importante sucedió, algo le sucedía a Klaus, su pulsera me estaba avisando.

Segundo día de la semana en cuarentena de mi facultad (debería estar leyendo porque nos mandan deberes a través de una plataforma) y sigo en casa, sin salir. Recuerden no salgan más de lo necesario (y en casa me tienen casi encerrada porque pueda que este incubando el virus) cuídense.

The True Originals-Klaus Mikaelson Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora