Capítulo 97:

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Estaba con mucha preocupación y mire con molestia el reloj que había en mi escritorio, esta semana, mejor dicho, estos meses iban a ser estresantes, un golpe en la puerta me hizo cerrar la carpeta, no necesitaba si quiera usar alguno de mis poderes para saber quién era.

-Adelante –invite mientras me paraba, Klaus ingreso en la habitación con una sonrisa falsa intentando animarme-. ¿Ya es tiempo no? –pregunté mirando con disgusto su bolso, Klaus se iba de casería de sus enemigos, intenté frenar esa necesidad de sangre, pero es lo que lo mantiene de alguna forma cuerdo y funcional el resto del tiempo con nosotros.

-Di la última clase del semestre –apoyo su bolso sobre el sofá mientras se encaminaba hacia mí para abrazarme-, vos y Damien se encargarán de las próximas dos lunas nuevas, todo va a salir bien.

-Como siempre –afirme besándolo, han pasado siete años desde que Klaus me ha mantenido alejada de su mente.

-Escuché por ahí que nuestra princesita esta por volver a la academia –comento mientras aún me seguía abrazando, yo asentí-. No podemos tenerla siempre delante de nuestros ojos para cuidarla Larissa –me recordó Klaus, en relación a Rina, soy la persona más sobreprotectora de la tierra.

Cuando le di el mando a Damien de armar el equipo para misiones de eliminación, y de extracción para traer a los seres sobrenaturales al instituto, el encargo era que seleccionara a los mejores, los que tuvieran buenas notas y supieran acatar órdenes, no se le ocurrió otra cosa mejor que seleccionar a su sobrina.

-Llevan un día de atraso en su misión –le recordé con preocupación mirándolo mientras acariciaba mi rostro.

-Todo está bien amor –buscaba calmarme Klaus mirándome a los ojos-, sabes cómo es nuestra pequeña, siempre se toma un día para ser turista en el lugar que tu hermano la mande.

-A veces detesto que se parezca tanto a nosotros –dije provocando que se riera mientras se dirigía a servirse un vaso de bourbon.

-Larissa, Rina ya no es nuestra pequeña que corría algunas veces hacia nosotros cuando se asustaba –me recordó Klaus sobre la triste realidad de mi hija.

-Para mí, siempre va a esa esa pequeña Klaus –hable mientras agarraba mi celular mirando los mensajes que tenia de Rebekah y Kol quienes esperaban a Rina estas vacaciones.

-Imagino que mis molestos hermanos quieren saber cuándo van a poder ver a su sobrina –dijo leyendo mi rostro, yo asentí.

-No puedo creer que mi familia no nos quiera ayudar –solté más para mí que para él, esta situación era la que había hecho que con mis padres nos dejáramos de hablar por completo, Rina se dio cuenta con los años lo injustos que eran sus abuelos y dejo de visitarlos también, sin contar el hecho de que limitaron los poderes de su hijo favorito, Damien cuando tuvo la mínima intención de ayudarnos casi le sacaron todo.

-Ya lo hablamos amor, lo vamos a resolver juntos, no necesitamos de ellos –contesto con disgusto mirando su vaso.

-Están llegando –aviso Fabrizio abriendo la puerta de mi oficina sin permiso ganándose una mala mirada de mi parte-, pensé que querrías saberlo.

-Perfecto, voy a aprovechar el jet –Klaus agarro su bolso terminando de un sorbo el contenido del vaso y dándome un largo beso de despedida.

-Vamos –asentí y con toda mi velocidad corrí hacia el lugar donde tenía permitido estacionar el jet, lo suficiente lejos del instituto y sus áreas de actividades.

Mientras esperábamos junto a Fabrizio apareció mi hermano también a esperar al equipo, lo cual me pareció raro, pero no quise agregar ningún comentario, lo hablaríamos a solas.

The True Originals-Klaus Mikaelson Y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora