Capítulo III

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"Tiempo"

1 de septiembre de 1977.

Regulus Black caminaba junto a Severus por la estación 9 3/4 a paso tranquilo.

Hacía una semana habían dejado a sus hijos en la mansión de Noruega bajo el cuidado de Walburga y Orión mientras que Astra y Addy terminan sus estudios en el instituto Durmstrang y ellos en Hogwarts.

Severus caminaba de un lado al otro nervioso, pues aún no los dejaban subir al tren y debían esperar a sus otros amigos.

-Vas a gastar el piso- Le dijo Reg.

-¿Qué tal si Aster se asusta por no vernos ni a Astra ni a mi? - Se dijo a sí mismo el chico ignorando a su amigo.

Regulus rodó los ojos por el papá gallina que resultó ser Severus, pero aunque el trataba de ocultarlo pasó toda la noche sin dormir por miedo a que Cassi o Addy estuvieran en peligro.

-Veremos a los niños en Navidad, recuerda también que Astra y Addy pidieron permisos para visitarlos en los fines de semana- Recordó el Black más para tranquilizarse a sí mismo.

-Pero ¿Porqué a nosotros no nos dan permisos por paternidad? Digo también merezco y quiero estar con mi hijo-

Severus sacó un relicario que colgaba de su cuello, el que ahora compartía con Astra y Aster.

Dentro estaba la foto de ellos tres sonriendo como la familia que son.

-Merlín, quiero que termine ya este año- Dijo el chico Snape.

-Mira tú, pero si creí que amabas la escuela- Dijeron detrás de él.

Al voltear ambos Slytherin vieron a los merodeadores y Lily Evans, el que había hablado por Sirius Black y James Potter le chocó los cinco como si hubiera dicho un gran chiste.

-Amo más estar lejos de ti- Respondió Severus sin ánimos- De todos ustedes- Corrigió.

-Severus estás del lado equivocado- Le dijo Lily.

Snape la vio sin pizca de emoción, por alguna razón ya no sentía nada por ella, se había convertido en una chica tan frívola y diferente a quien el había conocido... Tan diferente a Astra también.

Sev recordó a Astra, quien debería estar ya en clases ahora y que probablemente no dejaba de pensar en Aster, su hijo, el hijo que habían tenido juntos.

Severus se perdió tanto en sus recuerdos familiares que ignoró completamente los llamados de Evans hacia él porque él solo pensaba en ellos.

-Ya déjanos en paz Potter- Habló con asco Regulus.

-Solo quiero saber de mi hermana. Ella no volvió rogando a casa como habíamos predicho y no contesta mis cartas ¿Dónde está? - Preguntó James.

-Esta a salvo, está feliz- Fue lo único que Respondió Regulus.

-¿Y el bastardo? - Preguntó Sirius con asco.

Pocos sabían de la razón detrás del enojo de Sirius, pues James era el hermano de Addy y estaba enojado porque alguien se atrevió a embarazar a su hermanita, pero ¿Y Sirius? Era tan simple.

Sirius Black había estado enamorado de Adelain desde que la conoció, pero los ojos de la pelirroja siempre estuvieron en Regulus.

-A mi hijo lo respetas- Saltó Regulus- El si merece llevar mi apellido, merece llevar mi sangre, porque es la sangre que lleva, la mía, no la tuya traidor a la sangre-

ILEGÍTIMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora