Astra Black, melliza de Regulus Black y hermana menor de Sirius, inicia una aventura con James Potter... Está aventura termina durando 3 años, pero James engaña a Astra con Lily, esto hiere a la chica Black y corta toda relación con Hogwarts, Londre...
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❝ACEPTO❞
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Viktor se vio una vez más frente al espejo y suspiró, quiso correr, pero eso solo traería problemas a su familia.
–No te ves feliz, pero si muy guapo–Dijo Astra acomodando su moño–Lamento tanto hijo–
–No es tú culpa mamá, es de la mujer con la que me voy a casar–
–No, sí es culpa mía–Siguió la castaña–Si yo hubiera acabado con esa niña...–
–Pero es una Black–Recordó Viktor–Y tú jamás le harías daño a alguien de esta familia–
La mujer asintió y recibió el abrazo de su hijo mayor, sabía bien que Viktor es quien menos merece aquel destino en esa casa y si ella pudiera tomar su lugar lo haría.
–Yo no te traje a este mundo–Comenzó sin soltarlo–Pero eres mi hijo, mi fuerte y hermoso niño con un corazón de oro–
–Madre no nece...–
–Y yo te amo más de lo que puedo expresar–Astra se alejó y tomó su mentón para verlo a los ojos–Y quiero que me prometas que jamás, sin importar nada, vas a dudar que yo amo Viktor–
–Lo prometo–
La señora Snape lo volvió a abrazar y él sabía bien que le intentaba pedir perdón de alguna forma, pero no necesitaba hacer eso.
–Mamá si lloras no me vas a llevar al altar–Recordó
–Cierto yo...–Ella arregló su maquillaje un poco–Tengo que ser la más hermosa, en otra situación yo dejaría brillar a la novia, pero esa... esa niña no merece que la deje brillar–
El ojiverde sonrió, su prometida no iba a estar nada feliz al ver a su madre, prima, tía, futura cuñada y abuela vestidas de blanco el día de su boda, pero él no iba prevenirla.
Aster entró en ese momento y sonrió al ver a su hermano ya vestido, Astra decidió que era hora de dejar a los hermanos solos y anunció que iría a ver si los mellizos ya estaban listos.
–Así que ¿Quién es el muñeco de pastel ahora?–
–Al menos tú eras un muñeco feliz–Recordó el Krum para luego sonreír–Al menos es rica—
–Loca, sí, pero rica–Concordó el ojigris.
Se acercó a su hermano y ambos se vieron en el espejo, les pareció algo extraño verse así, mayores, y no como los niños que eran hace 8 años.
