Capítulo XLIX

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❝Después de la tormenta❞








































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Al volver al castillo todo parecía en orden, fue más el susto que la destrucción causada por los mortífagos, sin embargo habían varios heridos e incluso muertos.

Al llegar al gran comedor vieron a Adelain supervisando a los alumnos de Dumstrang, asegurándose de que todos estaban bien, así que se acercaron.


-Mamá- Llamó Cassi y la pelirroja se volteó a verlos.

-Gracias a Rowena, vengan aquí los tres, me tenían preocupada-


La mayor abrazó a los tres azabaches y besó las mejillas de todos con rapidez para luego asegurarse de que no estuvieran muy heridos.


-Vamos, nos esperan en la oficina de Dumbledore- Les dijo tomando la mano de su hija.

-¿Fleur, Harry y Cedric?- Preguntó Aster.


La pelirroja no respondió, sólo le dedicó una media sonrisa y los guió a la oficina de Dumbledore, una vez entraron vieron todo muy lleno.

Astra, Severus y Regulus se acercaron a recibir a su hijos con rapidez, Ori también estaba ahí y se acercó para abrazar a su hermana mientras se aseguraba que estaba bien.


-¡Asteg! ¡Cassi! ¡Viktog!-


Fleur se lanzó a los brazos del primero y comenzó a llorar muy fuerte ocasionando la preocupación de los recién llegados.


-¿Qué pasa?- Preguntó Cassi acercándose-Bonita ¿Qué pasó?-

-Ce... Ce... Cedgi murió-


Esto cayó como un balde de agua fría sobre los tres Black que recién entraban, el silencio en la habitación no se hizo esperar y esto solo les confirmó lo que ya les habían dicho.

Ori abrazó a su hermana mayor que se desplomó en el suelo y comenzó a llorar como una niña pequeña, no habían visto a Cassiopea Black llorar así desde la muerte de su mejor amiga.


Aster solo pudo abrazar a Fleur mientras sentía las lágrimas caer por sus mejillas, no podía con la culpa que sentía, todo esto era su culpa, Druella era de su familia, debió preocuparse por encontrarla antes de que ella hiciera una locura, nunca se había sentido más asquerosamente decepcionado de si mismo.

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