Capítulo 5

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Sucesos Sospechosos.

Stefany Renaldy.

—¿Duermes cómoda? —Su voz fastidiosa y la luz solar hace que abra los ojos de mala gana. Suspiro fastidiada al tener mi rostro tan cerca del suyo.

—Tenemos que irnos —Murmuro con un cansancio que me hace cerrar los ojos a cada nada e ignorarlo.

—Cuando dejes de estar encima de mi, ahí si te creo —Me muevo incómoda al escuchar su voz...

Percibo algo duro bajo mi abdomen y no es nada más que el suyo, estoy encima de él, mi mentón yace apoyado cerca de su corazón y sus manos se escabullen por mi cintura tomándome. Frunzo el ceño e inmediatamente me voy a un lado, no se cómo terminé encima de él y tampoco pienso averiguarlo. Tengo mal dormir y no imagino lo que pude hacer estando sumamente inconsciente en sueño. No hago nada malo, pero si suelo cambiarme mucho de posición debido a mi incomodez.

—Roncas —Me avergüenzo y termino saliendo de la tienda— Pero tranquila, yo también estuviera emocionado al dormir con alguien tan hermoso.

La última vez que recuerdo haber dormido con alguien fue con mi novio, es un poco rara la situación con Adrein y me siento en la necesidad de aclarar todo de una vez por todas. Estoy cansada, confundida y lo que menos quiero en más problemas. No deseo estar con él en estos momentos...

Solo habrá una relación laboral de por medio.

—Para con tu juego de querer tener algo conmigo, es incómodo y ya dije que no, además tengo novio y no quiero faltarle el respeto. —Aclaro de una vez.

—Como digas. —Accede con facilidad.

Todavía sigo pensando en lo de ayer, en cómo demonios salimos de ahí, y el porqué de ese secuestro, cada vez ese pueblo se me hace más raro y quisiera temerle demasiado pero no es así. Son muchas cosas que procesar, ayer pudimos haber muerto pero... Adrein, como rompió las cuerdas que lo ataban... como es...

—Vamonos. —Ordena con su voz llena de autoridad, empaca unas botellas de agua y no lo espero, me adentro al bosque sin dejar de pensar.

Caminamos no se por cuánto tiempo pero solo vemos árboles y una que otra ave volando cerca, nos detenemos al oír un impacto de bala cerca, mi pecho sube y baja tras el sonido que recuerdo no sé cómo. No quiero pensar en nada...

—Estamos en zona de cazador. —Susurra—. Debemos estar cerca de un pueblo.

Seguimos caminando y el sudor me empapa todo el cuerpo, siento que no doy para más y las piernas me tiemblan, recuerdo que no he comido nada y debo estar pálida porque la mirada del jefe se siente como si fuera pesada.

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