Capítulo 11

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Señor Walk...

Stefany Renaldy.

¿Estoy consciente de lo que hago? por supuesto que sí.

¿Me siento mal? , también.

¿Debería huir?, definitivamente si.

¿Me voy a quedar...?

Adrein emana curiosidad y verlo furioso es una de las mejores cosas que he visto, el maldito estilo se hace notar en cualquier parte y lo deseo como nunca he deseado a nadie, «por eso me siento culpable», porque no huyo de él, porque sabiendo lo que sé no me genera miedo, hay tantos porqué que ni siquiera podría contarlos. Las piernas las siento débiles por muchas cosas, por deseo, por inseguridades, por culpa...

Me atrevo a matar todas esos porqué y avanzo hasta quedar muy cerca de él. Me mira de arriba para abajo pasando el dedo por sus labios y finalmente esboza una sonrisa descarada. Lo tengo tan cerca que escucho su respiración, que huelo su aliento a menta y percibo mis fosas nasales estar encantadas con el perfume masculino que desprende de su cuello.

Cada facción de su cara se logra detallar muy nítida ante mis ojos, admiro sus ojos verdes oscuros y su cabello negro que destacan en cualquier lugar, encuentro su mirada y mira alzando su comisura izquierda.

—Acabas de tomar la peor decisión de tu vida. —Agarra mi nuca echando un poco hacia atrás mi cabeza para separar nuestros labios que estaban cerca—. Tienes dos segundos para salir de la habitación.

—Yo soy la que decido que hacer, Señor Walk.

Empiezo a bajar las tiras de mi vestido y las termino deslizando entre mis brazos, lentamente ellas bajan y caen al suelo dejando mi cuerpo al descubierto ante sus ojos hambrientos. La boca se me hace agua con la mirada que me dedica y afirmo que aquí no soy ninguna inocente, porque le coqueteo al diablo sin temor, sin miedo y por muy malo que sea solo pienso en mí, y en el poco uso que le doy a mi razón.

Adrein es un claro ejemplo de ello, y tendrá mi consentimiento, eso está seguro, porque desde que crucé esta puerta no espero más nada bueno de él, «soy tan mala como ellos».

—Esta vez no estoy para tus jueguitos. —Empieza a desabotonar su camisa blanca. Su mirada me describe muchas cosas, su respiración está acelerada y aprieta sus puños intentando contener el impulso—. Así que haz algo correcto y salte de aquí.

—Señor Walk... —Lo provoco lameteando mis labios.

—No soy amable Renaldy —Camina hacia mi— Así que si quieres caminar bien para mañana, salte de la maldita habitación antes de que te caiga encima y te domine a mi manera.

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