Capítulo 36

3.8K 351 489
                                    

Dolor, lágrimas, y secretos.

Adriel Walk.

Ese momento...

Donde el cosquilleo en tu piel es excitante, y la emoción se plasma en tu sonrisa.

Esos ojos marrones se fijaron en mi y la brillosidad de las lágrimas estuvo ahí, pero no botó ninguna. Sentí tanto alivio de poder finalmente encontrarla que estuve un rato a su lado, asimilando el hecho de que después de un tiempo ya estaba conmigo. Vi sus marcas, y las besé mientras le explicaba como saldríamos.

Algo había cambiado. Se notaba muy apagada, sus ojeras estaban muy pronunciadas, sus labios morados por el frío, la piel pálida e incluso se notaba más delgada. Tenía el cabello seco, maltratado e incluso estuvo un rato incómoda cuando la abracé. Escuché como ahogaba sus emociones.

Lo deduje todo.

Y mi cuerpo perdió fuerzas al solo saber que esta vez no la pude salvar, en donde está vez vi el sufrimiento en su mirada. La vi vulnerable, triste, y se esforzaba por sonreír. Le limpié las lágrimas, y...

Su abdomen se veía más grande, por más que tuviera delgadez era notable el crecimiento disparejo en ella.

Estaba embarazada...

No podía describir el dolor tan profundo que se apoderó de mi pecho, y mi garganta. Sentí culpa, y una maldita tristeza al saber que abusaron de ella. Me aferré a su cuerpo, y mis ojos ardieron en una sensación nueva.

—Lo siento mucho...siento no haber estado ahí. Discúlpame por favor —Probé la saladez de mis propias lágrimas cuando se desbordaron de mis ojos—. No estuve ahí...y lo siento, siento que hayas pasado por algo así... Joder, eres tan fuerte. Te amo tanto... te amo mucho delincuente ¿sabías?. Eres la reina del mundo, y...

—Está bien, está bien —Me calma—, Estoy bien.

—No estás bien... —Sollozo— y nada volverá a ser igual pero me encargaré de darte la mayor felicidad posible y hacerte olvidar todo —Volví a llorar— Stefany... Te amo tanto que me duele...

Ella agarró mi rostro con sus dos manos y fue ahí cuando sus ojos se dilataron. Hubo una sonrisa genuina al verme y mi pecho se contrajo al ver ese rostro donde había una tristeza profunda y aún así demostraba emoción ante mi.

—Estaré bien —Me asegura en un tono dulce.

La levanto del suelo no sin antes detenerme al ver que no da ningún paso.

—¿Qué sucede? —Interrogo rápido y se queda estática.

—Hay un chip...en mi cabeza. No puedo salir de aquí sin una orden de Massimo —Se tensa agarrando su vientre y alejándose de mi— ¡Vete antes de que sea peor!.

El brillo del anillo en su mano me hace desviar el rostro pensando en que hacer. Si lo saco debería haber un contra pero no estoy para darme el lujo de saber que pasará o no. Voy a ella y la acuesto a mi lado, con mis dedos empiezo a revisar su nuca hasta conseguir la sensación de algo extraño.

Para mi suerte lo encuentro fácil pero está en un lugar peligroso, cerca de su cerebro y aquella zona es letal. Por más que sea vampira si debilito algo mental o cardíaco muere.

—¿Confías en mi? —Pregunto y asiente— Bueno, sigue haciéndolo.

Tuerzo su cuello y fallece en mis brazos. La pongo poca abajo y empiezo a revisar otra vez, con la diferencia de que hago un análisis y nombro toda la zona para mi mismo. Encuentro el lóbulo occipital y pellizco la zona hasta arrancar un pedazo de cuero cabelludo. Empieza a reproducirse pero antes de que pueda volver a sanar meto solo la partes de mis huellas dactilares hasta conseguir el causante de la manipulación.

Mi Crimen Favorito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora