Capítulo 10

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Dicen que la curiosidad termina matando ¿No?

Adrein Walk.

—¡Stefany corre! —Le grito y actúa rápido, dejándome a mi con los dos malditos en la oficina.

La sangre me hierve y no, no es por ira, tampoco por furia ya que no la siento pero muy dentro de mi mente sé que puedo dejar entrar esa emoción insignificante, pero no lo haré. Estoy cansado, principalmente de hablar con estos dos malditos que se presentan ante mis ojos, la ansiedad me carcome y es solo por querer dispararle a ambos y terminar con esto, ya que no soporto verlos, ya que ni soporto fingir que estoy "negociando".

Renaldy creó dudas al entrar así, pero con el dinero desvié el tema.

Ambos traen maletines, ambos no me conocen. Lo que sé es que invierten mucho dinero en las acciones de empresas, las cuales justamente quedan cerca del casino. Los contacté a través de mi detective ya que fue el único que pudo trabajar detrás de ellos sin que ellos se dieran cuenta.

Estoy aquí con una paca de dinero, intentando hablar sin sentir ese ardor de impotencia ya que muy bien puedo estar hablando con dos malditos que le hacen daño a las mujeres.  «Necesito calmarme», porque sino el plan no va a salir como espero y necesito la información del cabecilla.

El cabecilla es el principal del movimiento. El que supervisa cualquier acción que realice su jefe.

—El jefe te matará si nos haces algo —El hombre moreno saca un maletín debajo de la mesa—. No vamos a negociar contigo. ¿Creíste que eramos ingenuos, Adrein Walk?

—Que lastima haberlos subestimado. —Empuño las armas que tengo en la espalda y finalmente las saco—. Porque van a terminar diciendome lo que necesito si o si.

Se que son vampiros, desde que crucé esta oficina esperándolos percibí ese peculiar olor a sangre que cargaban encima, y más notables fueron sus colmillos afilados, con ese leve alargamiento que no tiene una persona normal.

Los vampiros son inmortales, no mueren por cosas insignicantes como los humanos, cada vez que los matan solo tardan unos minutos en volver a la vida, aunque si tienen debilidades. Si le sacas el corazón mueren de inmediato, las balas de madera los afectan como una bala normal y pueden quemarse vivos. También la verbena los mata.

La verbena es una hierba que se parece a una flor, es morada y muy delicada. Las brujas en algún tiempo las plantaban para protegerse de la hipnosis vampirica al igual que también lo usaban como arma para envenenarlos y matarlos. Cuando hubo plaga de Vampiros así era como se defendían y eran inmunes a la hipnosis. Hacían objetos como collares, brazaletes y los cargaban puestos, eso era para alejarlos y en gran parte funcionó. En algunos casos preparaban comida con la hierba y si la hierba permanecía en su sistema diariamente, los Vampiros no podrían tomar su sangre humana, ya que estaba envenenada.

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