Capítulo 20

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Hey... Hey... ¡Reacciona!


Stefany Renaldy.

Sus besos...

No recordaba lo bien que se sentía tenerlo con sus labios sobre los míos, con su intensidad avasallando mi corazón, con el desespero quebrando mis ojos al notarlo así como yo, ansioso por esto desde hace mucho. Me siento culpable, porque nunca dejé de pensar en él, nunca pude sacar a Adriel Walk de mi cabeza, porque él fue quien desarrolló esa frustración de querer, de necesitar, de anhelar algo profundamente.

Adriel Walk es el ejemplo claro de la tentación hecha hombre, pero no hablo de lo sexual; Hablo de lo que va mucho más allá, porque sus besos por más que contengan pasión, no solo transmiten eso.

Anhelo sus besos, no sólo porque son maravillosos, sino por lo que transmiten: pasión, desespero, agonía, temor, amor, cariño, aprecio. Y es tanto lo que afecta eso a mi pobre corazón que siento que me desestabilizo en sus brazos, que pierdo el equilibrio mientras toma mi rostro y yo su cuello, para nunca intentar separarnos.

Son tantas cosas que siento como encogen mi pecho, en tanto me cuesta respirar por la intensidad que tienen sus labios sobre los míos, los cuales se mueven y percibo ese mínimo temblor —poco notable— que sucede mientras sus labios me besan. Será... ¿Tristeza, temor, dolor?, no lo sé, pero me pasa lo mismo, porque la barbilla me tiembla y los ojos se vuelven unos cristales que siento que en cualquier momento se romperán.

Las combinación de emoción, adrenalina, desespero tientan mi corazón, siento que a este punto me voy a infartar por todo lo que causa él a mi pobre sistema.

Un beso es tan fugaz... Tan indescriptible
Puedo grabar la sensación que me abruma cada vez que siento que los labios que tanto anhelo ya no están, me abruma el pecho desear un beso, que por muy poco que se vea, es como sentir algo quebrando tu tristeza y convirtiéndolo en algo hermoso, algo delicado, algo sutil, algo fugaz.

Reconozco lo que siento cuando sus labios están sobre los míos, y noto las etiquetas que le pongo a lo que siento, pero sé que me falta mucho por conocer, mucho por sentir, y sé que me faltan sentimientos por experimentar.

Sostengo su cuello sintiendo mi corazón desbocado, acelerado, apretado, fragmentado y a la vez siento que une cada parte de lo que creí roto, la plenitud se sentirme bien se apodera de mi sistema y me siento liviana, drogada, ida, en paz conmigo misma.

Eso es lo que me transmiten sus besos; paz, hambre, deseo, miedo.

Sus manos acarician mi espalda erizando mis vellos, las caricias son tan suaves que no dejan de ser adictivas, sus yemas recorren mi espina dorsal y me aferro a su cuello para no caerme, tengo que ponerme de puntillas para alcanzar su boca a gusto.

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