Capítulo 31

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Nota importante💛: Desde aquí, la historia no tiene correcciones, por ende van haber errores e incoherencias. No he tenido la inspiración para corregirla, así que los publicaré y en un tiempo la arreglaré. Los amo❤️‍🩹

Stefany Renaldy.

Entre todos los momentos de mi vida, este se me ha hecho el más difícil de digerir porque... Vamos, son dos hombres, por los cuales siento atracción, además, son hermanos y no sé a qué demonios juego cuando intento ocultar todos los sentimientos pecaminosos que me recorren cuando los tengo cerca.

Casi de manera insconciente, Adrein pone una mano en mi cintura, un gesto posesivo que no inmuta a su hermano, y sé que los celos ahora lo comen vivo, y realmente no entiendo porqué entonces hace esto.

—Adrein, podemos ir a casa y... —me interrumpe, mirándome con las dos dagas filosas que representan sus ojos; verdes, oscuros y tentadores.

—Te dejaré a solas con él porque he tenido suficiente de esto, y no quiero arriesgar lo que tengo contigo por lo que sientes. Eres mía, Renaldy, y sé lo que se siente sentir algo por dos personas —besa mi frente, y tanta compresión de su parte en cierto momento aterra—. Solo quiero que seas feliz, y si eso implica que estés con los dos, así será.

Los ojos me brillan con sentimiento, porque tanta es la magnitud de sus palabras que alteran todo mi interior.

—Lo siento por...

—Shh —apoya sus labios en mi mejilla, pasando su mano por mi cadera—. Lo vas a sentir después pero en forma de placer y no de lamento, princesa.

Me suelta de su agarre y se va de la habitación, dejándome solamente con Adriel que me mira impasible, sin algo que pueda explicar cómo se ha de sentir, y sé que es explosivo, e inesperado, pero también necesito hablar con él antes que todo.

—Sé que cometimos errores, y esto de alguna forma sigue siendo algo incorrecto, pero ya no puedo ocultar lo que siento por ti —me tiembla el labio inferior—. Eres una de las personas que más ha entrado en mi sistema, y no puedo sacarte por más que quiera.

Respira hondo, viéndome fijamente, con la mirada cansada y el cabello desordenado, dando una imagen como si fuera un empresario que acaba de llegar a su casa después de un día pesado. Casi de manera preocupante, suplico su cercanía y soy la que da el primer paso, tomando su rostro entre mis manos.

—Te colaste en todo, Adriel —apoyo mi frente con la suya—. Por eso puedo afirmar que también me estoy enamorando de ti.

Duda con una expresión confusa.

—No entiendo —me desvía la mirada—. No se qué es lo que va a salir de aquí, y sinceramente estoy aterrado, porque Adrein es alguien resentido, y que haga todo esto...

—Yo también quisiera entenderlo —interrumpo—. Pero no puedo. Es alguien que ha pasado por mucho dolor, y aunque sus sentimientos y emociones quieran revivir, es algo que a él no le gusta. Entonces, su manera de llevar las cosas es aceptandolas porque no quiere arriesgar lo que tiene justo ahora. Adrein se ve como una persona egoísta, pero no lo es.

—No quiero que esto se sienta raro entre los tres. Antes... era diferente, porque aunque él sospechara, no lo sabía —se pasa las manos por su rostro—. Es mucho para ti y para mi.

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