Limones y Fresas SasuSaku

Marcas

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Después de tanto tiempo de buscar sin obtener resultados, de tantas misiones fallidas, de tanta desilusión al saber que otra vez habían fallado al tratar de encontrarlo. Dice que lo que se busca se encuentra pero eso no sucedió para nosotros.

No podían buscarlo para siempre pues habían más misiones y por eso no le quedó otra opción que  embarcarse en una misión sola, muy lejos de Konoha en busca de  plantas medicinales que no se daban en el país del fuego y luego de varias horas, fue inevitable que oscureciera.

Debía regresar pero aún no encontraba ese hongo en el país de la hierba que tanto necesita encontrar y aprovecho el rastro de la luna para continuar. Podía ser peligroso encontrar a alguien que las sombras le brindarán el refugio para hacer fechorías pero su miedo había desaparecido con la llegada de mi fuerza.

Creía que no le temía a nada pero no estaba preparada para encontrarlo a el bajo la luna entrenando en un claro. El shock fue casi instantáneo, que boto al suelo la cesta de mimbre que llevaba llena de plantas extrañas y tuvo que llevarse la mano a la boca para que no saliera ningún sonido que alertara a Sasuke de su presencia.

A penas si podía creerlo, habían buscado por ese lugar tantas veces que jamás pensaron que la aldea sería un bosque espeso donde jamás lo encontrarían a menos que un golpe de suerte como el que acaba de suceder lo dejara al descubierto.

Desde la distancia, escondida entre la hierba alta y sin siquiera poder moverse. Se dedicó a observarlo como un acto de voyerismo. Cada salto en el aire, la perfecta sincronización con su katana y su naturaleza rayo dándole toques mágicos a su entrenamiento. Su cuerpo pálido contrastando con los rayos de luna sin que un solo gesto se filtrara en su cetrino rostro.

Era como ver un acto prohibido de un dios en la tierra, una eclipse lunar de cada cuántos años y al final solo era  Sasuke que tanto había amado. Más fuerte, más tenebroso, más esquisitamente hermoso e inalcanzable.

Suspiro sabiendo que no podía confrontarlo sola. Que debía regresar a la aldea  para notificar a la Hokage de su encuentro y que organizará una nueva misión de rescate. Con ese pensamiento comenzó a recojer lo que había botado al suelo pero cuando se levantó su cuerpo sintió una pequeña electricidad que la recorrió de pies a cabeza.

Sasuke ya no estaba allí, en el claro y fue inevitable que no sintiera algo de pánico por qué presentía que la había descuebierto y estaba en lo cierto cuando un aliento cálido golpeó su oreja al tiempo que una mano se posaba con fuerza en su vientre.

—Te mataria por el simple hecho de vigilarme—empezo Sasuke con esa voz que gritaba peligro.

—¡Sasuke-Kun!

La alarmas de Sakura se encendieron pero fue cortada por  Sasuke, que pasó la nariz por su cuello oliendo su tenue perfume natural mezclado con cerezas.

—¿A qué has venido?—Le pregunto mientras la mano que tenía en su vientre subía peligrosamente hasta quedar a pocos milimetros de sus pechos.

Sakura se quedó en silencio no sabía que responder. Podía decir la verdad pero el no le creería ni siquiera porque tuviera un canasto con plantas extrañas de la aldea de la hierba.

—Yo...

Sasuke hizo que se diera la vuelta quedando uno frente al otro y sin siquiera pensarlo la besó. Estampó sus labios contra los de ella y comenzó con un ritmo crudo y despiadado que la hizo suspirar. El aprovecho ese momento y hundio su lengua en su mojada y caliente cavidad. No sé detuvo, le enseño lo que podía ser capas de hacer con un beso y luego la soltó.

Sakura era incapaz de respirar sin sentir esa ausencia de aire por el beso que le habían arrebatado sin piedad pero la ausencia que más sentía era la de su calor. ¿Como decirle que quería más? ¿Como decirle que con ese beso solo había sido el colapso de su sistema nervioso contra su cardíaco? ¿Era posible morir de un beso? Había sido inevitable que en este tiempo ella dejara de quererlo y ese beso solo confirmo sus sospechas.