Limones y Fresas SasuSaku

Palomitas de Maiz #3

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Sakura lo empujó hasta quitárselo de encima. Cómo pudo regresarle el beso y olvidar lo que había encontrado en su basura. Gracias al cielo que el mismo dueño de aquel paquete se lo había recordado.

—Eres...

El pelinegro levantó una ceja desde el suelo donde había caído pero se levantó rápidamente cuando vio que Sakura se levantaba. No estaba dispuesto a que se fuera tan rápido.

—¿Que quieres?

Sasuke sonrió de lado.

—Debes pagarme por lo que has robado

Sakura abrió los ojos desmesuradamente. ¿Que diablos acababa de decir?. Empezo a golpear su pecho sin ejercer más fuerza porque tampoco quería matarlo.

—No tengo nada que pagarte

Sasuke tomo la basura de las palomitas de maíz y se las mostró. Era obvio que si tenía algo pero el las había dejado abandonadas. Un aire paso en ese momento despeinado los cabellos de Sasuke.

—Tu los dejaste—susurro mientras no dejaba de observar a Sasuke. Desde cuándo se había convertido en todo un adolescente guapo con gestos que hasta al más santo lo hacen pecar. Sakura cruzo los brazos para aparentar molestia.

Sasuke metió el pequeño paquete plateado en la bolsa de su pantalón y después hizo que Sakura lo siguiera por la oscuridad del bosque. No sé hasta donde caminaron pero el camino se le estaba haciendo familiar.

—¿Adónde me llevas?—pregunto Sakura tratando de escaparse de su agarre.

El no respondió si no más bien la tomo más fuerte pero sin hacerle daño hasta que se vio dentro de la cueva donde estaba su equipo. Sasuke pareció sorprendió pero no se movió de su sitio observando a Naruto y a Sai.

—Con que aquí estaban—murmuro cerrando los ojos.

La alarma invadió el cuerpo de la pelirosa y si pretendía matarlos estando dormidos.

—No pensaras...—dijo Sakura mirando sus ojos azabaches que por alguna razón parecían desesperados.

Sasuke la volvió a tomar del brazo sacándola de la cueva, haciendo que ella suspirar de alivio. Su alivio no duró mucho pues el parecía bastante desesperado y no fue hasta que la empujó sobre una piedra que estaba en las afueras de la cueva, que lo entendió. El estaba buscando un lugar libre para ellos. ¿Pero por qué?

—Sasuke

Sasuke la miro a los ojos y estampó sus labios sobre los suyos.

—¡Sasuke!—Repitió más fuerte Sakura tratando de detenerlo pero este solo complemento sus actos levantando una de sus piernas y haciendo que el pegará su cuerpo más al suyo.

No sabía que estaba pasando. Ella temía que su equipo en cualquier momento despertara y la encontrarán en esa posición con Sasuke pero pronto sus manos hicieron que se olvidará de todo.

Una de sus manos tocaba su cintura y la otra acariciaba su pierna sobre la tela del short. Eran caricias que le hacían tener un calor terrible pero que a la vez la dejaban sin fuerzas. Sus labios se desplegaron de su boca y fueron a parar a su cuello. Haciendo un camino invisible de besos que de vez en cuando mordían el lóbulo de su oreja. Joder desde cuando el pelinegro se había vuelto tan caliente.

—¿Que pretendes?—pregunto Sakura sin aliento y con las manos enredada en su cabellos.

—Tú querías usarlo ¿No?