Limones y Fresas SasuSaku

El Desconocido de Año Nuevo

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Era la celebración de año nuevo y se disponía a vestirse con un kimono rojo  con bordados de enredaderas y pájaros en hilos dorado pero le faltaba algo para agarrarse el cabello.

Recordaba tener entre sus viejas pertenencias una peineta con flores doradas que iría perfecto y si no recordaba mal. Dicha peineta estaba entre las cajas que había traído de la casa de sus padres.

Fue directamente al clóset donde guardaba objetos casi olvidados y comenzó la búsqueda de la dichosa peineta entre las cajas empolvadas. Le tomo divisar en lo profundo de ese armario una vieja caja de zapatos en color rosa que antes guardaba debajo de su cama y sacarla sin tirar todo lo que estaba encima de esta.

Cuando por fin estuvo en sus manos, respiro profundamente antes de abrirla pues dentro había infinidad de cosas que le traerían recuerdos de su infancia y adolescencia. Le sacudió un poco el polvo haciendo que su nariz quisiera destornudar y por fin la abrió.

Habían fotos de sus padres, fotos de sus amigos, algunos recortes de revistas para hacer que el chico que te gusta te voltee a ver, un collar de la amistad que había compartido con Ino. Su diario abandonado, que no tenía más que tres hojas escritas y algunas cartas de amor de cuando Sasuke fue a su viaje de expiación.

Suspiro al compás de los latidos se su corazón al sentir la textura del papel rústico en la que Sasuke le había escrito, tomándole así un momento regresar a su propósito inicial. Esas cartas le habían dado tantas esperanzas que le fue imposible en ese momento no contar los días para su reencuentro.

Regreso su atención a la caja y no tardó en encontrar otra caja mas pequeña, plateada donde guardaba la peineta dorada que su abuela le había regalado para el baile de año nuevo en Sunagakure.

Aun recordaba lo mucho que había odiado ese viaje pero sin duda al final había estado bien, demaciado bien. Con una sonrisa en los labios abrió la caja plateada y vaya sorpresa la que se llevó. La peineta está en perfectas condiciones más no era eso lo que había llamado su atención, si no la pulsera con un ramillete de flores rosadas que había guardado con ella.

Instintivamente se llevó la mano a la boca tratando de detener los recuerdos de aquel loco fin de año. Saco la pulsera, que no era otra cosa que un listón dorado con flores rosadas y suspiro con incertidumbre.

¿Que debía hacer con ella?

La persona que le había regalado esa pulsera ya no estaba en su vida y aún que quisiera seguir conservandola, no era correcto pues el le había hecho olvidar a Sasuke aquel año nuevo y eso de alguna u otra forma la hacia sentir mal.  A pesar que en aquel entonces Sasuke había dejado la aldea y no eran más que almas gemelas separadas por venganza.

No tenía opción.

Así que tiró el ramillete a la basura y regreso a la peineta. Quizá tampoco era buena idea usarla pues esa peineta la había usado ese día también.

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—¡Irás a suna con tu abuela!

Había sido la orden de su madre ese fin de año. Importandole muy poco su opinión y sus sentimientos.

No quería ir, no quería perder una sola misión para regresar a Sasuke a la aldea y ahora su madre le salía con eso. ¿Que le pasaba?

Con molestia empaco para el corto  viaje que tardó varios días, a penas si recordaba a su abuela pero sabía que era algo gruñona. Así que no le soprendio que su abuela no la espera en la entrada de la aldea para llevarla a su casa.

En cambio le tocó preguntar a las personas de por allí por la señora Ame Haruno. Nadie parecía conocerla aún cuando trataba de describir su fría y cascarrabica personalidad. Ya entrada la noche se sentó en las bancas de un parque a la espera que una tormenta de arena no le cayera y con los brazos cruzados espero un milagro.