Limones y Fresas SasuSaku

Deseo Concedido #2

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—¿Exactamente porque tengo que castigar a este chico, Sasuke?— Pregunto Naruto al borde de la risa, no es que no quisiera castigarlo por su falta de respeto hacia un ninja de alto rango pero era gracioso ver a su amigo en un ataque de celos, eran de esas cosas que solo pasaban una vez cada mil años. El problema de todo este asunto era que el susodicho  solo había tenido la mala suerte de haber sido tan imprudente al dejarse escuchar por el pelinegro.

—No me estás escuchando—dijo el pelinegro bastante molesto.—Ese idiota quiere meterse en las bragas de mi mujer.

—Claro que lo estoy haciendo, pero tienes que comprender que aun lo reprenda hay muchos más shinobis interesados en Sakura.

Sasuke suspiro frustado, sabía que parte de eso era su culpa por dejarla sola pero  eso significaba que no le perteneciera. Ella le pertenecía y aun que intento erradicar a sus pretendientes haciendo que vistiera en sus ropas el abanico Uchiha, sus admiradores seguían rondando.

—No puedo dejar las misiones de un lado por más que quisiera ser el esposo modelo que todos quieren que sea. Debo proteger a mi familia y sin embargo ellos me hacen ver cómo alguien que no le importa su esposa.

Naruto se acerco y puso su mano encima de su hombro. El tambien entendía a Sasuke más de lo que el pensaba. Hinata también tenía muchos admiradores por eso el había cambiado su vestimenta a algo más holgado y menos sexi.  Quizá le debería dar el mismo consejo a su amigo pensó el Hokage.

—Lo se, lo único que tienes que hacer es confiar en tu esposa. Ella te ama y jamás te dejaría por otro Shinobi.

—¿Cómo estás tan seguro?—le pregunto Sasuke esperanzado. Total ella estaba en todo su derecho a renunciar a un matrimonio que no la hiciera feliz. Buscarse alguien que le hiciera el amor por las noches y le repartiera besos y caricias por la mañana.

—No creo que después de luchar tanto tiempo por quedarse contigo ahora valla a desistir, además tienen a Sarada.

El pelinegro dio gracias al cielo por ese pequeño milagro que había traído Sakura al mundo. Probablemente esa sea una buena razón para que Sakura no lo olvidará, su hija se parecía demasiado a el. Naruto camino de nuevo a sus silla. Tenía algo más que decirle pero quizá era demasiado personal. Era sobre las palabras que había dicho el Shinobi pelibanco.

—¿Hay algo mas, no?

Pregunto Naruto sintiendo como su amigo aún se estaba guardando algo de información. No quería meterse en su vida pero si no se lo decía iba a explotar de curiosidad.

—Si —aseguro.

—Soy todo oídos—añadió encantado de no tener que sacarle el resto de información a las malas. Mientras tanto Sasuke le dio la espalda y empezó a caminar en circulos, tenía que contarle exactamente lo que había dicho el Shinobi...

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Sakura caminaba a su casa preocupada. Sasuke ni siquiera la había mirado cuando se habían encontrado a fuera del hospital. siempre en público había sido distante pero una mirada bastaba entre ellos para decirse muchas cosas. Esta vez no había pasado eso, simplemente le había dicho fríamente que la miraba después.

Entro al departamento y camino hacia su habitación pero no pudo evitar pasar enfrente del gran espejo de su habitación. Su reflejo era el de una mujer joven y muy hermosa mas ella no lo creía así. Ella como muchas más mujeres tenía sus inseguridades y aún no entendía  cómo su esposo le agradaban sus pechos o las pocas curvas que se le dibujaban a través de la ropa.

Ella Suspiro derrotada

Más que todo le tenia miedo a que su matrimonio se enfriara por esos largos viajes y por esas largas ausencias. Estaba tan enfrascada mirándose al espejo que no sintió cuando cierto pelinegro la observaba desde el lumbral de la puerta embelesado, nunca merecería a esa mujer más lucharía el resto de su vida por hacerla feliz.

Quizá debería prohibirle que use esa blusa con el vientre destapado, pensó Sasuke pero tenía pensado algo mejor para evitar que se volviera a poner algo así por el momento o por lo menos por nueve meses más. Después buscaría una escusa o simplemente le sacaría los ojos a cada Shinobi que se atreviera a desnudarla con la mirada.

—¿Que tal has estado?

Pregunto Sasuke haciendo que su esposa pegará un salto.

—No te escuché llegar—susurro la pelirosa mirando a su esposo por el reflejo del espejo. —E estado bien pero contigo aquí estaré mucho mejor—Respondio. Sus mejias estaban ardiendo y su sonrojo competía con el labial rojo que se había puesto en la mañana.

Sasuke se acercó lo suficiente para poder pasar su brazo por la cintura. Sakura jadeo por la chispa de electricidad que brotaba entre ambos.

—Sabes lo que me dijo un pajarito

Obviamente no se lo había dicho un pajarito más bien sería un cuervo pero eso no importaba en este momento. Solo importaba Sakura.

—No tengo idea

Contesto mirando a los ojos profundos de los que tanto estaba enamorada. Ya no estaba pensando claramente tal y como sucedía cuando lo tenía cerca.  Sasuke por su lado le arrebató un beso y se dejó guiar por su delicioso aroma. Roso su mandíbula con la nariz hasta bajar por su cuello. Era exquisito, delicado y hacia que su imaginación volará con gusto.

—Hueles divinamente — gimió el pelinegro rindiéndose ante ella. Nadie más podía provocarle ese placer. —Pero aún no te e dicho que me dijo ese pajarito ladronzuelo.

Sakura río, había dicho ladronzuelo rechinado los dientes. Era síntoma de estarse conteniendo.

—Me muero de la curiosi...—Sasuke había subido por su cuello hasta su oreja interrumpiendo sus palabras. ¿Como se podía pensar bien cuando el hombre que amas hace que se te nuble la mente con esa clase de caricias? Pensó Sakura.

—¿Es cierto que quieres otro bebe?—le susurro al oído.

Sakura dejo de respirar, mañana iba a matar a Ino por haberlo gritado para que todo el mundo se enterara. Sasuke preocupado dejo las caricias a un lado y la miró. Podía ser todo una confusión al final de todo.

—Contéstame Sakura

Ella seguía callada sosteniéndole la mirada. Se sentía apenada por la forma que se había tenido que enterar pero sobre todo tenía miedo de su rechazo o que pusiera mil escusas por miedo a que alguien le hiciera daño a su familia.

—Es así como me tengo que enterar del deseo de mi esposa.—dijo Sasuke acunando su rostro con su única mano.

—¡No!...No me atrevía a decírtelo

—¿Por que?

—Por miedo, por miedo a que no quisiera otro bebe.

Sasuke le sonrió tiernamente.

—Tonta, sigo pensando que eres la peor molestia.

Sakura también sonrió, sabía que significaban sus palabras pero no estaba de más afirmarlas.

—¿Eso quiere decir que...?

—Eso quiere decir que llevas demasiada ropa para mí gusto...

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Si quieren una tercera parte pero con lemon tendrán que decirme jaja.

Besos Lia 🍋