Deseo Concedido #3

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Sakura estaba parada frente al espejo del baño viendo fijamente su reflejo. Sus ojos estaban cristalinos brillando un verde casi apagado. Tenía que ser una mala jugada del destino o simplemente algo no andaba bien con ella.

"Otro mes"

Pensó ella y no pudo evitar soltar la primera lágrima que cayó contra el lavabo. Respiró profundamente tratando de ordenar sus ideas, al final de todo no era el final del mundo. Solo otro mes de ardua tarea marital en las pocas noches que Sasuke regresaba a la aldea. Las había disfrutado tanto que se notaba a leguas el amor que se profesaban ambos en cuerpo y alma.

Sakura se quitó las lágrimas con el dorso de la mano y tomo la maldita prueba negativa y la lanzó al basurero sin volver a ver el resultado pero cuando abrió la puerta se derrumbó de nuevo. Allí estaba frente a sus ojos el hombre de su vida que la miraba con la más dulce de las miradas y con esos ojos profundos de color negro.

—Sakura—Murmuro Sasuke, sabía a qué se debía su tristeza. Ya llevaban varios meses intentándolo pero no había tenido un resultado positivo. Quizá porque Sarada había sido una total sorpresa no estaban acostumbrados a esperar.

—No estoy embarazada—Expreso Sakura con la voz entre entrecortada. Había sido tan fácil embarazarse de Sarada.

El pelinegro por su parte a corto la distancia y la abrazo. Esperaba que su brazo fuera suficiente consuelo al igual que sus palabras.

—No te preocupes, pronto lo estarás. Solo debes dejar de preocuparte y de ponerte nerviosa.

Sasuke la miró a los ojos y seco sus lágrimas. Odiaba ver sus hermosos ojos jade derramando lágrimas por tristeza y además verla llorar no le traían buenos recuerdos. En ese momento se dio cuenta lo importante que era para ella ese nuevo bebé.

—Y si no lo consigo

Sasuke estaba apunto de contestarle cuando una idea pasó por su cabeza. A Sarada no la habían concebido en la aldea si no en su viaje. Quizá esa era la razón por la que Sakura no quedaba embarazada. A ella le faltaba estar más relajada viajando, respirado el aire puro del bosque y disfrutando de su matrimonio.

—Tengo una idea

Sakura lo miro y vio la esperanza reflejada en sus ojos pero no contesto.

—Acompañame

—¿A donde?

—En otro viaje como cuando todo esto comenzó.

Los recuerdos de ambos se hicieron presentes tiñendo las mejillas de Sakura de un rojo intenso. Fueron los días más felices juntos y los meses más locos, habían cometido tantas locuras en nombre de su amor y prueba de ello era Sarada.

—¡Y Sarada!

—Podemos dejarla con sus abuelos

—¿Y mi trabajo?

—Creo que todos los del hospital estaría de acuerdo con unas vacaciones para ti.
Trabajas demasiado.

Sakura sonrió, no cabía de la emoción y muy posiblemente después del viaje cuando estuviera más relajada podrían pensar de nuevo en el bebé pero por su puesto eso no era el plan de Sasuke. Aunque este viaje no iba a ser ni de cerca lo largo que había sido el de su redención.

.

Sasuke la tenía agarrada de la cintura mientras la conducía en una dirección extraña. Sus ojos estaban vendados por un pedazo de tela que le acariciaba suavemente la cara.

Estaba nerviosa y le sudaban las palmas, ese era su último día de misión juntos y no habían tenido ni tiempo para ellos. Había sido al final un viaje de trabajo que los había dejado exahustos pero eso no evitaba que la última noche antes de regresar a la aldea Sasuke no tuviera una sorpresa.

Sasuke se detuvo y Sakura levantó la mano para poder intentar tocar su alrededor. Sus pies habían tocado algún tipo de piso, quizá madera pero no estaba segura.

—¿Sasuke?—Pregunto en un susurro al no sentir mas su mano en la cintura.

Los latidos de su corazón aumentaron. Sabía que estaba cerca, podía sentir su chakra y su olor indomable mezclado con el bosque.

—¿Puedo quitarme esto?—pregunto mientras sus dedos tomaban el pañuelo esperando una respuesta la cual no llego. Tenía que tomar una decisión pero no quería arruinar la sorpresa que Sasuke le había prometido mientras terminaban de comer en la cena.

Se quitó el pañuelo y abrió los ojos. Conocía ese lugar, ya habían estado antes para celebrar su cumpleaños hace catorce años.

—¡Esta sí que es una sorpresa!—Expreso mientras abría la puerta de la cabaña. Ese lugar la llenaba de recuerdos que provocaba que se le subieran los colores y sintiera mucho calor. Entonces lo sintió detrás de ella igual que hace muchos años cuando la dejo en la aldea para marcharse pero esta vez era diferente.

—¿Te gusta la sorpresa?—Pregunto Sasuke mientras metía su nariz en el cuello de su esposa.

—Me encanta—contesto dándose la vuelta.

Sasuke la tomo de nuevo de la cintura y acercó sus labios esperando una respuesta más concreta de parte de Sakura. Ella por su parte pasó sus brazos por su cuello y lo beso. 

—¿Cual es tu plan?—pregunto Sakura acariciando su rostro. El ya tenía pequeñas arrugas en la parte de los ojos pero eso no hacia que fuera menos guapo. Al contrario lo deseaba con más intensidad.

—Hacerte el amor toda la noche—anuncio volviéndola a besar mientras la desnudaba y  la llevaba al futón.

Su magnífica piel brillaba a la luz de la luna y sus labios hinchados solo era la muestra de la cantidad de besos que se habían dado. Amaba acariciar su piel y esa noche se tomaría su tiempo antes de hacerla suya.

Capturó uno se sus pechos y saborio su néctar como si fuera una flor. Era adictivo y sabia que a ella le gustaba que lo hiciera. Era algo que siempre tomaba en cuenta además de su suave cuello que emanaba su rico olor a cereza.  Bajo a su ombligo y lo lleno de besos húmedos que hacían que Sakura hiciera un puño la sábana del futón mientras se retorcía de placer.

Sasuke se tomó un momento para quitarse la ropa pero Sakura se lo impidió. Ella podía hacer ese trabajo perfectamente además que podía deleitarse de la vista. Sus dedos temblaban pero eso no impidió que quitará los botones de su chaleco y se lo quitara con la camisa tambien. Sus ojos jade brillaron, ante sus ojos estaba uno de los mayores tesoros de su vida. Algo que era suyo y nadie más. Fue dejando besos por todo el torso de Sasuke mientras sus manos desabrochaba el pantalón y se colaban dentro de su ropa interior, lo que desde el principio estaba deseando.

Se recostó de nuevo en el futón y se abrió de piernas esperando con delicia al dueño de su corazón. El no la hizo esperar y cuidadosamente se tendió encima de ella. No había más que importará en ese momento, sus sentimientos y su corazón estaba conectado. Aquel acto de pasión era no menos que la consumación nuevamente de su amor.

—¿Estás lista mi amor?

Ella no respondió prefirió besarlo y esperar esa deliciosa intromisión. Sus cuerpos de un momento a otro se fusionaron, ella gimió más fuerte y el enterró su cabeza en su cuello. Eran uno solo al fin, como tanto habían planeado durante el viaje. Sasuke tomo las piernas de Sakura y las acomodo en sus cintura para poder penetrarla más profundamente. Tenían un ritmo que los ponia en los límites de la cordura y el placer.

Todo a su alrededor se volvió borroso de un momento a otro y ambos gritaron de placer. Sasuke puso su frente en la de su esposa y la miró a los ojos. Había tanto amor en ellos que la dejaba sin aliento.

—Te amo Sasuke-kun

El río cerrando los ojos, sus palabras siempre eran una caricia para su alma.

—Siento lo mismo por ti

Sasuke dejo en su interior lo que ella estaba deseando todo este tiempo. El fruto de su amor. Nada podía ser mejor.
"El clan Uchiha se estaba restaurando"

Limones y Fresas SasuSakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora