Limones y Fresas SasuSaku

Cambio de anillos / Especial #6

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final

De regreso de ver a Naruto y decirle con mucha felicidad que la misión había sido todo un éxito salí de allí directo al campo de entrenamiento, necesitaba despejar mi cabeza y dejar de preocuparme por la salud de mi amigo pero era casi imposible.

Tomé un atajo pasando por el antiguo barrio de Konoha, iba distraído pero sentí que alguien me observaba y cuando levante la vista vi a Sakura. Los rayos de sol de la tarde se reflejaban en su cabello dándole una apariencia angelical. Era mi propio ángel que alimenta mi alma de luz. Ella me sonrió y no pude evitar corresponderle pero al ver que no estaba sola si no con Ino decidí continuar mi camino.

Estuve entrenando toda la tarde y de un momento a otro las palabras de Sakura resonaron en mi cabeza cuando le pregunté si quería otro anillo, uno que no estuviera echo de chackra. Ella me respondío que le interfería en el trabajo pero su mirada reflejaba que lo deseaba.

De regreso a casa pase viendo un montón de joyerías pero ninguna tenía lo que yo estaba buscando. Necesitaba un anillo que combinará con el anillo de chackra y que no fuera tan extravagante como todos los que miraba.

Un recuerdo de las pocas pertenecías que tenía mi madre paso por mi mente. Entre ella había un anillo de oro blanco liso, con el grosor y támaño adecuado. Era perfecto y además tenía una inscripción que mi propio padre grabó a pesar de que nunca fue muy cariñoso con mamá.

Mi madre siempre lo limpiaba y lo volvía a guardar. Decía que no lo usaba por qué era como decirle a las demás personas que tenías a alguien especial, una debilidad y por esa misma razón no le había regalado uno a Sakura cuando le pedí que se casara conmigo pero ahora era diferente.

Mi madre también decía que el día que uno de sus hijos se casara por amor no lo iba a obsequiar y estaba seguro que a ella le viera gustado que Sakura lo usara. Así que decidí hacer una parada antes de llegar a casa.

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Había llegado más tarde de lo que tenía planeado, mi estómago crujía después de todo un día estar ocupado. Sarada había echo la cena y había gran variedad de comidas en la mesa. Tanto Sakura como yo estábamos impresionados.

Desde que probé el primer bocado supe que Sarada había echo un muy buen trabajo. Todo estaba muy delicioso y la mayor parte de comidas eran de mis favoritas.

- ¡Wow! ¡Todo esto es muy elaborado! ¡Hiciste muchos de los favoritos de papá!-diji Sakura saboreando un poco de carne de res.

-Sí ... tuvimos suerte, conseguimos los tomates a bajo precio".

Me alegraba por ella pero ahora yo tenía que pensar en una manera de cómo darle el anillo a Sakura. Estaba tan metido en mis pensamientos que me tomo por sorpresa la suave patada que me dio Sakura en el tobillo. Su mirada lo decía todo, estaba siendo descortés con nuestra hija.

-¡Hmp! Está muy bien -dije esperando que Sarada comprendiera lo que quería decir

-¿En serio? ¿Crees eso?- Su mirada se había iluminado y me sentí como el peor papá del mundo.

-Sí... está bien. De verdad...-le confesé pero Sarada no estaba muy convencida aun que aún se miraba conténta.

--Oye, no tienes que decir eso solo porque yo lo hice-me reprochó

Estaba buscando las palabras adecuadas para contestarle cuando el timbre de la puerta sonó.

Sakura y yo nos levantamos al mismo tiempo pero levantó su mano y me dio un golpecito en el hombro.

-Yo abro

Sakura abrió la puerta mientras yo miraba a Sarada.

-Todo está muy rico-le dije sinceramente. Ella sonrió y siguio comiendo.