Limones y Fresas SasuSaku

Noche de estrellas / Especial #4

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—Sigueme

Sakura asintió y dejos su bata en la mesa antes de salir por la ventana. Sus hombros habían quedado iluminados por la luz de la noche y me quedé sin aliento ante tal perspectiva pero debía retomar el rumbo de mis pensamientos antes que olvidará el motivo de nuestra misión.

La vista del lago era espectacular de noche, las estrellas y los rayos de la luna se reflejaban en el. Su agua era tan cristalina que no dejaba a dudas que su existencia no era natural si no una creación por un meteorito.

Los ojos de Sakura se agrandaron al ver la belleza del lago y no pude evitar quedar deslumbrado. Sus hermosos ojos verdes reflejaban también el lago y cada estrella que en el cielo habitaba. Mi corazón palpito al verla y mi pulso aumento cuando sus ojos se toparon con los míos. Era imposible no hacerle caso a mi corazón y tomar su mano para besar el dorso de ella.

—Wow, es precioso—susurro con la voz entrecortada.

—Se llama Lago Rokuriku por el nombre del Sabio de los Seis Caminos—dije mientras retiraba un mechón de cabello de su rostro. Ella estaba tan concentrada en la belleza del lago y de mis palabras que el único gesto que hizo fue sonreír aun que sus mejias se oscurecieron dándome a entender que si había puesto atención a mis acciones.

—Aterrizando en la Tierra, Rikudou sennin... Literalmente, en el sentido del cielo estrellado sobre la tierra, no habría un lugar más adecuado que este cráter. Debió haber pasado mucho tiempo y en ese tiempo recolectó suficiente agua para causar tal impresión.

El agua se movía quizá por la interacción con el aire y jamás imaginé que un lugar así estuviera escondido detrás de la torre de astronomía, de no ser por Jiji. Pero lo mejor de todo era compartir la experiencia con Sakura.

Ella sonreí tiernamente como un niño que acaba de descubrir un lugar secreto. Su sonrisa me recordó a Sarada.

—Quisiera mostrarle esto a Sarada

Sakura río

—En serio,Esa niña ... recientemente, ella se ha vuelto más curiosa sobre el universo, esta pensando en todo lo que la rodea mas allá de este planeta, justo el otro día la llevé a una exposición en el Instituto de Ciencias, pero también la he descubierto  leyendo sobre la luna y las estrellas todo el tiempo, ella está loca por eso.

Ella era como Sakura al final, siempre querido aprender cosas nuevas. No era imposible de pensar que se dedicará totalmente a alguna rama y quizá su curiosidad la haría tan fuerte como su madre.

Levante mi mano para tomar las suyas, ella como siempre no dudó en juntar sus dedos con los míos. Su manos estaban un poco frías y su textura había cambiado ligeramente pero eso no cambia lo que ella era en realidad. Una mente brillante y un corazón enorme.

Temía por un momento haberme perdido estos últimos años sin estar con ella y sin estar con Sarada. Me viera gustado estar allí en el crecimiento de ella y como Sakura dejaba a tras su adolescencia para convertirse la mejor madre y esposa.

Mi esposa, quizá no tenía un anillo con el cual desmostrar su estatus de casada pero si ambos lo sentíamos en el corazón la opinión de los demás sobraba. Ella era mi familia y un gran vínculo. Mi mano tropeso con el anillo de chackra y una duda atraveso mi mente.

—Sakura— dije pero las palabras se tropezaron juntas, tenía una pregunta que hacerle pero solo si ella está segura de hacerlo.

—Es sobre el anillo... te daré uno que no este hecho de chakra, cuando regresemos, uno normal. —me habia escuchado muy torpe pero soprendentemente ella me entendio. Sonrió, estaba ilusionada por el gesto. Lo sabía pero algo le impedía una felicidad completa.

—Siempre lo he querido ... pero tal vez no se adapte a mi labor como medico—respondio sin aún poder creer en mi lijera propuesta.

Creo que solo le hacia la propiesta en base a mis propios miedos y ahora mas que nunca queria que todo el mindo supiera que ella era mi esposa.

—Nunca me sentí ansioso de que alguien pudiera tomar mi lugar mientras yo estaba fuera. Ni una sola vez —le expuse desviando la mirafa al lago.

Sakura tomo mi rostro entre sus manos y no pude continuar con otra revelación de mi parte.

—Pero a veces y es muy frustrante pensar en eso. Cuando vuelvo después de mucho tiempo, y veo que Sarada es mucho más alta o tu peinado ha cambiado ligeramente.

Su rostro estaba muy cerca del mio, su aliento golpeaba suavemente mi rostro. Sus ojos estaban cristalinos y temo haberla herido.

—Siempre ha sido tu y se lo difícil que ha sido estar lejos de nosotras.

Sakura se inclinó y me beso dándome a entender que estaba equivocado pensando en ese otro que jamás existiría. Ella me amaba tanto como yo a ella, nuestro destino era estar juntos y vernos envejecer el uno al otro.

Los sentimientos afloraron. El beso tierno se convirtió el algo más apasionado y pronto estuvimos sin aliento pidiendo más del uno del otro. Era imposible que un lugar como este no nos envolviera en su magia tal y como sucedió años antes en nuestro viaje juntos.

Su mano desabrochó mi capa dejándola caer al suelo y eso solo fue el principio de todas las prendas que se le fueron uniendo. De un momento a otro Sakura se lanzó al agua y yo la seguí. El agua estaba fría pero rápidamente nuestros cuerpos acalorados dejaron de percibirla enfocándose solamente en nosotros.

Quite el cabello de cuello para tener acceso y poder besar a mi antojo ese lugar que hacía que perdiera la razón mientras el agua a nuestro alrededor nos acariciaba. El lugar se hacía testigo de una unión en la que ninguno de los dos podía cansarse del otro.

Eramos fuego, eramos uno. Mi mano recorrió la extensión de su espalda haciéndola jadear y antes que pudiéramos arrepentirnos de lo que estaba sucediendo. Tomé a Sakura de la cintura para que sus piernas pudieran cruzar la mía y así poder tener acceso a mi propio paraíso.

—¡Lista!

Ella no respondió, prefirió besarme con desesperación mientras me hundia en ella haciéndola una vez más mi mujer. La sensación era tan placentera y apasionada a pesar de que nuestros movimientos algo torpes por la posición.

Su belleza me dejaba sin aliento y sus ojos cautivaba una vez más a mi corazón. El que ella misma se había encargado de descongelar con su profundo amor. El agua a nuestro alrededor empezó a chocar más fuerte contra nosotros y nos llevó al borde.

Mis movimientos se hicieron más apresurados hasta que Sakura se fundió junto a mí en un último vaivén y la bese mientras nuestros cuerpos aún temblaban.

—Creo que nunca tendré suficiente de ti—dije intentando recuperar la respiración.

—Yo tampoco—murmuro besando la punta de mi nariz...

Proximo especial, "De regreso a casa"