Mejor que envuelto en papel de regalo

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Un beso es depositado en mis labios con demaciadas ternura y hace que mi corazón se acelere a pesar que aún estoy en medio del país de los sueños. En el cual quiero permanecer a un cuando otro beso es despistado en mi mejilla y ese le sigue otro aún más intenso.

Puedo sentir su cercanía, su aliento cálido en mi cuello. Quizá debería asutarme porque se suponía que mi esposo estaba de misión pero mi cuerpo lo reconoce, es el. Después de tantos años de compartir intimidad y caricias inocentes, es algo normal. Puede reconocer su toque, sus manos, su olor. Aquel que me veo buscando en mis noches de soledad en su almohada.

Otro beso sonoro y mojado es colocado en mi cuello. Muy, muy cerca de mi oreja y me estremezco. Lo quiero, lo quiero tanto que mi corazón se siente explotar ante la emoción.

Han sido días pesados y por eso me rehusó a despertar más mi cuerpo comienza a responderle, comienzo a acercarme a su cuerpo. Su mano aprieta mi pecho en respuesta y gimo impaciente. Siempre manteniendo los ojos cerrados pero apretando los labios para evitar soltar un solo sonido que alerte de mi condicion. Entonces Sasuke se pone más travieso y muerte mi labio inferior cuando me roba un beso voraz que me deja sin aliento.

Es obvio que quiere despertarme y vaya manera de hacerlo.

Sigo con lo ojos cerrados a pesar de ya estar despierta. Quiero ver qué es capas de hacer para despertarme y entonces me arrepiento cuando baja por las sábanas a mi vientre. El aire se detienen en mi garganta cuando el calor se acumula allí y me sofoca. Sus dedos acarician mis costillas mientras su boca coloca varios besos por allí.

Me conoce, sabe cómo hacerme suspirar y sonrió sin abrir los ojos. El ríe por lo bajo, pues ya se ha de ver dado cuenta que ya desperté pero aún me hago la dormida.

Sasuke quita las sábanas de mi cuerpo y el aire cálido de una mañana de primavera me recibe, erizandome la piel. Quizá debería recordar que hoy es un día importante pero mi cerebro se niega a pensar otra cosa que no sea a Sasuke sobre mi cuerpo. De su mano abriendo mis piernas para tener un mejor lugar.

Las caricias continúan hasta que estoy sin aliento y ya no soporto un minuto más sin que me colme los sentidos. Abro los ojos y por un momento me fundó en esos posos negros que brillan con la suficiente intencidad para pararme el corazón. Nunca sería capaz de cansarme de ellos, de su amor.

No hay palabras solo mis dedos quitando prenda a prenda de sus hermoso y esculpido cuerpo. Primero desaparece la capa, luego el chaleco y en un momento de locura reviento los botones de su camisa. El levanta una ceja, incapaz de reconocer lo que acabo de hacer y yo río en respuesta mientras comienzo a tocar su piel.

El hace lo mismo conmigo al quitarme la playera y apretarme más fuerte a su cuerpo. He de reconocer que ha sido más fácil que quitar todas esas capas de ropa que el traía encima.

Solo entonces lo empujó, si soy yo la celebrada. Quiero algo distinto. El obedece y aprovecho para colocarme encima de él. No es algo que no hemos hecho antes pero siempre parece la primera vez. Esas mariposas arrasan en mi vientre y por la manera que respira. Creo que siente lo mismo.

Lo besó, está vez a mi manera. Lo besó de una manera brusca, una manera que lo hace entender que me ha encendido, que ha despertado a su reina.

El gime en mi boca y yo pierdo la cordura. Su mano se detienen en mi cintura y luego baja a mis muslos. Su toque elextriza mi cuerpo y comienzo un vaivén suave sobre las telas que aún nos cubre. Ya no importa la ventana, si hay frío o si es de madrugada. El calor arde como si estuviéramos bajo el sol de un desierto y con la misma sed.

Mis dedos se pierden en su cabello y beso su cuello mientras el débora mis pechos. Son demaciadas sensaciones juntas. Quizá no deberíamos hacer mucho ruido porque Sarada duerme pero el deseo nos hace bajar la guardia y continuar.

Me levanto unos centímetros y Sasuke aprovecha esto para desabrochar su cinturón. La espera parece una eternidad. Luego sus dedos rompen mis bragas y vuelvo a perder el aire.

El se ríe y creo  que  se ha vengado por su camisa pero al final no tenemos tiempo para reporches. Su dedos me distraen cuando me toca, reconociendo el terreno y preparando su camino. Gimo cuando un dedo ingresa en mi interior y muerdo su labio cuando mete un segundo.

Amo su toque y siento al mismo tiempo que me mata.

Retiro su mano como si su tacto me quemara y la besó sintiendo cuando estoy preparada para el. Sasuke cierra los ojos por la visión y se acomoda en mi entrada antes de penetrarme con suma lentitud. Lo siento estirar mis paredes poco a poco y luego salirse sin haber entrado por completo. Lo hace para que me vuelva loca.

Es esquisito y no puedo dejar que se detenga. Tomo la iniciativa y comienzo un vaivén  que el no esperaba jamas. Un vaivén duro y salvaje en el que sabemos que no vamos a durar. El toma mis caderas e intenta hacer que el proceso sea más lento pero después del tiempo que llevo sin el. Lo quiero, lo quiero todo. El resite con todas sus fuerzas y yo me dejo llevar mientras me muerdo el labio para evitar que ningún sonido escape.

Los minutos se hacen largos y ninguno de los dos puede ganar. Me dejó ir al mismo tiempo que el. Fue inexplicable, maravillosos y quiero repetición cuando recupere el aliento.

Me bajo de su regazo y nos recostamos en la cama. No tengo ni la menor idea dónde está la sábana así que me acurrucó contra su cuerpo para no perder el calor.

—¡Feliz cumpleaños amor!—murmura con la voz entrecortada al mismo tiempo que coloca un beso sobre mi cabello y me abraza.

Sonrió y solo después que he recuperado el aliento después del fantástico ejercicio me atrevo a preguntar.

—Pensé que estarías en una misión.

Sasuke se recuerta sobre su brazo para alzar su cabeza y verme. Tiene el cabello revuelto y los labios rojos por los besos. Se ve increiblemente bien saciado aún que eso no sería todo.

—¡Queria darte una sorpresa!

Sonrió como una idiota

—Mejor que envuelto en papel de regalo.

Sasuke sonríe también y me besa con la suficiente pasión para llevarme de nuevo a mi propia paraíso personal. Nuevamente....

...

¡Hola mariposas!

Esto fue mi manera de celebrar por todo lo alto a Sakura Uchiha. Un personaje que aprecio con todo el corazón, no solo porque me enseñó muchas cosas si no porque gracias a ella descubrí mi pasión por escribir.

Podría dejar de escribir de cualquier cosa pero jamás del Sasusaku.

Nos vemos muy pronto, muy pronto.

Besos y abrazos
Lia Diso 🌸

Limones y Fresas SasuSakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora