Limones y Fresas SasuSaku

La Última Vez

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Esta era la última vez que lo perdonaba, la última vez que le permitía incumplir una promesa, la última vez que la dejaba plantada. La última vez que la dejara como una estúpida pensando en que esa vez sería la buena.

Jugueteo con el anillo en su mano izquierda y quitándose una lágrima escurridiza de la mejilla, logro tomar el valor para hacer lo que debió hacer hace mucho. Dar por finalizada su relación en la que ella siempre había dado todo sin esperar nada a cambio pero se cansó. Se sacó el anillo que en un principio se quedó atorado pero luego cedió y lo coloco sobre la mesa del restaurante donde esperaba a su exprometido.

Su prometido era un multimillonario empresario que nunca tenía tiempo para ella, siempre tenía una escusa para dejarla plantada y parecía como si no le importará. Un pensamiento muy poco sano le dejo en claro que tal vez estaba exagerando las cosas pues las reconciliaciones siempre habían sido las mejores. La forma en que le hacía el amor para dejarle en claro que solo a ella amaba, que solo ella era la mujer de su vida pero necesitaba más que eso y sabía que el nunca cambiaría.

El era un hombre casado con su trabajo donde otra compañera solo se vería como su amante. Cómo su puta privada que solo buscaba para satisfacer sus deseos sexuales y luego regresar a su burbuja en la que no cabía tiempo para nada mas que hacer crecer la empresa de su familia. No es que fuera egoísta pero había puesto todo de sí por entenderlo pero luego de varios fallidos intentos lo mejor era dejarlo por la paz.

Salió del hermoso restaurante perteneciente a un hotel de cinco estrellas y suspiro con tristeza. Un trueno se escuchó en el cielo y con ello una lluvia intensa empezó a caer sobre ella mezclandose con su lágrimas. La noche no podía ir peor y la pesada lluvia ya empezaba a congelar su pequeño cuerpo haciendo que se abrazara a si misma para tratar de conservar un poco de calor.

Su cabello rosa empezó a escurrir y el maquillaje debió estar para ese momento como un auténtico desastre pero para ella era lo menos importante porque ahora sentía como una auténtica Idiota.

—¡Señorita espere!¡A olvidado algo!

Sakura se dio la vuelta y se quedó sin aliento al observar un hombre guapo de cabello negro que escurría enmarcando un rostro perfecto. Un Dios bajado del Olimpo mojado por la lluvia de invierno. Su traje parecía muy caro y estaba totalmente estropeado por la lluvia.

—¡A olvidado esto!—pronuncio el hombre con un voz ronca que le puso la piel chinita mineras extendía  la palma de su mano y mostraba el anillo en corte ovalado de engaste sencillo que le había regalado su prometido, debía valer una fortuna pero no le importaba. Viera sido igual de feliz con uno de diamante falso pero con un prometido atento y disponible para ella.

—Puede quedarselo, ya no me importa

Sakura se dio la vuelta para seguir caminando pero el extraño se interpuso en su camino y la observó con esos magníficos ojos negros.

—Creo que las parejas pelean pero me imagino que para que le haya dado una joya tan cara debe amarla mucho. ¿Está segura de hacer eso?

Ella rodó lo ojos.

—Si le conociera, seguro de estaría pensando lo mismo que yo. Ya he tartado demaciado en ponerle un alto.

El pelinegro avanzó invadiendo su espacio personal, dejó de verla para ver un punto a sus espaldas y tardó un poco de tiempo en responder. Parecía que el agua no le molestaba a pesar de ser una lluvia fría.

—Yo solo creo que no debería tomar tan rápido una decisión. El debe tener una buena excusa...

Sakura exsaspero interrumpiendo sus palabras.