Limones y Fresas SasuSaku

Engaño

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Una tormenta cayó sobre nosotros la noche anterior haciendo que Sakura y yo nos refugiaramos en una cueva. La lluvia que nos había caído mojo nuestras ropas y no nos quedó más remedio que acurrucar nuestros cuerpos el uno contra el otro buscando calor.

Jamás había compartido tanta proximidad con una persona pero tenerla pegada a mi pecho sintiendo como su respiración me calmaba era la sensación más extraña y maravillosa que había vivido. Bese su pelo para que ella se relajara y luego lleve sus manos a mi pecho metiéndolas debajo de mi camisa gris. No pude evitar hacer una mueca por lo frías que estaban pero no dije ni una sola palabra.

Ella se sonrojo al sentir mi piel desnuda y luego me agradeció el gesto con una sonrisa. Nos quedamos irremediablemente dormidos al compás de los truenos y la intensa lluvia. Ella espantaba mis fantasmas e hizo que durmiera como un tronco. Era el principio de nuestro viaje y no conocía el final pero lo estaba anhelando. Que ella me acompañará testarudamente en esta travesía causo en mi, que estuviera más convencido de mi decisión. Ahora era mi turno de corresponder a sus sentimientos.

La mañana fue algo que repentinamente llego, los rayos de sol y el canto de los pájaros hicieron que me despertara. La tormenta ya había pasado dejando un hermoso amanecer digno de compartir con alguien. Había tenido un gran sueño, en el Sakura vestía orgullosa el símbolo del clan Uchiha mientras corria de mi con una gran sonrisa en los labios por las calles del barrio Uchiha y no pude evitar pensar en lo afortunado que seria.

El fuego ya se había apagado dejando solo una pequeña braza que sacaba humo. Sakura no estaba por ningun lado y eso me decepcionó. Deseaba verla despertar junto a mi pero al parecer ya se había levantado y habia cocinado el desayuno. A la par mia había una hojas con bolas de arroz recién preparadas y algunos tubos de bambú con agua me esperaban.

Tomé una de esas bolas y la metí a mi boca, sabía delicioso. Era como si tuviera varios meses sin probar algo como esto pero la realidad es que solo teníamos un parde días. Tomé una segunda bola y salí a buscarla.

-¡Sakura!- le llamé esperando una respuesta pero jamás llegó, no tenía la menor idea que tan lejos se había ido. Seguí caminando hasta que a lo lejos escuché una cascada y no dudé en ir.

El agua era cristalina, invitaba a meterse en ella pero y Sakura ¿Donde estaba? No la miraba por ningún lado y ya me empezaba a preocupar hasta que vi una pila de ropa roja encima de una piedra. Ella estaba sin ropa en alguna parte de la cascada y sabiendo eso no pude evitar sentirme nervioso.

No quería parecer un pervertido así que abrí la boca para llamarla.

-¡Hey! No hagas eso. ¡No que estás haciendo!-dijo Sakura entre risas, no muy lejos de mi posición.

-¡No te robes mi toalla!, ¿Acaso me quieres ver desnuda? ¡Eres un pervertido! ¡No porfavor, detente!

No sabía que pensar mi mente estaba volando a mil. ¿Quién estaba con ella? ¿Que estaba haciendo?. Quizá Sakura ya no me amaba y andaba con otra persona. La tristeza me invadió pero la curiosidad de ver a ese malnacidos hizo que caminara a donde provenían las risas de Sakura.

-¡Eres tan suave!-gimio Sakura haciendo que parara mi marcha.

Mis piernas temblaban y mi corazón palpitaba más rápido. Iba odiar ver a Sakura en los brazos de otro hombre pero tenía que verlo con mis propios ojos.

-¡Detente por favor!, Mis dedos se están resbalando.

Al pasar unos arbustos pude ver la traición de Sakura. Mi cara se enrojeció y deje caer la bola de arroz al suelo. Mis palmas empezaron a sudar y de un momento a otro senti como el calor subía por mi cuerpo. ¡Joder!, Después de lo que mis ojos estaba viendo no iba a ser el mismo Sasuke.

Sakura estaba frente a mis ojos sosteniendo con sus manos una toalla blanca que cubría su desnudes pero un pequeño zorrito jugaba con ella e intentaba quitársela jalando de una equina. La toalla cada vez resbalaba más y más de sus dedos dejando partes de su espalda y su trasero al descubierto.

Me reí nervioso de mis celos estúpidos y me dediqué a deleitarme con la maravillosa vista de su cuerpo del cual pequeñas gotas cristalinas rebalaban y se perdían en su delicadas curvas hasta que de un momento a otro Sakura suspiro.

-¡Ok!, Me rindo

Sakura soltó su toalla quedando totalmente desnuda y de espaldas. Era la imagen más hermosa y sexy que jamás halla visto. La boca se me seco y tragar se volvió un martirio. Mis ojos bajaban y subían observando su espalda y sus perfectas nalgas respingonas. De un momento a otro Sakura se dio la vuelta para recoger su ropa. Ambos dejamos de reírnos al vernos a los ojos.

-¡Sasuke-kun!

Sus mejias estaban coloradas a más no poder e intento taparse sus pechos con las manos. También intento cubrirse detrás de un arbusto pero lo que mis ojos ya habían visto probablemente jamás lo olvidarían. Quería portarme como un caballero y darme la vuelta pero mis pies no respondian. Maldeci no haber traído conmigo mi capa pero como si mis pensamientos hubieran sido escuchados.

Sentí como jalaban mi pantalón y cuando baje la vista vi al pequeño zorrito entregándome la toalla de Sakura. Este zorrito no parecía malintencionado más bien un ángel que quería unirme con ella en una situación vergonzosa.

-¡Así que tú eras el pervertido!-dije mientras tomaba de su boca la toalla y le sobaba la cabeza. Su pelo realmente era suave. El dio un parde vueltas buscando su cola y despues desapareció entre los arbustos.

-Ven

Le hice señas a Sakura para que se acercara a mi y ella aun que al principio lo dudó me hizo caso.

-¿Que tantos viste? -me pregunto avergonzada.

Me reí

-Todo

Para que le iba a mentir

-Lo siento, no quería despertarte-susurro cambiando de tema.

Envolví la toalla a su alrededor y acerque su cara a la mía.

-No sabes lo que estoy agradecido con el zorrito.

Le susurré y Sakura se sorprendió.

-Eres muy hermosa Sakura y me has dejado cautivado.

Le dije mientras le daba un poke en la frente...