DARWIN GREET.
—Se me está acabando la paciencia. —Golpea sus palmas en la mesa, frente a mi uno de los agentes más "importantes" de la FEME.
—¿Y? —Me encojo de hombros. —¿Que espera que diga? No recuerdo nada.
—Claro, buen intento, pero estabas piloteando esa avioneta, desgraciadamente no se encontró droga, solo tú sobreviviste.
—¿Eh? ¿Yo piloteando solo? Deberían ir a buscar entre esos árboles a mi acompañante, recuerdo haber venido con alguien más. —Oh, Sage... Si te sucedió algo por mi culpa y no pude evitarlo, me sentiré tan miserable...
—¿Acompañante? El Coronel dijo que sólo estuviste tú. ¡No intentes mentirnos! —Se descontrola. —Eres el único y tenemos la leve sospecha de que perteneces a una organización que en estos momentos está siendo seguida por varias agencias de investigación en 3 diferentes países donde sembró el caos; Estados Unidos, Alemania y Athastone.
—Y pronto en Clinlow. ¿Que le parece? —Me burlo, desde que desperté me siento un poco diferente, tengo muy en claro que debo cumplir mi juramento con ella, pero también tengo más conocimientos.
—¿Me parece que estás confesando algo?
—No, de hecho me parece que no tiene derecho a detenerme cuando le dije que si tengo licencia, la avioneta era muy vieja y me derribaron por no responder, tenía fallos y ahora en el accidente perdí mis papeles, a las justas salí vivo. —Miento con seguridad. —No tiene pruebas para acusarme ya que ustedes mismos me perjudicaron, solicito mi maldito abogado y que me retire estas malditas esposas.
—Tenemos que retenerlo hasta que nos muestre sus papeles y sus huellas arrojen su identidad ya que no quiere mencionarla.
—Le diría mi nombre si no me tratara como un criminal. ¡Esto es un atropello, no tienen derecho a privarme de mi libertad luego de provocar mi accidente!
—Tiene una llamada y se le asignará un abogado del bufete de abogados. —Por último se retira azotando la puerta.
Me están viendo del otro lado del cristal negro en la pared, piensan que llamaré a alguien de la organización y no es así.
La verdad, llamaré a Brett, el contacto que teníamos de contacto Kyler y yo en caso uno cayera o necesitara la ayuda del otro.
Está limpio y tiene un poco de conocimiento de todo, es el único maldito número que se me viene a la mente y como no está Kyler... Tengo que hablarle a él, fuera del territorio de la OMC no tengo los asesinatos sobre mis hombros.
Entra una mujer vestida como el otro, pero antes no la había visto, me levanto porque sé lo que toca ahora, llevarme a esa sucia celda donde la cama es un asco.
Atravesamos varios pasillos y finalmente una escalera abajo, lleva a los calabozos de estos lugares, sin la menor delicadeza retira las esposas de mis muñecas y me empuja dentro.
—Tienes tres minutos para la llamada, procura ser cuidadoso con tus palabras, Greet. —Advierte, recibo el celular con prisa, observo donde estan las cámaras y que tan lejos para grabar mi voz.
Tecleo los números rápidamente y espero a que conteste.
Vamos, Brett, toma la maldita llamada.
—Ey. ¿Quien habla? —Escucho su voz al otro lado de la línea, suena pasmado.
—Tu daddy, pendejo, necesito que me ayudes. —El silencio se instala. —Darwin, soy Darwin, ¿Acaso tienes otro, Brett?
—Kyler... —Murmura lejano, logrando que pierda la estabilidad. ¿Está vivo? ¡Sage cree que está muerto!

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RHYSS. [AKDR #4]. ©
Mystery / ThrillerSage se ve forzada a convivir varios meses con el desquiciado Coronel, este se queda encantado con ella al ser la única mujer entre ellos y la encierra en su batallón militar aislado de todo. Dos meses después, cuando por fin logra escapar, envenena...