RHYSS. [AKDR #4]. ©

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El pinchazo es nada comparado a los fuertes calambres que siento en el vientre, la doctora mueve las manos apresuradamente por todos lados.

Conecta una manguera pequeña a la vena de mi brazo derecho luego del catéter, este dolor es diferente y no solo es eso. Es el temor de perder a mis bebés. ¿Como demonios se supone que estoy cerca al parto? ¡Falta mucho para eso!

—¡Doctora! —la enfermera aparece con un carro con muchas cosas, toallas, paquetes de algodón y varias botellas grandes con líquidos de colores pasteles. —Aquí están los sueros. ¡Oh Dios!

Camina rápidamente en donde estoy pero la doctora le impide acercarse mucho.

—Un parto prematuro... ¡Doctora tenemos que hacer algo! —la doctora la ve sin prestarle mucha atención, toma varios líquidos en jeringas con agujas y las inyecta a la bolsa con líquido transparente que va por la vía venosa.

—Esta es la vía más rápida para la absorción de medicamentos cuando se desea un efecto inmediato. —intenta tranquilizarme la enfermera.

Niel se mantiene asustado en la puerta, su expresión lo dice todo, regreso la vista al techo y cierro los ojos.

—Niel —lo llamo con las pocas fuerzas que siento. El nombrado se acerca, lo noto por los pasos apresurados. —Tienes que encontrar a Kyler. Búscalo. Dile donde estoy, quiero verlo.

—¿Estas segura? —musita a mi lado solo para que yo pueda oírlo. —Tengo sospechas... No es conveniente.

—Si se mueren mis bebés, me muero yo. Necesito a Kyler. —abro los ojos logrando verlo, asiente no convencido.

—No tardaré, líder. —anuncia apretando mi mano consiguiendo reconfortarme de algún modo.

—Si encuentras también a Rhyss dile lo que sucede —asiente levantándose. —Ve.

La medicina que corre por mis venas disminuye el dolor y adormece mis sentidos, me muevo lentamente buscando a la enfermera que moja un paño con un líquido rojo con olor fuerte como alcohol. Se acerca y lo deja reposar en mi frente.

—Cuando se desmayó tenía fiebre alta, tengo que mantenerla en la temperatura correcta. —observa alrededor de la habitación con aparente angustia. —Señorita Evadne... Tiene que cuidarse mucho... ¿Debería llamar al papá de los bebés? Yo puedo...

—¡Carmen! —la doctora la interrumpe, sigue con la mascarilla puesta. —Te necesito en la cocina, te van a entregar la comida de la paciente, necesita alimentarse.

Carmen asiente y se va, la doctora se sienta a mi lado.

—¿Te sientes mejor? —remueve el paño húmedo de mi frente. —Tuviste perdida de líquido amniótico, no debías levantarte luego de la amniocentesis. Mediante una ecografía se confirmó la rotura y lo que queda de líquido, un esfuerzo más y pueden nacer prematuramente.

Lo que dice tiene sentido, siento humedad entre mis piernas y debe ser el líquido saliendo.

—Estamos controlando que todo salga bien, cuando llegaste tenías leves rasgados que terminarían sanando por si solos, pero ahora se complicó. —suspira preocupada. —Esto se recomienda ante una ruptura prematura de membranas; Un tratamiento de 7 días con una combinación de ampicilina intravenosa (2 g cada 6 horas) y eritromicina (250 mg cada 6 horas) durante 48 horas, seguido de amoxicilina oral (250 mg cada 8 horas) y base de eritromicina (333 mg cada 8 horas).

No me muevo, siento mi vientre endurecido y a veces se contrae de una manera extraña, todo me tiene en un limbo de desesperación.

—Los antibióticos se administran por vía intravenosa; como eritromicina, ampicilina y amoxicilina. Igual que el sulfato de magnesio, Este fármaco parece reducir el riesgo de hemorragia cerebral y de los problemas derivados que afectan al desarrollo cerebral del futuro recién nacido, como la parálisis cerebral.  —me muestra una botella grande de color verde agua. —Esto es el suero que te mantendrá hidratada para intentar aumentar el líquido y los bebés no tengan riesgos mayores, por ahora. Tengo que suministrarte corticosteroides. El corticoesteroide ayuda a los pulmones y otros órganos del feto a madurar más rápido. También reduce el riesgo de que, después del nacimiento, el bebé tenga dificultad para respirar.