35

882 139 34
                                        

La sangre empaña mi visión, todo está de sangre, mis manos, mi ropa. Mi mejilla por las veces que limpié mis lágrimas con el dorso lleno de sangre.

Mi sangre, la de mi bebé.

—Dos fetos. —la voz que no conozco retumba en mi mente, me siento débil y pérdida.

Aturdida y no puedo ver bien más que un monitor a pocos pasos de mi, giro suavemente mi cabeza aún con la vista nublada puedo notar la sangre en todos lados y veo lo que señalan.

Dos bebés. ¿Dos bebés?

—¿Por qué no late? —le pregunto y esta solo se va a paso rápido. —¿Por qué no laten sus corazones?

—Murieron. —escucho su voz en la puerta. —Los tres murieron. Ella y los fetos.

¿Qué está diciendo?

—¿Qué? ¡No estoy muerta! —todo el cuerpo me duele y casi no puedo ver bien, solo un lado de la pantalla donde muestra "bebé A y Bebé B"

No veo la pantalla completa, el fuerte dolor vuelve y me empiezo a retorcer, en segundos ante mis ojos aparece Brandon con una navaja que me deja helada.

—No. —intento alejarme pero mi cuerpo no me responde. —¡No te acerques!

Cierro los ojos con fuerza. Me muevo bruscamente y siento manos tomándome, voces lejanas y la imagen de Brandon se distorsiona en mi mente.

—¡Sage, tranquilízate! —abro los ojos de golpe y ante mi está Rhyss, sostiene mis manos las cuales veo rápidamente y no tienen sangre. —Estas bien. Te desmayaste pero están bien.

No tengo rastro de sangre, estoy con una bata que cubre de mi cintura para abajo y por suerte no veo más sangre.

—¿El bebé? ¿Lo perdí? —mi estómago se contrae de solo decirlo, su rostro no expresa nada y pienso lo peor.

—Tienes que estar despierta para la ecografía. —acaricia mi rostro y me mantiene entre sus brazos. —Dice que es más de uno, con solo ver el tamaño de tu vientre lo dedujo.

—¿Más de uno? —la pesadilla se evoca en mi mente y siento el dolor de mi cuerpo, el mismo que desde la noche en que golpeé al ex coronel. —¿Dos?

—Lo sabremos ahora. —se aleja y veo a mi alrededor, una habitación claramente de hospital con una máquina diferente a la de mi pesadilla.

Está a mi lado claramente apagada y la puerta atrae mi atención a la vez que entra una mujer mayor con bata blanca y una enorme sonrisa que debería tranquilizarme.

—¿Como te sientes? Soy la Dra. Marcela Miller. —toma asiento entre la máquina y la camilla. —Llegaste inconsciente y con un leve sangrado.

—Aún tengo el dolor. —me esfuerzo en querer sentarme pero Rhyss me lo impide. —¿A que se debe el sangrado? ¿Perdí a mi bebé?

—Tengo que hacerte una revisión para darte una respuesta clara. Parecen estar bien, llegaste y pedí que te despierten para pedir tu consentimiento.

—No pasó mucho, tranquila. —me tranquiliza Rhyss aún manteniéndome entre sus brazos.

—Dime que síntomas has tenido últimamente.

—Sensación de endurecimiento de abdomen..

—¿Regulares o frecuentes?

—Algo frecuentes, no fueron continuas.

—Contracciones. —duda unos segundos y luego hecha algo que parece gel a una cosa metálica de forma extraña.

—¿Contracciones?

RHYSS. [AKDR #4]. © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora