Ex Coronel.
—¿Crees que es horario de descanso como para que andes tomando mientras otro se rompe la cabeza pensando? —le recrimino.
No siempre Rhyss aparece pidiendo que le acompañe con un trago.
—Solo es una ronda, brinda conmigo y te diré el motivo. —se inclina el whisky. —Prefiero el whisky, para ti es algo más suave por tu condición.
—Que considerado. —ruedo los ojos. —¿Por qué estás aquí?
Llevo la copa a mis labios esperando su respuesta.
—Supe que vino tu esposa e hija. —menciona tomando un sorbo de su trago. —Quiero decirte una noticia importante.
—No tengo todo el día, déjate de rodeos. —inclino la copa vaciando el líquido, trago todo de un tirón.
Todo este jodido asunto de los Murphy me tiene cabreado, primero piden la liberación a cambio del cabecilla y luego matan a uno de mis hombres de confianza en mí propia base.
Ahora tengo que esperar un operativo para anunciar la muerte de Costa, Rhyss sonríe dejando el vaso suyo sobre el escritorio.
—Betania. ¿Donde está?
—Donde siempre, como una simple basura en las calles de Clinlow. —le resto importancia. —¿Cual es la noticia importante, pequeña mierda?
Se levanta y sonríe aún más, una sonrisa que no había visto en él.
—Sage está embarazada y es mío. —la mención del nombre me hubiese tirado de estar parado. —Tanto alardeaban que eras un semental de primera y su amante es quien la embarazó. ¿Que pasó papá? ¿Las obligaste a decir eso para encubrir tu impotencia sexual?
Basta con sus crudas palabras para hacerme botar humo por las orejas, me levanto casi tirando la silla en la que estaba sentado, golpeó la mesa furioso.
Pero no es todo; Niel Murphy empuja la puerta con fuerza y entra con una pistola, apuntándome.
Desvío la vista a Rhyss quien se mantiene tranquilo, no es verdad, ese maldito bastardo me traicionó.
Retrocedo aún más cuando la mujer de cabello negro entra como toda la realeza, una sonrisa torcida se dibuja en su rostro cuando instintivamente retrocedo, la parte de atrás de mis rodillas se pega con la silla y no puedo retroceder más.
—¿Que mierda...
Busco la pistola que siempre cargo pero la dejé en el escritorio y es lo primero que toma el que se hace llamar mi hijo cuando ve que busco opciones de escape.
—Se acabó el jueguito, coronel. —habla tomando la atención de todos, Rhyss le entrega una navaja y todo me pesa.
Siento un hormigueo en mis brazos y piernas como una pérdida leve de sensibilidad, cuando quiero abrir los cajones del escritorio no puedo, soy incapaz de mover mi brazo, como si la respuesta no llegara a mi cerebro.
Intento moverme con desespero, solo logro hacer movimientos descoordinados.
—Ni se esfuerce. El veneno está actuando. —anuncia Niel con una sonrisa de satisfacción, fijo los ojos en la copa y Rhyss. A mi mente solo viene todas las veces que los torture y disfruté.
Finalmente siento un dolor similar a un calambre en todo mis cuerpo logrando que pierda el equilibrio y caiga sentado sobre la silla.
Ella clava su dedo en la esquina del escritorio y recorre la madera con el dedo índice hasta llegar a mi.

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RHYSS. [AKDR #4]. ©
Mystère / ThrillerSage se ve forzada a convivir varios meses con el desquiciado Coronel, este se queda encantado con ella al ser la única mujer entre ellos y la encierra en su batallón militar aislado de todo. Dos meses después, cuando por fin logra escapar, envenena...