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Sábado 31 de agosto de 2019.

—Tres.

—Dos.

—Uno...

Un suave llanto se hace presente junto a una luz cegadora a una gran distancia, se muestra una cuna de oro, el llanto de bebé se vuelve más fuerte con forme intento correr, mi cuerpo me pesa, lágrimas empañan mi visión nublando mis pasos, cuando de pronto dejo de oír el llanto.

Se me dificulta correr al sentir las cadenas en mis manos y estoy a pasos de la cuna, aclaro la vista cuando veo plumas de cuervo alrededor, cuervos ensangrentados, sin corazón formando una alfombra bajo mis pies.

Un silbido aterrador arrasa con mi cordura llevándome al borde, el miedo me atraviesa, una sombra camina, retrocedo al oír más cerca el ruido de sus labios.

Se me acerca y...

Pego un respingo en mi lugar, tengo sudor frío que pega algunas hebras de cabello a mi frente, sin querer mi cuerpo tiembla sufriendo las sensaciones de la pesadilla, no es real.

No es la primera vez con este tipo de pesadillas, el dolor en el pecho y el presentimiento de que el caos y dolor acarrean mi vida.

Soy una embarazada que lucha por no mostrarlo, aunque Carter sospechó cierto tiempo cuando mis estados de ánimo cambiaban repentinamente, vómitos matutinos, antojos... Y todo lo que conlleva un embarazo, más sensibilidad que trato de contener cuando el Coronel me grita como lo hace con sus soldados.

—¿Sigues teniendo pesadillas? —Escucho la voz ronca y adormilada de Rhyss abrazándome por detrás.

Recuerdo que luego de un polvo rápido ya que escuchamos al Capitán Wilson pasar por la puerta informando a no sé quién que el Coronel llega en dos días, decidimos abandonar la oficina, subir a la habitación y darnos un baño antes de acostarnos.

Wilson es muy cercano al Coronel, sabe cuándo vuelve y lo sucio que hace aquí, como esconder dinero y drogas para su utilidad.

—Si..

Para no pensar todos los días en la pesadilla de perder contra Brandon me encargo de reunir toda la información posible para encontrar puntos vulnerables en el Coronel.

Según Morris, aquí se entrenan a los que van a la central donde hacen operativos en ciudad, este es como la práctica y solo los mejores van a parar en las sedes importantes.

Aquí el Coronel se mantiene seguro, solo pisa la ciudad en operativos que requieran de todo su empeño, nadie conoce de las bases militares donde para entrar deben tener una firma o invitación de los de adentro. Solo los mejores se van a operativos en ciudades, los de aquí se encargan de operar por estas zonas a las afueras de la ciudad donde hay puro bosque y donde suelen vivir los narcotraficantes.

Maxson se encargó de hablarme sobre estas cosas como si me fuese a quedar mucho más tiempo, de estos días no paso, yo salgo porque salgo.

Maxson intenta ligar conmigo cuando ya liga con Carter, pero antes de rechazarlo, tengo que sacarle provecho, todos pueden ayudarme pero no debo pedirle apoyo a la persona equivocada, todos aquí se mueven según los beneficios y conveniencia.

Rhyss vuelve a caer dormido, todo el tiempo se mata entrenando en los gimnasios, entrenando con los soldados, todos se parten entrenando. Menos el Coronel que solo ordena y dispone como le place.

Hay veces en las que el Coronel los somete a un entrenamiento brutal donde muchos no salen bien, algunos con la ropa hecha pedazos y ni hablar de los simulacros de atentados o los ambientes que tienen que sobrevivir como buen soldado.

RHYSS. [AKDR #4]. © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora